Selección de sonetos inéditos de Juan Carlos Valdivia Salgado (Santiago, 1966), profesor de castellano y abogado, se ha desempeñado en diversas instituciones públicas en temas de derecho administrativo.

EL HOMBRE DE VITRUVIO

Por Juan Carlos Valdivia Salgado
Enero de 2024

FE

Perdí mi sol, perdí mis parasoles,
perdí el paraguas y su lluvia fría,
los trenes que pasaron por las vías,
perdí el vapor, también los tornasoles.

Extravié los zapatos, la corbata,
la bandera, la sed, los profesores,
la mano que ceñía mis rencores,
las vetas misteriosas de la plata.

Siete veces circundé las murallas
y los fuertes ladrillos no cayeron.
Perdí mi corazón por los senderos.

Hoy debajo del cielo solo estalla
la cifra interminable con sus ceros
y la sangre infinita del cordero.

EL HOMBRE DE VITRUVIO

El mundo no nos da lo que queremos.
Tan tiernos como somos, en la eterna
tarea de llegar hasta el extremo,
volvemos otra vez a las cavernas.

Quizás nadie nos siga en el futuro.
Nosotros olvidamos el pasado,
tratando de arrasar los inseguros
pilares de los cielos más amados.

Remecer los cimientos de este mundo,
cortar la multitud de los cabellos
de Medusa. En abismos más profundos
surge un ángel, vibrante, con su sello.

En aspas, como el hombre de Vitruvio,
yo espero la llegada del diluvio.

TARDE

En la medida que avanza la tarde
se acercan los mejores de nosotros
(El sol horizontal sobre la hierba
mojada entre la tenue luz reinante).

Los buenos de nosotros, los amigos
con un vaso de vino entre sus manos:
unos hablan o cantan, otros duermen
con sus brazos extendidos como aspas.

Yo ruego por los unos y los otros,
que encuentren por las noches sus caminos,
que su casa en el fondo los espere
con su dulce canción inexistente.

Que prosigan bebiendo para siempre
hasta ser uno solo con sus sueños.