La gran fiesta del microcuento III

Tercera Entrega

Mariela Rios Ruiz-Tagle

Nació en Santiago. Ha publicado: Madre Espina de Campos Absolutos (Poesía), 1984; Blue Moon (Novela), 1992; Nada es personal en la extrema tarde de rubíes (Poesía), 1998.

El regreso

En 1962, jugando con dos amigos en el Estadio Nacional, resbalamos en una antigua pileta. Corrimos empapados hasta mi departamento para escuchar por radio la final del Mundial de Fútbol. 
Fue un día inolvidable. 
Años después, supe que ellos se encontraban prisioneros en el Estadio. Nunca volvimos a vernos. 
Una noche creí escuchar sus voces. Al despertar en la mañana, la televisión estaba encendida con la propaganda del No. 
Me levanté, y caminé solitaria hacia el Estadio. 
Al sumergir el voto en la urna, sentí mis mejillas mojadas. 

Simón en Agosto

Te advertí que tuvieras cuidado con los extraños, que miraras si venía algún vehículo al cruzar las calles de Ñuñoa. Tantas palabras al viento.

¿Por qué atravesaste esa línea invisible?

En la oscuridad se conjugan el amor con la muerte, querido y recordado Simón. La vida nos da sorpresas, tristes sorpresas nos da la vida, sobre todo en el mes de los gatos.

Sueños  

Despierta sobresaltado a medianoche. Soñó con el último regalo que le hizo a la mujer que ama. 
Coloca la cabeza sobre la almohada y vuelve a dormirse. 
Entre sueños, aparece la mujer de ojos negros que le muestra un anillo de oro tallado con dos mariposas. 
Al despertar, su esposa lo observa en silencio con su mirada azul. 
El, tembloroso le dice: 
-Soñé contigo, amor. 

***

Susana Sánchez B.

Nació en Valparaíso. Ha publicado en las antologías Cuentos Chilenos, Edt. Kinkulén, Berlín; Viernes con Bach,  Edt. Pegasus, Ámsterdam; y en las publicaciones del Taller de Pía Barros. Su primera novela, Espacios Condenados,  es publicada el 2004  por Edt. Cuarto Propio. Edt. Asterión publica el 2007, Secretos Menores y non tanto, textos y minificciones. Están en corrección las novelas El Círculo de las Bacantes y La Profesión de los farsantes.

El antologista

Para J.A.Epple.

Sopla sobre las palabras para quitarles el polvo del continente. En columnas va dejando cuentos microscópicos, miniaturas literarias, resumideros brillantes que se llevan la tinta de su vida y traen la humedad que requiere su raíz de desterrado.

Con tinta sangre

I

De  gavetas, bolsillos, talleres, mesas de café, vienen en torrentes las Minificciones.

¡Sobras del Lenguaje!, ¡Insignificancias!, gritan los textos de largo aliento, atrincherados en los estantes de las Bellas Letras. El Cuento Moderno y la Nouvelle se unen a las filas de la alianza. ¡Terroristas de las letras!-, mascullan los retrógrados  cerrando filas para impedir la reproducción de los alzados en los salones mercenarios de las grandes editoriales.

 II

Los muros gritan: ¡Por la razón y las plumas: ¡Tinta libre o morir!

El Cuento Moderno se cierra sobre sí mismo y se declara en huelga.

La Nouvelle acusa: ¡La Editorial es una flor carnívora!

Voces poéticas repiten sin tregua:”venid a ver la tinta por las calles”.

III

La lucha salta de los muros a libros  clandestinos. Reunidos en antologías,  se establece la mesa de diálogo para rescatar a las Minificciones desaparecidas en los sótanos del Lenguaje Oficial.

Aún discuten si tienen derecho a llamarse Literatura.

IV

Plumas del Mundo: ¡abrevien!

¡La precisión  es el camino!

¡El lector es nuestro!

***

Max Valdés

Nació en 1963, en Santiago. Entre otros libros ha publicado: Ni un rumor en la oscuridad  2007 (Microcuentos); 3 cuentos de ciudad (cuentos infantiles, 2006); El ciervo herido (novela, 2005); Mimí agoniza en la buhardilla de los bohemios (cuentos, 2004); Una mañana de más (novela, 2002).

Denuncian llamadas impropias de cobranza judicial

Minutos antes que el ejecutivo bancario le pusiera la soga al cuello;  el deudor se colgó.

Mi madre va de fracaso en fracaso con los hombres

Siento pánico y vergüenza de la sombra de mi padrastro, al resoplido de su nariz y a la ansiedad en sus cínicas pantuflas acercándose a mi cama por las noches.

 Parque Zoológico

La jirafa quiso gritar cuando fue violada por la trompa de un depravado; pero nunca ha tenido voz para defender sus derechos y altura de miras para denunciar a nuestros brutales agresores. 

***

Virginia Vidal

Nació en Santiago de Chile. Es novelista, cuentista y periodista. Ha publicado, entre otros:

Oro, Veneno, Puñal. 2002, Javiera Carrera Madre De La Patria. 2000. Balmaceda Varón De Una Sola Agua. 1991. Cadáveres Del Incendio Hermoso. 1990. Premio de Literatura de la Municipalidad de Santiago, 1991. Rumbo A Ítaca, 1987. Premio de Novela «María Luisa Bombal» 1989.

Pegazón del moridero

Envuelta en distancia y queja, cuando sube la cortina del sueño se sacude de los fantasmas amodorrados para descubrir que el cansancio del reciente baile, la larga caminata y la carrera fueron pura imaginación. Dolor palpable de no poder correr, trepar, agacharse, erguirse. Sus vértebras y coyunturas se sublevan, la ataca la tos y los pulmones resuellan como fuelles vencidos. El cuerpo duele a fondo y a pedazos como los recuerdos amargos de las injurias, las  calumnias, las injusticias. Agobiados los hombros. Las manos que antes fueron tan inquietas ya no bordan, no tejen, escriben con torpeza, dejan caer las cosas, tiritan. Falla el pulso.

Los libros que fueron su razón, su juego, su vicio y sacrificio, su derroche, permanecieron un año amontonados en una bodega. Los protegió, atesoró, transportó contra viento y marea. Salen de la modorra desvencijados, fuera de orden y concierto como soldados borrachos perdidos en un campo desconocido después de la guerra.

Muchos la acompañaron en días amargos del exilio en piezas alquiladas, cuartos sobrantes junto a las cocinas: alguno maloliente a plátanos fritos, otro inundado después del repugnante desborde de una alcantarilla. Perdió la noción del espacio, se golpeaba contra la muralla al despertar porque no sabía dónde estaba instalada la cama esa vez. Se mudaba portando ladrillos y tablones para armar el improvisado estante de la biblioteca.

Ahora, casa desarmada, libros revueltos, dispersión de la mente, de los objetos, de los recuerdos. Vencimiento.

Cómo borrar la borradura. Borra dura encostrada en el alma.

Mirada interior

En las bóvedas del corazón insertaba sus sueños desbaratados. Pretendía escuchar el silencio del mundo en la noche total.

Alerce asesinado

Era un tronco poderoso, pero le embutieron una duela y la golpearon hasta rajarlo.