Minificción y microrrelatos teatrales o miniteatro: cruce genérico y su relación con la dramaturgia chilena actual

Por Paulina Bermúdez V. Universidad de Playa Ancha.

El siguiente estudio corresponde a una parte de la investigación que realizo para mi tesis de grado. Surge a partir de la poca información que se encuentra sobre los microrrelatos teatrales; pretende además esclarecer los parámetros de esta categoría, realizar un análisis del género e intenta clarificar el momento en que éste nace. 

Por otra parte, busca instaurar un paralelo que indique el estado actual de la minificción, con la aparición del fenómeno miniteatro o microrrelato teatral, el estado del teatro chileno y su relación con los orígenes del Teatro Pánico.

 Se busca conocer los inicios del género, y las características de su gestación, interpretando las etapas por las que ha pasado el fenómeno de los microrrelatos teatrales, sin dejar de lado la influencia de las vanguardias literarias.

 Podemos hablar sobre el fenómeno de los microrrelatos teatrales o miniteatro como una corriente más tardía,  por no por esto menos importante.  Siendo una de las nuevas formas mixtas del género minificción, por lo que existe muy poco conocimiento de éste y ha sido poco estudiado, a pesar de su presencia en la literatura, desde las vanguardias.  Por este motivo se ve incentivada esta investigación,  pues se cree que es necesario e importante aportar con un estudio a una de las formas mixtas emergentes en el género de la minificción.

 Esta investigación se ha planteado dos grandes objetivos, el primero busca establecer y esclarecer los antecedentes de los microrrelatos teatrales o miniteatro, y el segundo busca interpretar el fenómeno del miniteatro en relación a los actuales estudios que se realizan sobre minificción.  Para mostrar si existe o no pertinencia entre este fenómeno y los estudios críticos, literarios y académicos que se generar en torno a la minificción.

 Los microrrelatos teatrales o miniteatro se insertan en la categoría a la que Lauro Zavala ha llamado Versiones mínimas de géneros canónicos, en donde indica que la extensión máxima de éstos es de no más de tres minutos en escena.  También se pueden insertar en la categoría de Géneros literarios de extensión mínima, en donde se establece una relación con los juegos literarios de la OuLiPo (1) (“Ouvroir de littérature pottentielle”, “Taller de literatura potencial”).  Aquí encontramos uno de los antecedentes más claros sobre microrrelatos teatrales.

 Los microrrelatos teatrales, poseen la forma de un texto dramático, posee marcas distintivas del genero, posee un título, lista de personajes, lenguaje acotacional o didascálico y diálogos, pero la diferencia es la extensión, en el mini teatro se comienza por la acción, por el conflicto, se sitúa in media res.

 
En el libro Ejercicios de Estilo (2) de Raymond Queneau, encontramos un antecedente importante a los microrrelatos teatrales, pues el texto contiene 99 variaciones sobre una anécdota que sirve de punto de partida a este libro.  Una de estas 99 formas de escribir se titula “Comedia” (3) y utiliza la estructura dramática aristotélica que cumple con las características principales del microrrelato teatral y de la minificción en sí, pues juega con las fronteras de la escala y con las fronteras de la lectura.

 Otro autor francés y contemporáneo, perteneciente a la asociación OuLiPo es Georges Perec, quien también nos puede entregar antecedentes importantes para la minificción teatral, pues dentro de sus trabajos experimentales y juegos literarios se encuentra el teatro alfabético (drame alphabétique), que tiene como característica principal la mínima extensión (4).

 Otro de los movimientos que nos aportan antecedentes para la investigación de los microrrelatos teatrales es el Movimiento Pánico, colectivo formado por Fernando Arrabal, Alejandro Jodorowsky y Roland Topor, en París, en el año 1962.  Ellos reciben claras influencias del Teatro de la Crueldad de Antonin Artaud.

 El Movimiento Pánico, en alusión al Dios Pan, remanifiesta a través de tres elementos básicos: el horror, el humor y la simultaneidad.  Este movimiento refleja una intensa búsqueda por trascender la sociedad aristotélica y dejar un legado que impulse a la humanidad a una nueva perspectiva.

Avanzando en la investigación y en conversaciones con Rodrigo Pérez, actor y dramaturgo chileno, he llegado a la conclusión de que este cruce genérico entre la minificción y la dramaturgia, se encuentra claramente representado en lo que en Chile llamamos Teatro de Formato Breve.

 En sus comienzos el teatro de formato breve solía llamarse teatro de un acto, como una parte que se establece en totalidad, pero sus pequeñas piezas fueron adquiriendo la forma de una escena o un fragmento, donde el encuentro directo con el conflicto no precisaba de una introducción y una resolución.

El pequeño formato o formato breve tiene una estructura que cumple con las leyes convencionales de la dramaturgia,  pues de alguna manera tiene una presentación, un nudo y un desenlace, en el que todo se da en una sola situación dramática. No hay progresión en términos de situaciones, pero si hay progresión al interior de una situación y ocurren, por lo general, dado a que es una sola situación, en un solo espacio físico, entonces, tampoco hay una progresión en términos espaciales. En el pequeño formato teatral, si tu tienes un texto muy breve, ese texto breve se hace calzar, en un formato de diez minutos, de quince minutos porque lo escénico agrega tiempo a lo dramatúrgico.

El teatro en pequeño formato es un género teatral autónomo, es al teatro lo que el cortometraje al cine, su brevedad le permite prescindir de formas clásicas y experimentar en la búsqueda de nuevos códigos. Es fragmentario e inacabado, preciso e intenso.

 El teatro breve ha tenido un auge creciente en el siglo XX, tal como lo plantea Jean-Paul Sarrazac, que coincide con la disolución de la superioridad aristotélica de entender el teatro, la que responde a una visión propia de la modernidad, así como lo es también la minificción.

 Los dramaturgos jóvenes que han aprendido y experimentado con estas formas aprenden y acomodan el formato de función completa según ciertos parámetros sacados del formato breve, que transfieren más eficazmente el sentir propio de su época, despojándolo de las condicionantes modernas.

 El teatro de formato breve es una instancia contradictoria pues relata en el tiempo una imagen que quiere ser inmediata. Como escribe Andrés Kalawski, el teatro de pequeño formato parece desear la simultaneidad de planos, tal vez exigirla. Así, este formato de escritura busca salirse del tiempo, provocando el acortamiento de las distancias entre el observador y su objeto, incluso anulándola.

Es en este punto donde podemos decir que el cruce genérico existe, que se relaciona y se corresponde con el desarrollo del género minificción y que en nuestro país se encuentra en vías de desarrollo, con la existencia de festivales y muestras de teatro en formato breve. 

Notas:

 1 OuLiPo, Atlas de la Littérature potentielle. Gallimard, 1981.

 2Exercices de style. 1947.

 3Raymond Queneau. Ejercicios de Estilo. Versión de Antonio Fernández Ferrer. Editorial Cátedra. 1989.

 4OuLiPo, Atlas de la Littérature potentielle. Gallimard, 1981.