MICRORRELATOS

 

SINFONÍA DE MIRADAS

Bajo la lluvia torrencial, dos extraños compartieron un paraguas. En un instante de conexión efímera, se cruzaron miradas y sonrisas. Pasada la lluvia, tomaron la decisión de seguir juntos. Mientras tanto, el paraguas abandonado en la esquina esperó pacientemente el próximo encuentro fugaz.

 

CANTO SILENCIOSO

Tiempo 1:

Una sirena solitaria nadaba en aguas tranquilas, cantando dulces melodías que atraían a los desprevenidos marineros.

 

 

Tiempo 2:

Un día, mientras exploraba los arrecifes de coral, la sirena escuchó risas y canciones provenientes de una embarcación cercana. La sirena, encantada por el afecto humano, les ofreció su voz melodiosa y el don de su canto.

 

Tiempo 3:

De pronto, la sirena se vio rodeada de flashes y cámaras, y su hogar tranquilo se convirtió en un espectáculo abrumador. Desconcertada y desilusionada, la sirena se sumergió en las profundidades del océano. Decidió cantar solo para sí misma.

 

UN BOCADO DE NOSTALGIA

Ana caminaba por las calles empedradas de su pueblo natal. La nostalgia se apoderaba de ella y empezaba a recordar los días de su infancia. De repente, un aroma familiar flotó en el aire y la llevó en un viaje en el tiempo.

El aroma se intensificó y Ana se vio transportada a un día de invierno. Estaba parada frente a una pequeña panadería. El aroma del pan recién horneado inundaba el lugar y despertaba todos esos recuerdos vívidos de su niñez.

Con una sonrisa en el rostro, entró en la panadería y tomó una hogaza de pan, sabiendo que al tomar un bocado la llevaría de vuelta a su pueblo.

 

EL ENCUENTRO PERFECTO

Dos cuerpos enredados en sábanas de seda. Miradas que se entrelazan, labios que susurran secretos al oído. No hay palabras, solo suspiros compartidos en el silencio de la noche. El tiempo se detiene mientras el amor se teje entre ellos, como hilos invisibles que los envuelven en un abrazo eterno. En ese instante, el mundo desaparece y solo existe su universo íntimo, donde cada caricia es un poema y cada sonrisa, una melodía. En el eco de su respiración se escucha el latir de dos corazones que han encontrado su hogar.

 

DESTELLOS DE INOCENCIA

Los niños correteaban en el parque, llenando el aire de risas y alboroto. Sus risas eran como notas de música que danzaban en el viento. Sus rostros, impregnados de curiosidad y asombro, reflejaban la pureza de un mundo aún sin manchas. Cada pequeño gesto era un destello de inocencia, un recordatorio de que en sus ojos brillaba la magia de lo simple. En ese rincón de alegría y juegos, se entretejían sueños y se forjaban amistades eternas. En su universo de fantasía, no había límites ni barreras, solo el amor y la alegría como lenguaje universal. Y en medio de esa vorágine de travesuras y sonrisas, el tiempo se detuvo, permitiéndonos vislumbrar la belleza efímera de la infancia.

 

EL FAROL DE LOS RECUERDOS

El viejo farol de la calle parpadeaba débilmente, iluminando los recuerdos que se agolpaban en aquella esquina olvidada. Los ecos de risas infantiles se desvanecían en la bruma de la noche, y las sombras danzaban con melancolía en las calles vacías. Los pasos apresurados de antaño se habían convertido en un susurro lejano en la memoria. La nostalgia se aferraba a cada rincón como un viejo fantasma que se negaba a partir. Y en el corazón de aquel lugar desvanecido, las almas dormían en silencio, esperando ser despertadas por una mirada que las rescatara del olvido.

 

ENTRE DOS MUNDOS

Pasado:

Había una vez un niño llamado Alessandro. Siempre soñaba con ser astronauta y explorar las estrellas. Pasaba horas mirando al cielo nocturno e imaginándose viajando a través del universo.

 

Presente:

Alessandro se ha convertido en un joven ingeniero espacial. Trabaja en una misión para enviar humanos a Marte. Cada día se sumerge en la ciencia y la tecnología, haciendo realidad su pasión de la infancia.

 

Futuro:

En un futuro cercano, Alessandro se convierte en el primer ser humano en vivir en Marte. Mientras camina por el suelo marciano, en medio de la desolación, se dio cuenta de que no estaba solo.

 

Alberto Benza González (Lima, Perú, 1972). Periodista, escritor y director de la primera editorial en el Perú dedicada estrictamente a la Minificción: Micrópolis. Cursó estudios de Escritura Creativa en el Taller de Hiperbreves de la escritora argentina Clara Obligado (Madrid, España) y Microliteratura en la Escuela de Escritores de Madrid.

Durante 2013, el Congreso de la República, La Cámara Peruana de Emprendedores y la Corporación de Prensa Especializada, le otorgaron el premio al Microrrelatista del año en el hemiciclo Raúl Porras Barrenechea. Como coordinador de las Jornadas Peruanas de Minificción en la Feria Internacional del Libro de Lima organizó las doce ediciones (2011-2022). También organizó el XI Congreso Internacional de Minificción (Universidad Marcelino Champagnat, 2022).

Ha publicado cinco libros de microrrelatos: A la luz de la luna (2011), Señales de Humo (2012), Sarah Ellen (2016), Hojas de otoño (2017) y La muerte en primera fila (2018). Además, cuenta con una antología titulada Entre vivos y muertos (2015) y su obra reunida, conocida como Brevedad bajo palabra (2023). Algunos de sus microrrelatos se encuentran antologados en diversas ediciones de Argentina, España, Estados Unidos, Francia, Italia, México y Puerto Rico.

 

 

LINK

https://albertobenza.com/