Dudoso estado crepuscular de la autoridad

por Roberto Rivera Vicencio

A medida que el tiempo pasa y poco y nada se consigue de parte de la autoridad, pese al clamor incluso de parte de su sector, no es descabellado pensar que vía desgaste podríamos estar siendo conducidos a un callejón, sin salida y con.

En qué consiste la inducción: en hacernos creer que efectivamente la autoridad está en estado crepuscular, luego del Knock-Out producto del uppercut popular al mentón neoliberal y el derrumbe del cuerpo accionario y patrimonial en plena Plaza de la Dignidad. (Ex Italia y Baquedano), aquel memorable viernes 18 de octubre 2019. Junto al modelo, podemos testificar, boqueaba a los pies del movimiento social. Es cierto.

Ahora bien, después de 30 años y 17 más de quiromancia y cartomancia, ilusionismo y hechicerías, de letras chicas y grandes, de conejos e hipopótamos sacados del sombrero en nuestro estado de derecho, entramos a dudar, por fin. Porque está y no está Knock-Out al mismo tiempo, ojo, no nos equivoquemos, desconcertado sí y bastante solo también, pero mañoso y encumbrado como le conocemos, (Prosur, Apec, Cop25, todas un fracaso), reapareciendo pálido y serio, -queridos compatriotas nos dice, si no me pongo a reír al escucharlo, caramba, queridos compatriotas, repite, con la picardía criolla apenas oculta a tantos beneficios que le ha proporcionado, desde dineros ajenos, birlado de tarjetas, uso y abuso de información confidencial, evasiones y elusiones- agarrado ahora con dientes y muelas, entrañas y esfínteres, a las cuerdas neoliberales del modelo que lo sostiene y que no piensa ceder, ni un ápice, ni un centímetro, nada. Ese es el mensaje. No nos equivoquemos, queridos compatriotas. Su codicia lo tiene claro, pese a todos los aunques…aunque Chile se hunda. Así será, pero conmigo pataleando, reclama.

Clarísimo. Ese es el mensaje. Nada, ni un céntimo ni un centímetro, aunque destruyan Chile, y por ello habrá que juzgar llegado el momento en lo que se merece; porque cien heridos con pérdida de la visión por perdigones en sus ojos sólo para partir, cabe preguntarse: ¿será casual? (Sin contar el resto de los heridos y apaleados a placer), será casual o es que se está apuntando precisamente al rostro y a los ojos, todo un símbolo además cuando ya llegamos a los 232 casos, y dos con pérdida total de la visión. Sin duda, algo grande se quiere ocultar y sacar de la vista, y en ello carabineros se vuelve contraparte y cómplice de aquello que también precisan ocultar, groseros montajes, desapariciones, golpizas, muertes, violaciones, pérdidas multimillonarias de dinero en Orden y Patria, aunque como siempre paguen los platos rotos los rasos incluso mal instruidos, ahora lo sabemos. Dos pájaros entonces se ocultan por lo menos bajo el alero de los mismos perdigones, y vaya a saberse cuantos más, en tanto el modelo pasa desapercibido. Cruel la estrategia, pero efectiva, hay que reconocerlo.

Luego, la tozuda trama en aparente Knock-Out prosigue, y ahora trata de involucrar a los cuerpos armados en una aventura personal y llama al COSENA (Consejo de Seguridad Nacional), con la seria intención de que, en virtud de la Seguridad Nacional amenazada, salgan a la calle, pero como la Seguridad Nacional no está amenazada, el Contralor General lo para en seco, y no salen, pero hacia ese lado apuntan sus pasos. Que lo sostengan junto con el modelo. Mucho pedir pareciera, porque los antaño útiles y hoy en Punta Peuco de su puño y letra, no querrían asumir de nuevo el mismo destino, los giles presos y los ricos de listado Forbes, de las mayores fortunas del planeta, que se llevaron el país para la casa, -el primer saqueo moderno dicen por ahí- felices, rozagantes, en clases de ética, más que satisfechos en la foto de sociales, coludidos en precios y beneficios, financiados por nuestros propios fondos de pensión (AFP), para cualquier necesidad aberrante como La Polar, salvando sus pérdidas privadas con las platas de todos, o necedad aberrante como Johnson.

Se oficializa, aquí falló la inteligencia, la de aparato de inteligencia se entiende, y el comidillo se hace eco; pero no, no falló la inteligencia, no nos equivoquemos tampoco, la inteligencia para saquear este país es más que suficiente para demostrar que no viene por el lado de las inteligencias la cosa, y la exclamación: ¡Cómo pudo ser que una rebelión de tales dimensiones no se hubiere detectado de antemano! no es nada de cierta. Veamos. Todos, incluso la prensa oficial a su estilo, advertía de un deterioro de la seguridad, de portonazos, asaltos, barrios ocupados por delincuentes y narcotráfico, incluso elaborando índices de inseguridad ciudadana, etc. Pero es del caso que, se trata de una inteligencia de Estado distinta, perversa, cuyos objetivos no es la seguridad ciudadana ni nada parecido, sino precisamente jugar a la inseguridad ciudadana, con policías fantasmas, gordos policías encerrados en sus reductos con un plan cuadrante que los exime de patrullaje y presencia disuasiva, y en las poblaciones y barrios populares dejar hacer mientras observan desde el palco de sus vehículos a razonables cuadras de distancia. Y esta es la inteligencia aplicada, perversa y mal intencionada, que el trabajador y la trabajadora, el ciudadano, sienta que la guerra es contra los poderosos malos del cuento, buenos contra malos, en tanto el modelo salva invisible en esta lucha sin cuestionamiento alguno, y sigue redituando gruesas utilidades. Y que el pueblo pida todo el rigor de la ley contra los malos, que no dejan vivir en paz a la gente decente, en tanto, la hábil y verdadera “inteligencia” subrepticiamente deja hacer a sus anchas, de modo de desenfocar el lugar adonde se parapeta el cerebro instigador y en el fondo el verdadero enemigo, el lumpen ABC1, que los ahoga y aprieta unos contra otros en sus barrios sin recreación ni destino. Por ello, esta primera línea de vándalos en rebelión, incluso hoy les es útil en su estrategia, dejándoles lugar para la invención y desarrollo de nuevas y más sofisticadas perversidades, que ya estamos viendo. Ergo, si bien son un peligro, para el modelo no lo son tanto ni tan importantes, eso es lo cierto. Lo importante y válido es que la ciudadanía los perciba como sus enemigos, y para allá vamos. El callejón de la violencia adonde pretende conducirnos la sombría especulación crepuscular del Knock-Out.

En cuanto a los socios pequeños, los políticos empleados en el Congreso, estos recogen el guante pero a medias, no todos, para encargarse de una “nueva constitución” por la paz social, acorde al proyecto enviado por la autoridad sin que parezca una engañifa que ofenda, ni al público ni a ellos; porque mal o bien son parte de este complejo y sólido entramado, y de lo comido y lo bailado también, y merecen manejar la cuestión a su estilo, a grito pelado llegado el caso, que queda bien, cachetada de payaso y rempujón ladino sin peleas inútiles. Lo fundamental, parecieran coincidir en lo íntimo, oposición y gobierno, es que no haya Asamblea Constituyente con participación de todos y que se maneje, en lo posible, entre cuatro paredes. Y lo más importante, que el modelo entre tiras y aflojes quede incólume, esa es la cuestión, y ya podemos divisar la cola del buen gato pardo que asoma regalón que desde las primeras líneas del acuerdo “Convención Constituyente” en vez de “Asamblea Constituyente” que no son lo mismo, no, gato pardo, que todo cambie para que todo siga igual, es gato por liebre, así se llama, porque tenemos que entrar a jugar en la propia cancha congresal, donde apatotados en sus tiendas, y de acuerdo a las reglas de elección de diputados, tendríamos que agachados pedir permiso para asomar la cabeza en sus oficinas y solicitarles si tuvieran a bien ceder un cupo para independientes, por favor, que no se olviden de nosotros y de las movilizaciones que hicimos ya. Ya papito, por favor, no ve que nos hicieron huevo pato de nuevo como en los noventa.

Pero no, como ya los conocemos y algo aprendimos en treinta años de silencio y aguante, de tanto mirar no más, desarrollamos las ganas y el olfato, calibramos resistencia, y ojo, pestaña y ceja, generamos un hambre atroz, de todo, de cine y cultura, educación, salud, pensiones, sueldos de verdad, no mínimos, y cachamos al toque cuando se estaban riendo de nosotros.

Es decir, en estos quehaceres y cambios de escenario, percibimos que en hábil crepúsculo nos enredaba la autoridad con mañas del pasado, juego de piernas, como decía el innombrable, para descansar y desmovilizar, fintas pechoñas de cabro moderno adonde sumergirse, para pasar subrepticio responsabilidades a los chiquillos del Congreso nuevamente, llegar y aprobar, por la paz social que los cuerpos armados salgan a cuidar “instalaciones estratégicas” y meternos así de lleno en el callejón sin salida de la violencia, qué les parece, y estos congresistas que ven debajo del agua, sospecharon tal como nosotros que esto se parecía mucho a un golpe blanco, tercerizado, de billar a dos bandas. y de paso les endosaba las responsabilidades. Qué gracia, nones le dijeron, las herramientas ya las tiene usted, vaya y ordene acorde a las normas vigentes y no nos ceda tan graciosamente la responsabilidad. Buenas tardes.

Pero les dejaba la espina clavada, o yo y conmigo el modelo, o la violencia sin control para que expliquen su responsabilidad al país en la prensa. Igual que antaño, jugando a la cohersión ahora y al parecer totalmente repuesto del Knock-Out crepuscular que lo tenía en las cuerdas. Con toda una batería de manipulación informativa y el ministro de bravuconería a televisión abierta y página doble de diario, su ex socio de patrulla, justificando una y otra cosa, ya verán, “instalaciones estratégicas” o “estados de emergencias”, aunque mejor con la anuencia de ustedes chiquillos del Congreso y así compartimos responsabilidades. Por verse.

Y el caso es que las manifestaciones siguen, a la fecha nadie ha ganado nada, antes, al contrario, solo los pequeños pierden, cuando comienza a desdibujarse en pasillos congresales lo logrado, la autoridad ya con claridad y decisión meridiana no afloja un solo peso, versión codicia y tozudez juntas, y el sistema neoliberal o capitalismo salvaje, que lo hizo multimillonario sin haber fabricado jamás ni un clavo, permanece inalterado. Por demás sabe que si deja que esto avance capaz que pierda algunos millones de US$, y ni él, ni los diez millonarios de Forbes que lo secundan, en sordina por supuesto, están dispuestos a perder nada, aunque el país se hunda por completo. De cabeza al callejón. ¿Sí? No.

Veamos, ya pasan de los 40 días las movilizaciones, y comienzan a incidir en el riesgo país, dicen, caen las acciones, dicen, cae la confianza empresarial “provocada por la crisis social” destaca el decano, y el dólar se escapa a $ 830 y el Banco Central sale a defender el peso y el tipo de cambio, la inflación derivada, interviniendo el mercado con 20 mil millones de dólares, 20 mil millones de dólares, nada menos, es decir, platas hay y reservas demás, ergo por reservas no es la cuestión, sino por real y auténtica codicia y de paso, una muestra de moderna y actualizada “picardía criolla” para hacernos creer que estaba “groggy” cuando con ello aseguraba la continuidad del modelo, que estos 20 mil millones lo certifican sin discusión, porque son y serán flotador y refugio para los amigos que pudo pillar en un mal pie, o incluso para la misma autoridad si le llegara la hora de partir. Nunca se sabe, en el veleidoso y obscuro callejón.

Pero no nos engañemos, sabe adónde va y lo que quiere, puede incluso desaparecer, como cuando se fue con 260 guatones verdes de un Banco sin que le saliera ni por ebriedad y llegar a los US$ 3.500,- millones en pocos años para luego intentar gobernar un país. Aunque de verdad no pudo, gobernar no, porque no se trata de cambiar estatutos o despedir a un “gerentillo” por oponerse o subir la voz. No. Hay que ser estadista, y eso precisa de otro peso específico, cultura y lecturas, sensibilidad y grandeza de espíritu, comprensión y generosidad, estar a la altura y todo ello y mucho, muchísimo más, escuchar, sentir el dolor del otro, la conmiseración por el viejo que muere a las puertas del hospital, por los 232 perdigones clavados en los ojos. Por la ceguera absoluta y total.

En cambio, da largas y demora el desenlace, sin comprender que ya no hay vuelta atrás. La primera línea se mueve y ahora está aquí justo delante de nosotros. También el callejón.