Almandino Editores, 205 páginas

Por Antonio Rojas Gómez

Este libro, presentado como un thriller andino, es en realidad un homenaje literario a la ciudad del Cusco, antigua capital imperial de los incas. Un homenaje que rinde el autor, buen conocedor de la historia y los misterios de sus calles y su entorno. A través del relato del protagonista, un detective cultural, va entregando sus conocimientos al lector, que sepa o no sepa de antemano del atractivo cusqueño, empieza a preguntarse si será verdad cuanto lee, si valdrá la pena visitar esa ciudad altiplánica, situada a tres mil quinientos metros sobre el nivel del mar, si encontrará en ella esa conjunción de dos culturas que se reunieron en el virreinato, cuando una avasalló a la otra, que sin embargo se mantuvo y aún se mantiene presente con aportes notables al arte de la pintura, la arquitectura, la literatura y la gastronomía. Todo lo cual da forma a un entramado social único. Así parecen haberlo entendido gentes de todas las latitudes que han hecho del Cusco y de Machu Picchu un lugar de privilegio entre los destinos turísticos del mundo.

Pero la avalancha turística de asiáticos, europeos, norte y sudamericanos no deja conformes a todos los originarios del Cusco. Y eso también lo revela el libro, a través de dichos y acciones de personajes, en especial de quienes descienden del pueblo originario y de los deseosos de preservar la naturaleza y las antiguas costumbres, agrupados bajo la denominación de ecologistas, un término que, por lo menos en la trama de esta novela, da para todo.

El trasfondo del libro, entonces, es el Cusco, ni más ni menos. Lo otro, el thriller, la indagación del detective cultural sobre un libro colonial que ha sido robado de las oficinas municipales y la serie de homicidios que parecen conectados con el robo, las panzadas de cuyes y de carne de llama que despacha, no es más que el pretexto para recorrer las calles de la ciudad y los alrededores, a pesar del soroche que provoca movilizarse en la altura.

En este viaje por el Cusco nos acompaña José Leal Cocharcas, profesor universitario limeño, que es convocado por un antiguo amor, Malena Rojas, quien las oficia de encargada cultural del municipio. Ambos personajes aparecieron en una novela anterior del autor, “En el Cusco el rey”, así como el malvado de la historia, el doctor Guarachi, quien en aquella ocasión había robado un cuadro colonial y ahora, una novela picaresca escrita en el siglo XVIII, que sería la primera de su género en el continente.

José Leal empieza a investigar, lo que lo obliga a recorrer merenderos e iglesias, calles y recovecos que describe con prolijidad, y a entenderse con numerosos personajes que aportan a su pesquisa, en la que no falta el toque de humor. Digamos, a vía de ejemplo, que uno de sus contactos es el periodista Pedro Pablo Canales Carrizosa, a quien llaman Pepe Caca. Veámoslo en acción:

“Pepe Caca no creía en nadie, ni en la madre que lo parió. Lo cité pues a almorzar en una chichería del barrio Coripata, donde había excelentes rocotos rellenos. Me gustaba, en esa zona, sobre todo la bella, más que bella, iglesia de Belén, parte del convento reputado como el más antiguo del Cusco. El de las “monjas mestizas”, hermoso apelativo”. (Pág. 144)

El párrafo citado da cuenta de lo que hemos dicho hasta aquí. La ciudad, con sus tradiciones culturales y culinarias, está omnipresente en el texto y a su sombra Leal Cocharcas investiga. ¿Hasta descubrir qué? ¿Quién robó el manuscrito? ¿Era auténtico el manuscrito o una superchería? ¿Los cuatro homicidios que se produjeron estaban relacionados con el robo? ¿El asesino fue el propio ladrón?

Las preguntas son muchas y las respuestas surgen poco a poco, gracias a la perseverancia de José Leal Cocharcas, un detective original, motivado más por su amor hacia la cultura que por las razones que suelen mover a los investigadores policiacos. Al final, para cada pregunta existe una respuesta.

Bartolomé Leal tiene un largo recorrido como autor de novelas negras y su nombre resulta familiar para los lectores del género. Este es su título número diecisiete y responde a lo que sabíamos de su literatura.

¡Ah!, pero se me olvidaba una interrogación: ¿Consigue Leal Cocharcas reconquistar a Malena Rojas después de quince años? Bueno, también se sabrá al terminar la novela.