Camila Marcela Mardones Vergara (1991) es profesora de Historia y Geografía, Licenciada en Educación y Diplomada en Gestión del Patrimonio Cultural. Maestra en Literatura Española y Latinoamericana de la Universidad de Buenos Aires.

Su trabajo poético ha sido publicado en las antologías “Patagonia Insurgente”, Derrames Editoras, Argentina y Colombia (2021), “Mujeres en tiempos de esperanza, crisis y pandemia”, Biblioteca del Congreso Nacional, Chile (2021), “Aislados: Dosis de poesía para tiempos inciertos”, Dendro Ediciones, Perú (2020), “Palabras escondidas” homenaje a Stella Díaz Varín, Ediciones Punto G, Chile (2016), “Contrasilencio”, Ediciones Balmaceda Arte Joven, Chile (2010), “Anda libre en el surco”, Sociedad de Creación y Acciones Literarias Región de Coquimbo, Chile (2009). En las revistas impresas “Papeles de la mancuspia”, Cuba y México (2014), “Jóvenes Olvido”, Valparaíso (2010), además de numerosos sitios web. En cuanto a crítica literaria, publicó en “Surales: Ejercicios de crítica literaria en Puerto Montt”, Ediciones Balmaceda Arte Joven, Chile (2016).

Entre sus reconocimientos literarios se encuentran: Mención especial del jurado en concurso “Poetas de Habla Hispana”, España (2015), Primer lugar modalidad poesía en IV Concurso Internacional de Poesía y Cuento “El Parnaso del Nuevo Mundo”, Perú (2014-2015), Primer Lugar en el 2º concurso de creación literaria Balmaceda Arte Joven (2010), Único premio joven en el concurso nacional de literatura “Premio Lagar, Gabriela Mistral” (2009).

“Cautiverio” es su primer libro publicado. Primera edición por Balmaceda Arte Joven, Chile, 2015.

 

La urgencia de ser territorio en “Cuando habitemos el agua” de Camila Mardones

Por Roxana Miranda Rupailaf

El reciente adelanto del poemario “Cuando habitemos el agua” (2021) de Camila Mardones (1991) se divide en tres capítulos: La casa, las ciudades y el bosque. El título del poemario nos remite al territorio, el hogar líquido desde el cual emerge el cuerpo del agua, pues nosotros mismos somos agua, somos los habitantes del agua; y habitar es una forma de vivir, un proyecto, por tanto, debemos aprender a habitar y a existir en armonía con el entorno.

“Cuando habitemos el agua” nos invita a reflexionar en nuestra primera casa que es nuestro cuerpo y en el cómo esa casa existe, se construye en diálogo con los demás habitantes del territorio. El poemario, nos insta a mirar el dentro de nuestra casa y sus líquidos corporales, y a ver a través del cuerpo el afuera, los ríos, el mar, las ciudades, los paisajes, porque quién habla también es paisaje.

“Las ventanas rebosan extremidades/Un cuerpo fragmentado busca fugársele/al encierro” (…) “La ventana” es un símbolo importante que se reitera en el texto poético, pues conecta el dentro y el afuera. A veces, es una ventana empañada, rota, un vidrio que puede ocasionar cicatrices y heridas. La ciudad, por ejemplo, es una herida. Los recursos poéticos como las anáforas en el poemario, funcionan como mantra, como canto para invocar visiones, como metáforas de una geografía que se deshace. “En un cuerpo sin extremidades no se puede construir una casa/En un cuerpo sin extremidades no se puede construir una casa/ En un cuerpo sin extremidades no se puede construir una casa”.

Mardones, nos habla de las ciudades habitadas, y en cómo estas ciudades subsisten en el mapa de nuestra corporalidad, la memoria. “Cuánto territorio abarca esta herida”, nos dice, y el territorio, nuevamente es el dentro y el afuera. Nosotros somos territorio, nuestro propio mar, nuestro propio bosque y ciudad. La palabra es lápiz y cuchillo, espejo de la sangre, principio de incendio. “Habitáronme, entonces, / las voces de mis alas y sus trayectos. /Algo de mí vuela en cada loica/ el río desemboca, también, /en mi pecho”.

La voz poética de Camila Mardones, es una voz fuerte, como un temporal, un vendaval o un tsunami y a veces destruye el hogar- cuerpo- casa, con su canto-incendio, para naufragar en el oleaje de un océano insaciable que sueña con ser bosque.