Por Miguel de Loyola

La idea de que cada individuo ha nacido para algo concreto, y que ese hecho concreto se materializará en algún momento de la vida, pero sólo en algún momento, parece ser una de las hipótesis encerradas en las páginas de esta novela del afamado escritor italiano Alessandro Baricco (1958), a quien ya conocemos por su conocida obra minimalista  del año 1996 Seda, y cuyos ecos todavía resuenan en nuestros oídos por su excelencia.

Contrariamente a esa pequeña gran obra, que nadie puede dejar de leer dado el magistral uso de la economía narrativa para contar una historia larga como lo fue sin duda el camino de la seda, en Esta  historia nos enfrentamos a una novela con algunos capítulos farragazos, que bien pudieron quedar fuera, para bien de la novela y beneficio del lector. Se nota aquí la obsesión del autor para salvar lo insalvable, cosa que suele ocurrir a menudo a los autores ya famosos. Podemos entenderlos como caprichos de la fama, aunque no podamos justificarlos estéticamente. Esto me recuerda la novela Donde van a morir los elefantes, de nuestro José Donoso, quien tuvo que ceder finalmente al juicio del editor para dejar fuera muchos capítulos de aquel largo y farragazo episodio de los calzoncillos rojos, el cual no fue definitivamente un aporte para la novela y debió haber quedado completamente afuera. Pero José Donoso no accedió a perderlo del todo e insistió en dejarlo.

En Esta historia, el capítulo referido a la experiencia en la trinchera del personaje principal Ultimo Parri, resulta realmente farragazo,  aunque sea posible entrever el enorme esfuerzo desplegado por el autor por tratar de perfilar la rendición de Caporetto durante la Primera Guerra Mundial como un hecho excepcional de la misma. Algo no funciona bien allí y la novela parece quebrada en ese punto. Sin embargo, al igual que Donde van a morir los elefantes, hay que señalar que si bien un pasaje no funciona, los demás terminan pagando al lector la lectura de la obra completa.

La novela de Barricco cuenta la historia de un granjero que de un día para otro decide cambiar su vieja lechería por un garaje mucho antes de la llegada de los automóviles al pueblo, adelantándose así a los acontecimientos del futuro. Las consecuencias de este cambio radical en su vida serán muchas, pero la más importante parece ser la amistad de Libero Parri con un conde italiano que tenía la pasión del automóvil en la sangre, y transformó al granjero en su mecánico, acompañándose de él en todas las carreras.

La novela avanza después con la del hijo, Ultimo, quien aprendió el oficio del padre y la pasión por los autos del conde. Después viene la 1º guerra mundial y Ultimo será enrolado en el ejercito, debiendo pelear por algo que nunca le importó.

Después de la guerra, Ultimo  conocerá a Livazeta, joven perteneciente a la aristocracia rusa exiliada en USA, cuya controvertida psicología la transformará acaso en el personaje más emblemático de la obra. Será ella quien buscará la respuesta a las interrogantes dejadas abiertas por Ultimo.

Baricco usa la primera persona para el desarrollo de la novela, tejiendo una red de narradores que pasean al lector por sus vidas íntimas. Estas voces en primera persona no se tocan nunca en el relato, y las historias de cada uno tienden a quedar truncas, a pesar de un epílogo que busca relacionarlas, poniendo acaso otra de las tesis de Baricco, la circularidad de la historia en sí misma. La vaguedad de las historias queda en la conciencia del lector como un pregunta acerca de la vida misma.