Patricio Zulueta posee un excepcional sentido del humor -poco abundante en nuestra literatura, por desgracia- y una imaginación febril que da u tono especial y único a sus microficciones. Los invitamos a leer su trabajo creativo en el género brevísimo.

Vida alegre

La sombra del cura esperaba que éste se durmiera y salía de juerga todas las noches. Se daba la gran vida. Siempre llegaba antes de que despertara y nunca pasó nada hasta que una noche quedó prendada de otra sombra. Se fueron al Caribe por dos semanas. Los feligreses lo extrañaron mucho durante ese período. No se atrevió a salir sin ella.

Declaración

Con un amor gigantesco realicé el último doblez a un precioso origami rojo con forma de corazón. Me costó mucho entregárselo. Emocionada, lo guardó en un bolsillo y me miró con ojos acuosos. No dijo nada. Se alejó muy despacio y, por esas cosas del destino, nunca más la vi.

Definitivo

Luisa Lane está defraudada. Si bien es cierto que ama profundamente a Clark Kent, cada vez que tratan de tener intimidad, éste debe salir volando a atender emergencias.
Luisa le dejó sobre la almohada un origami hecho de kriptonita y se mandó a cambiar.

Despechado

Su coneja se fue con otro.
Atormentado, saltó desde el sombrero del mago y mordió con rabia la varita mágica.
A continuación, desaparecieron el mago, su sombrero y el conejo con su tristeza.
El público aplaudió más que nunca antes de esfumarse.

Restricción

Don Drácula, no le podemos vender sangre de ningún tipo.
Lo más parecido que tenemos es Campari, Aperol o granadina.
El majestuoso vampiro no se inmutó y cruzando la barra, dejó exangüe al cantinero.
Pagó al contado e incluyó la propina.

Patricio Zulueta es un escritor de taller. Sólo escribe en este espacio. Los actuales microcuentos se escribieron para el taller de Diego Muñoz Valenzuela quien es mi talentoso referente. Me encanta la escritura.
En lo profesional, soy Agente de Aduanas, Ingeniero Comercial y Contador Auditor.
En lo personal, tengo tres hijos y nueve nietos.