Carta abierta a Poli Délano

por Eduardo Contreras Villablanca

Querido Poli:

Aquí estamos, escribiéndote ya pasadas las fechas del día del libro, y de tu cumpleaños. Habrías cumplido ochenta y cinco el pasado 22 de abril. Te recordamos mucho, no solo en estas fechas, lo hacemos siempre, y lo hemos traducido en hechos concretos. Por ejemplo, en tu taller, junto a tus familiares, amigos y compañeros de tu recorrido por la vida, levantamos durante el 2020 el sitio www.polidelano.cl, y lo lanzamos en agosto de ese año, cuando se conmemoraban tres años de tu partida, eso lo hicimos en el marco del IV Encuentro Mundial de Viajeros en el Tiempo.

Tenemos ahí información de todas tus obras, y varias de ellas quedaron en formato digital a disposición del público. Hay testimonios de muchos de tus amigos y amigas, fotos, tus artículos en la prensa de México y de Chile, y videos. Cada tanto me sumerjo ahí y así viajo yo también en el tiempo, a encontrarme contigo, querido Poli.

Fue un lindo evento ese del IV Encuentro, viajaste a caballo en aquel video que grabé en tu departamento de Lyon, y así nos compartiste tus vivencias con Neruda, y esa colección de poemas raros que coleccionaba el vate. Con tu prodigiosa memoria nos recitaste algunos de ellos. Lo disfrutamos en compañía de las y los integrantes de tu taller, y de grandes amigos tuyos, como Mempo Giardinelli, Diego Muñoz Valenzuela y Yuri Soria Galvarro, entre otros.

Fue un encuentro virtual, como casi todo lo que podemos hacer en estos tiempos. Te sorprenderías, y seguramente detestarías esta nueva forma de vida a la que nos hemos tenido que ir acostumbrando. Esa es la manera en la que ha podido seguir funcionando el taller. Cada semana nos reunimos. Seguimos escribiendo Poli, claro que sí, no faltan lectoras y lectores. Hay cuatro novelas que están casi listas, y muchos cuentos, desde luego varios sobre la pandemia.

Ciertamente te desesperaría la falta de contacto presencial, así como la indolencia del gobierno ante el sufrimiento de tantos compatriotas debido a la crisis generada con el virus. Como te contaba en una carta anterior, vivimos la peor crisis sanitaria en un siglo, justo cuando las decisiones importantes en Chile, están en manos del gobierno más malo que hayamos tenido desde el término de la dictadura. Ese lugar común de que la realidad supera la ficción, se ha materializado no solo en que vivimos una distopía de película, sino además, en que el país eligió nuevamente a ese multimillonario tan desconectado de sus compatriotas, y que conociste muy bien. Que disgusto te habrías llevado.

Pero si en lugar de partir el 2017, la muerte te hubiera llevado a fines del 2019, te habrías ido esperanzado por la tremenda revuelta popular que se inició en octubre de ese año, una movilización tan impresionante que tuvo un resultado que pocos se habrían atrevido a soñar antes de esa fecha. Querido Poli, afírmate: se logró un plebiscito, en el que podíamos votar si aprobábamos o rechazábamos un proceso constituyente. Ganó el apruebo por una paliza de 80% contra 20% del rechazo.

El costo fue alto, hubo muertos y muchos mutilados. Y no creas que con eso quedamos listos para tener un país mejor, los representantes de la élite dejaron unas cuentas barreras en el camino, pero avanzaremos por él, hasta terminar con las injusticias y los abusos de este sistema que tanto detestabas.

Pero te tengo más buenas noticias: se han seguido publicando libros de tus talleristas, a pesar de lo que cuesta con las restricciones y el confinamiento. Así y todo, fueron al menos cuatro libros los que se lanzaron entre el 2020 y lo que va del 2021.

Es feo que yo lo diga, pero puchas que está bueno el taller. Es un agrado leer los textos que llegan cada semana. Y con buenas críticas y análisis, como suelo decir: entre todas y todos creo que hacemos un Poli. Sembraste bien. Algo nos debe haber quedado de tu tremenda trayectoria. A propósito, como esta carta es pública, para quienes no conozcan a Poli, resumo ese recorrido: Desde tu primer libro, “Gente solitaria” publicado en 1960, hasta el 2016, cuando se publicó la que sería tu última novela “Un ángel de abrigo azul”, son nada menos que veinte y un libros de cuentos, diez y nueve novelas, cuatro libros de testimonios y ensayos, y seis libros en los que fuiste editor o compilador. Un total de cincuenta obras. A las que hay que agregar, yo estimo, por lo menos unas cinco más como ghostwriter. ¡Cómo te merecías ese premio nacional que no te otorgaron!

¿Qué más? Nos seguimos contactando, como se puede, con tus amigos más cercanos. Ramón Díaz Eterovic, Sonia González Valdenegro, Gianfranco Rolleri, Yuri Soria Galvarro, Rolando Rojo Redolés, Juan Camilo Lorca y otros. Con el querido Diego Muñoz nos vemos siempre, por las actividades de Letras de Chile, juntos estamos organizando el Primer Encuentro Internacional de Literatura Negra y Fantástica, que se realizará durante mayo y junio, también de forma virtual. Allí nos reuniremos con muchos de tus colegas más cercanos.

Este año nos hemos visto dos veces con Viviana. Me dio el alegrón de prestarme uno de los libros policiales que don Luis Enrique Délano escribió con seudónimo, en este caso como José Zamora. Se trata de “El collar de Jessica Rockson”. Qué buen libro, y tan mexicano. Me imagino lo provechosas que deben haber sido esas sesiones en las que “tallereabas” tus primeros textos con él.

Ya despidiéndome, te cuento que por esta calamidad del COVID, no podremos juntarnos en el bar Hemingway, en el que tantas veces disfrutamos de tertulias contigo, y donde solíamos reunirnos después de tu partida. Pero desde nuestras casas haremos varios brindis por ti, en una sesión de Zoom de tu taller. Un abrazo grande en el día de tu cumpleaños, junto a nuestra gratitud, querido amigo, cuate y maestro.