“Hojas de otoño”, Alberto Benza

Macedonia Ediciones, Argentina, 2017, 105 pp.

Por Diego Muñoz Valenzuela

Alberto Benza, minificcionista peruano y director de Micrópolis, una editorial que se ha consagrado a la difusión del género narrativo brevísimo en su país y luego más allá de sus fronteras, y que ya forma parte de su columna vertebral en Latinoamérica. A su trabajo como autor, adiciona el de animador de la microficción en el Perú, organizando encuentros y jornadas del género, así como participando activamente en eventos especializados en diversos países de América.

Hojas de otoño es un libro de microrrelatos publicado por Macedonia Ediciones, que ha realizado un magnífico trabajo de publicación del género en Argentina, bajo el mando del talentoso e inagotable Fabián Vique. El volumen está estructurado en seis secciones que agrupan una variable cantidad de piezas bajo una denominación que resume sus intenciones y temáticas, conectadas en su mayoría de un modo u otro con la Muerte -nuestro temible Guardián, siempre al acecho-  e impregnadas de un humor negro implacable y exento de consideraciones hacia el lector.

El otoño anuncia la inevitable llegada del invierno: la decadencia, el frío, la muerte. Un cuento representativo del sentido global del volumen puede ser El globo, una narración de corte fantástico, aunque contiene una gran carga simbólica que apunta en forma directa a nuestra realidad contemporánea. Aquí va esa estremecedora microficción:

 

El globo

Un niño salió rumbo al campo buscando el contacto con la naturaleza. Creía que, exhalando, todo lo malo de su cuerpo se purificaría. Tomó un globo, lo infló con toda su fuerza. El globo se tornó de color negro y siguió creciendo. Al final, el niño soltó el globo y este se elevó. A los minutos estalló y la ciudad quedó sumida en una gran oscuridad.

La intertextualidad -como suele ocurrir en nuestro género brevísimo- se convierte en un protagonista del libro, proporcionando al lector el goce de un desarrollo o un desenlace alternativo de una historia conocida. Es lo que ocurre en referencia a los cuentos infantiles clásicos con El problema, donde el humor negro viene a ser ingrediente principal.

El problema

El danzante de tijeras sacó un sapo, le dio un beso y se lo tragó.

-El problema -dijo el forense- fue cuando el sapo se convirtió en príncipe.

Gigante es unaminificción que desmenuza con agudeza los caprichos y veleidades de una amada imposible de satisfacer. La anécdota se va entregando con trazos directos, precisos, y poniendo de relieve lo fantástico desde el mismo título, no obstante, lo maravilloso es más bien escenografía, porque el propósito está en el ámbito de lo humano, y muy lejos de lo maravilloso.

Gigante

El gigante se acercó a su amada. Ella lo miró y, con gesto de incomodidad, le dijo:

-Te presentas sin nada, debes ser un poco más atento.

Contrariado se levantó, buscó la estrella más cercana y la colocó al lado de la ninfa. Ella esbozó un gesto de fastidió, él bajó una segunda y una tercera estrella.

De nuevo emerge lo fantástico en Leyenda, sugiriéndolo ya desde el propio título. La venganza es el leit motiv en esta narración que recurre a la intertextualidad para generar el cierre sorpresivo.

Leyenda

Muy nervioso, David atraviesa el bosque. Lleva consigo la cabeza de su peor enemigo.

-Voy a vengarme -dice la víctima desde la bolsa.

-¡Cállate! -grita David.

A lo lejos se escuchan los pasos del jinete sin cabeza.

Vuelve el amor a la carga en Y se detuvo el tiempo, brevísima minificción donde lo fantástico se combina con la alienación mercantil y la inmortalización de la pareja en hábil estocada de humor negro.

Y se detuvo

El día que besé tus labios, el tiempo se detuvo. Ahora somos la atracción del Parque del Amor.

Como se aprecia: humor negro, sorpresa, intertextualidad, reflexión sobre la muerte y el deterioro humano constituyen los trazos más representativos y las destrezas de nuestro autor peruano.