por Cecilia Aravena

Espero que a la vuelta de esta esquina me sorprenda la esperanza y que
Tomada a mi brazo me mire y me alimente,
Escucharla reír mostrando los dientes.
No quiero que el temor la disipe,
Que tome la forma de botas obscenas color coyote.
Y que el ruido de fusiles espante a los pájaros.

Me pregunto si será necesario cantar más fuerte
Que mi voz abra ventanas y ensanche pasillos,
Que de las gargantas salgan más canciones.
Me pregunto si debemos avanzar desnudos por la alameda
Mostrar que somos carne, hueso, sangre y piel
Lo mismo que corteza, rama, hoja y flor
Lo mismo que espuma, sol, viento y arena,
Lo mismo que lluvia, montaña, río y semilla

Quiero bonanza igual que tú
Celebrar con las copas llenas
Dormir la siesta tibia de domingo
No soy tu enemigo, no quiero hacerte daño,
No quiero que fallezcas
Acepto que no te gusten mis zapatos,
Ni quieras sentarte en mi mesa
Que no confíes en mí.

¿Pero por qué no quieres que me levante?