AMOR DE MADRE
Vio el ojo amoratado cuando su hija abrió la puerta. De refilón, apenas. La luz del cuarto estaba apagada y la chica volvió a la cama con su dolor de cabeza.
Mamá nada dijo pero sospechó de inmediato. La migraña tenía un origen dudoso. Se dirigió a la cocina. Abrió el chorro de agua caliente y se dedicó a lavar la loza que se apilaba desde la mañana.
Desde el baño surgió un alarido y una puteada fenomenal. El agua se había enfriado. El hombre apareció todo jabonado y estilando su rabia. La suegra enarboló entonces la suya y envolvió con ella el cuchillo carnicero para atravesar al yerno repetidas veces. Luego lo trinchó con eficacia y sin desmayo.
Ya habrá tiempo para dar explicaciones.
(Antología El ojo de Lilith, Ediciones Sherezade, Santiago, 2018)
GAJES DEL OFICIO
Han pasado veinte años desde la última vez que ella saliera de su consulta cabizbaja.
Enamorarse del psiquiatra generalmente tiene desastrosos resultados.
Hoy lo encuentra en la extensa fila de los que esperan turno en el Registro Civil para retirar su pasaporte.
Ya no tiene nada que perder. Ella desliza su bastón bajo los pies de él, lo justo para que tropiece y caiga de bruces sobre la solera de la calle.
Los accidentes suelen suceder cuando menos se los espera.
Lástima, el recién jubilado facultativo ya no podrá realizar su tan planificado viaje a las islas griegas.
Antología El ojo de Lilith, Ediciones Sherezade, Santiago, 2018)
EL TIGRE O YO
Veo al tigre con un solo ojo, dorado, fantasmal, el otro adormecido en la niebla. Me mira con sus extraños matices de fiereza.
No sabemos quién atacará primero. El tigre o yo, hermanados en la incertidumbre.
(2022” enTigres para Juan, Antología virtual de microciuentos latinoamericanos.
PROFILAXIS
Obturación de ionómero, obturación de resinas, extracciones, amalgamas,
tratamientos de conductos, pulpotomía, profilaxis…
Mientras me seco la frente con el papel donde está escrito el despiadado presupuesto, vuelven a mi mente estas sencillas y olvidadas palabras: CEPILLO DE DIENTES
AL ATARDECER
El agua amarillenta reverberaba detrás del bote. Por un momento pensé que el sol aparecería en el horizonte, pero entonces el retumbar de un radio-parlante me distrajo.
Un automóvil se había detenido cincuenta metros más adelante, pero nadie descendió.
Los tres fotógrafos oteaban hacia el mar mirando a través de sus cámaras. Querían captar el brillo del agua, la placidez del atardecer, el dorado intenso que pincelaba el cielo sobre los roqueríos.
Una mujer de pelo largo caminó fuera del auto y se reclinó sobre una roca.
Desde mi posición dentro del primer auto, yo no lograba ver qué hacía.
De pronto un jeep azul pasó por mi lado y fue a estacionarse más lejos. Luego retrocedió desandando el camino. En la mitad del callejón, dio la vuelta e hizo sonar la bocina. Dos niños descendieron y se acercaron corriendo. El padre bajó y se les unió al borde del acantilado. El hombre también extrajo una cámara y se agachó para fotografiar el mar.
Entretanto, los tres primeros fotógrafos se aproximaron hacia mí que esperaba.
De pronto asomó un sol rojizo, potente, que dibujó una huincha brillante y cálida sobre el agua.
Los tres fotógrafos enfocaron al horizonte y dispararon.
Yo cerré mi cuaderno de notas.
E-mail: basualto.alejandra @gmail.com
ALEJANDRA BASUALTO (Rancagua, Chile, 1944). Poeta y narradora. Licenciada en Literatura y egresada de Doctorado en Literatura Latinoamericana, Universidad de Chile. Dirige el taller literario y la Editorial La Trastienda desde 1988.Traducida al inglés, francés, italiano, danés, mapudungún y bengalí, y publicada en antologías en Chile, Estados Unidos, Canadá, México, España, Francia, Italia y Dinamarca y ha obtenido varias distinciones tanto en Chile como el extranjero. Obras: Los ecos del sol, poesía, 1970, El agua que me cerca, poesía, 1984, La mujer de yeso, cuentos, 1988, Territorio Exclusivo, cuentos, 1991, Las malamadas, poesía, 1993, Desacato al bolero, cuentos, 1994, Altovalsol, poesía, 1996, Casa de citas, poesía, LOM Ediciones, 2000, Antología personal (1970-2010), poesía, Ed. La Trastienda, Santiago, 2010, Invisible, viendo caer la nieve, novela, Ed. La Trastienda, 2012.
ZURDA
En el comedor los ojos de la monja son cuchillos sobre mi mano izquierda. Viene amenazante pero la cuchara sigue firme en mi mejor mano.
-Niña, ¡Te he dicho que es mala educación comer con la izquierda! Y los puntitos bajo sus cejas gotean piedras sobre el plato que se enfría.
-¡Toma la cuchara con la derecha y come!
Obedezco, pero la cuchara se vuelve difícil y los garbanzos manchan mi pechera antes de llegar a la boca. Además, se me cerró la garganta, no puedo tragar y, por último, esta comida es mala y no la quiero.
(BSASTA + de 100 cuentos contra el abuso infantil, Ediciones Asterión, Santiago, 2012)
RECUERDO PRENATAL
Mis padres están tensos. Discuten y rezan. Esperan que yo sobreviva, que nazca sana y fuerte. Se han preparado desde hace más de un año. Todos los días vino una enfermera a inyectarlos y acudieron cada semana a que los examinara el doctor.
––¡Tantos antibióticos! ––oigo decir a mi madre. ––Ojalá que no haya consecuencias. ––Y entonces llora. Y luego dice que extraña a su madre que ya no la visita por su causa. Que toda la ignominia y la humillación que la sobrepasa es por causa de él, que su hijito mayor estaría vivo si él no lo hubiera infectado con su mala vida, que el niño murió por su culpa, que cómo podría ella seguir viviendo si esta guagüita de ahora también nace enferma.
(Antología El ojo de Lilith, Ediciones Sherezade, Santiago, 2018)
IMAGINACIÓN
Los ´pájaros no fueron inventados para vivir en jaulas: es el vcazador quien ha perdido la imaginación.
(Ardenandes) Microficciones argentinochilenas, Simplemente Editores, Santiago, 2015
“XXL”
La mujer avanzó unos pasos, dudó un poco y se asomó a la puerta.
Desde dentro, la vendedora la observaba. Cuando se atrevió a entrar y levantó la mirada, la dependienta preguntó:
-¿Se le ofrece algo?
La mujer titubeó y luego esbozó una sonrisa culpable: -Es que ando buscando un vestido elegante para el matrimonio de mi hija.
-Si es para usted, no tenemos.
-¿Cómo?
– Para su talla, no hay nada-. Luego le dio la espalda y se alejó.
Abatida, la mujer continuó su peregrinación por el mall. “Es la historia de mi vida” pensó. “Qué puedo hacer, si las dietas no me resultan y no tengo dinero para operarme… Ahora tendré que ir a la fiesta con el mismo vestido azul de siempre, que me hace ver diez años mayor. Mi hija se avergonzará”.
Al día siguiente, en la peluquería, oyó a una mujer comentar sobre una tienda nueva en el barrio, que traía ropa importada. “Tal vez allí encuentre algo” se dijo esperanzada. “Las mujeres europeas son más grandes”.
Esa tarde se dirigió al lugar que era enorme e iluminado. Muchas hileras de trajes colgados le daban la bienvenida. Había de todo en diversos colores y tallas.
Descubrió una fila de trajes con etiquetas L, XL y XXL. Quiso abrazarlos. Luego trató de serenarse y sacó tres de diferentes colores. Con ellos se dirigió al probador.
¡No podía creerlo! Todos le quedaban perfectos. Sin embargo, tenía que escoger solo uno. Había tantos otros gastos…
Después de probárselos de nuevo, decidió que el verde la haría verse más juvenil y realzaría sus ojos claros, que últimamente nadie parecía notar.
Se dirigió a la caja y pagó por su trofeo.
Salió de allí disfrutando su recién recuperada autoestima.
(en Antología Consucuento, Sernac, Santiago, 2012)
ROSAS
Soñabas con rosas envueltas en papel de seda para tus aniversarios de bodas, pero él jamás te las dio. Ahora te las lleva todos los domingos al panteón.
(Publicado por primera vez en La mujer de yeso, Ediciones Documentas, 1988, Luego en Antologías, como n Brevísima Relación, Antología del microcuento hispanoamericano, Ed. Juan Armando Epple, University of Oregon, Mosquito Editores, Santiago)
BOTÁNICA
Se desangraba en la acera. No habría otra luna para él, ni estrellas, nunca más. No quería dejarse ir, pero la oscuridad se le agrandaba en los ojos.
Su mano tocó la fría masa de acantos que bordeaba el antejardín. El cerebro comenzó a penetrar en el verde, hasta el fondo. La savia ululaba entre sus dedos. Los apretó y restregó contra la piel rugosa de la planta. Entonces sucedió: sintió el rocío en la cara como una llovizna de oro en un campo de yuyos. El vientre dejó de doler. Los ojos se acostumbraron a la penumbra, pero ya no eran sus ojos, sino pequeños tentáculos que se arrastraban por la tierra tras el reguero de sangre. En la boca, un sabor amargo y leve de hierba. Tentó sus raíces firmes y agradeció las alas verdes que le nacían de los hombros y se curvaban con la brisa.
(Ardenandes) Microficciones argentinochilenas, Simplemente Editores, Santiago, 2015 – Y Microcuento fantástico chileno, Antología. Varios autores. Simplemente editores
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Príncipe azul:
No desmontes de tu brioso corcel, ni me tomes en tus brazos, ni roces mis labios con tu boca delicada porque, si te miro de frente con mis ojos de bruja verde, y te beso como se debe, y me sueño todo el cuento entre tus sábanas de holanda, mucho me temo que desaparezcas.
(este es también un poema CON OTRA GRÁFICA)
(1993 Las malamadas, poespia, Ed. La Trastienda) FATUM Emites todas las señales pero, cuando recojo el guante, de tu corazón se escurre un conejo.(1993 Las malamadas, poespia, Ed. La Trastienda)
HOMENAJE A JUAN EPPLE, PADRE DEL MICROCUENTO CHILENO
El escribidor recorría las calles, los mercados y los campos del país que lo acogía y despertaban en él fotogramas de las calles, los mercados y los campos del país que acunaba en sus recuerdos.
Decidió entonces conservarlos para siempre en pequeños textos, breves recortes humanos, briznas del parque forestal y miradas de reojo a la cultura.
Ardenandes) Microficciones argentinochilenas, Simplemente Editores, Santiago, 2015
2020 – “El orden de las cosas
Cuando la rata saltó dentro de la olla donde remojaba sus lentejas, ella se dio cuenta d que la pandemia había alterado para siempre el orden de las cosas.
en Brevirus, Antología virtual de microciuentos latinoamericanos.
CALLAMPAS
Mamá decidió cocinar tallarines para el almuerzo playero y envió a los niños al bosque por callampas para preparar la salsa.
Bajo los pinos se divisaban gordos hongos de sombreritos color marrón. Como esos eran los que podían comerse, os chicos comenzaron a acumularlos en los canastitos de sus bicicletas.
De pronto, voces airadas surgieron del oscurecido suelo bajo los árboles. La niña menor se arrodilló para oír mejor. Con sus manos escarbó un poco entre las agujetas de los pinos y ahí apareció una diminuta mujer que reclamaba contra los ladrones.
Asombrados los chicos observaron que bajo las callampas vivía una población de pequeños seres que corrían de un lado a otro portando pancartas en contra de la expropiación.
En Microcuento fantástico chileno, Antología. Varios autores. Simplemente editores
ALEJANDRA BASUALTO (Rancagua, Chile, 1944). Poeta y narradora. Licenciada en Literatura y egresada de Doctorado en Literatura Latinoamericana, Universidad de Chile.
Dirige el taller literario y la Editorial La Trastienda desde 1988.Traducida al inglés, francés, italiano, danés, griego, rumano, búlgaro, bengalí y mapudungún. Publicada en antologías en Chile, Estados Unidos, Canadá, México, España, Francia, Italia, Dinamarca, Grecia, Rumania y Bulgaria.
Ha obtenido varias distinciones tanto en Chile como el extranjero.
Obras publicadas en poesía: Los ecos del sol, 1970, El agua que me cerca, 1984, Las malamadas, 1993, Altovalsol,1996, Casa de citas, 2000, Antología personal (1970-2010), 2010, Cuchillos, 2017, Mujer cinco / Woman five, plaquette bilingüe, Cuadernos de Casa bermeja, Argentina / Mago editores, 2018, De telarañas y puñales/ Of cobwebs and daggers, plaquette bilingüe, Cuadernos de Casa bermeja, Argentina / Mago editors, 2017.
Publicaciones en narrativa: La mujer de yeso, cuentos, 1988, Territorio Exclusivo, cuentos, 1991, Desacato al bolero, cuentos, 1994, Invisible, viendo caer la nieve, novela, 2012.
Editorial: La trastienda ediciones.
VIDEO KECTURA MICROCUENTO:
MICROCUENTOS:
https://revistabrevilla.blogspot.com/2016/06/microrrelatos-de-alejandra-basualto.html
El análisis no solo es preciso en cuanto a los elementos identificados, sino también bastante concreto al momento de expresar…