Por Jaime Valdivieso
En esta ocasión, trataré de ser lo más consecuente posible con la brevedad del micro-cuento. Es decir, esta ponencia, será igualmente una micro-ponencia, una ponencia en su grado mínimo que sería aproximadamente algo como, “cuando despertó todavía no había escrito la ponencia”.
Comenzaré con un intento de definición cuyo culpable fue Poli Délano quien me la solicitó hace algunos años, antes de escribir un artículo sobre el cuento breve:
El microcuento es un género adláter del cuento tradicional, que tiene como característica una extrema síntesis y tensión interna, que debe terminar en una explosión significativa. Un género lírico-narrativo pues participa de la ambigüedad y sugerencia de la poesía, y de la mayor objetividad y referencialidad de la narrativa. Y mi ejemplo fue:
De pronto, apareció toda de rojo, de la cabeza a los pies cubierta de sangre.
El término poética se ha utilizado en el campo de los estudios en torno a la literatura como sinónimo del término teoría; ambos conceptos se utilizan en algunos casos indistintamente y en otras oportunidades los expertos del fenómeno literario prefieren hacer uso de manera separada. En el Diccionario de Términos Literarios los autores en un principio parten de Aristóteles, pues con su obra (Poietike techne), se establece la primera reflexión teórica alrededor de la producción literaria, inicialmente el concepto poética se trataba de “una disciplina cuyo objeto es la elaboración de un sistema de principios, conceptos generales, modelos y metalenguaje científico para describir, clasificar y analizar obras de arte verbal o creaciones literarias.” (Estébanez, 1996).
Más adelante se define particularmente el contenido del término de la siguiente manera: “Poética sería la denominación con la que, desde Aristóteles, se habría designado la disciplina a la que incumbe la formulación del mencionado sistema de conceptos, principios, modelos y terminología científica para el estudio de fenómenos literarios, disciplina a la que hoy se denomina comúnmente Teoría de la Literatura.” (Estébanez: 1996, 858) Luego de precisar la definición en el diccionario se establece un recorrido histórico por lo que a lo largo de diferentes épocas se ha entendido en torno al concepto poética, este recuento se lleva a cabo desde el propio Aristóteles, la literatura latina, la Edad Media, el Renacimiento, el Siglo de Oro hasta llegar al presente. Llama la atención en este recorrido que el poeta simbolista francés Paul Valéry -quien fuera discípulo de Mallarmé al cual recurre Octavio Paz en su propuesta teórica-poética- en el año 1945 revalorizara el término poética y hace que en el siglo pasado el concepto recuperara su significado original; en el mismo diccionario se citan las palabras del poeta francés “entendiendo esta palabra según su etimología, es decir, como nombre de todo aquello que se relaciona con la creación o la composición de obras de las cuales el lenguaje es, al mismo tiempo, la sustancia y el medio y no en el sentido restringido de la colección de reglas o de preceptos relativos a la poesía.” (Estébanez: 1996, 861) con lo cual se entiende que la palabra poética engloba tanto la producción a partir de la palabra y el pensamiento que se suscita en torno a ella.
Pero siguiendo mi propia definición y algo de experiencia, el cuento surge de una idea, cualquiera que sea, de una impresión, de una experiencia, de un sueño, de algo escuchado, etc., etc., tal como un cuento tradicional, pero con el propósito desde la primera palabra de acumular toda la pericia literaria, la pasión y todos los sentimientos en una máxima síntesis terminada en una explosión final sin atenuantes.
Cualquier parecido con la realidad sólo coincidencia.