Citas Inexactas

Tomás Veizaga (Antofagasta, 1990), dejó la carrera de Derecho para perseguir proyectos de naturaleza más personal: escribir y dedicarse al emprendimiento familiar que mantiene hasta el día de hoy con su esposa.
El género literario de Tomás es el cuento, especializándose en narrativa breve y de carácter realista. También se dedica a escribir reseñas literarias y compartirlas en sus redes sociales.

“Citas inexactas” (Poemas) 2011 -2020)
Maximiliano Díaz Santelices.
Ediciones del Paraíso.
Santiago, 2021.

CITAS INEXACTAS

“Un bienestar como para llorar a gritos”
(Iluminados)

“Citas Inexactas” es el quinto libro de poemas de Maximiliano Díaz Santelices, y es una clara muestra de lo que puede lograrse si se trata el oficio de la creación poética con rigurosidad de artesano. Esto se debe a que en su estructura y uso meticuloso de las figuras retóricas se aprecia un trabajo que, en materia cronológica, ha tomado casi diez años de redacción, edición y pulido de detalles. Sin embargo, el verdadero período de gestación de esta obra es claramente superior: es toda una vida de observación, dicha pasajera y sufrimiento; en una sociedad difícil, cambiante, pero en muchos aspectos estática. Esto da una base perfecta para crear un retrato de nuestros tiempos y vidas, junto a una visión profética que no puede menos que hacernos llevar una mano al mentón, y acaso hasta tener miedo.

Y por ello la Primera Parte del libro (“Pura Patria”) es precisamente eso: un retrato casi paródico de nuestro contexto chileno, que contiene solo un poema. No es posible pensar de la misma forma en el Himno Nacional después de la sensación de inseguridad descrita en este poema, y luego de la terrible profecía o maldición que se invoca al final, la cual es, al mismo tiempo, una consecuencia lógica (casi natural) e inevitable “Porque vivimos en endebles andamios /copia feliz de estados más sólidos…”.

En la Segunda Parte (“Iluminados”) vemos el peso de la rutina diaria, el trabajo infinito, que nos “adocena los domingos” y que cada semana comienza con un “lunes a quemarropa”, porque llegan, aunque uno no quiera, y te agarran aunque estés desprevenido. El esquema organizacional del año laboral está tallado en piedra gris, fría.

“Rituales de Cortejo” se llama la Tercera Parte, y es evidente la ironía que hay en el título, desde que leemos el primer poema: “Bajo Cero”, que termina con la “atmósfera glacial de otro beso en la mejilla”, pues hay cosas que sufren todos quienes tenemos o hemos tenido relaciones de pareja, y hay ciertas conductas o rituales en las que acaso todos hemos incurrido, y vernos reflejados en este retrato invernal no es difícil.

El aire lúgubre de estos poemas prepara la última parte que se titula: “Despedida”, que contiene un solo poema del mismo nombre, al igual que en la primera parte de la obra. Un pequeño detalle del artesano.

Acaso la mayor importancia de este libro sea el mismo peso de la metáfora que le da su nombre, capaz de producir un replanteamiento de nuestra participación (o la que creemos tener) en la vida propia y en las ajenas. Nuestro pasado, es decir, la memoria, está compuesta de un gran cúmulo de citas inexactas. Nuestro futuro, o destino, será el de convertirnos en citas inexactas, pronunciadas por otros (palabras de segunda mano). Nuestro país tampoco es más que una copia borrosa, en blanco y negro, de la nación prometida. Nadie se salva. Y acaso nuestro mismísimo presente no sea más que una cita inexacta y pobre de lo que realmente queremos ser día a día.

tomas veizaga 20210921

Por: Tomás Veizaga Ramírez