Ojo Travieso, de Lilian Elphick

Por Juan Mihovilovich

“¿Tu miedo se limita a mi vagina y al útero? ¿O temes también a toda mi feminidad, a toda mi existencia de mujer?

Una cuestión personal–  Kenzaburo Oe

Las figuras, humanas o no, se ven al trasluz en este libro de Lilian Elphick.  Pero, ¿qué figuras, las reales, las que proyecta su imaginación, las que nos seducen desde otra u otras dimensiones, las que nos atosigan desde ese lugar al que suponemos muerte?

He aquí unas claves entrelineas: lo que soñamos es también lo que vemos a través de las vidas que inventamos, en las existencias que nos son ajenas, en las que nos aprisionan y deforman, en las que nos divierten o entristecen a diario.

Y entre los signos e insinuaciones,  la nitidez de una visión femenina abarcadora, omnipresente, que se conduele de su naturaleza, pero que a la vez la realza. (los estremecedores relatos Luna, No pensar en nada, a guisa de ejemplo).  O el dolor también  activo de una historia reciente que reconfirma la sádica perversión humana de convertir a otros en fantasmas, en lúgubres espectros de su pobre y efímera condición. (Auschiwtz, En algún lugar del Cementerio General).

Claro, no es únicamente la tragicomedia de un sino universal, sino también la fantasmagoría individual o de las inaprensibles relaciones mutuas. (Agradecimientos, Ángulos del amor imposible).

Es, entonces, la imposibilidad de encontrar un soporte tan básico como el amor en su grado de pureza primigenia lo que nos hace manotear como náufragos en la soledad con nuestros torpes intentos de absoluto: …”Dame de comer, le pide la harapienta. Y el viajero del tiempo le regala su sombra.” (La que busca).

No hay en estas narraciones breves espacio para la dilación: el texto ajusta su construcción interna con urgencia y, paradójicamente, con reconcentrada emotividad que busca en el lector su inefable confabulación, le exige su complemento, al tiempo que éste fragua también sus propios dilemas, sus culpas, sus implícitas obsesiones, su patética transitoriedad.

Y los motivos acucian y trasgreden vertidos a partir de una energía femenina vital implícita -sin aspavientos- que nos obliga a encogernos de nuevo, a acurrucarnos sin espacio -ahora sobre el suelo- sintiendo como flashes los espasmos aún latentes de nuestra antigua condición fetal.  Y esos motivos bordean la tristeza de la muerte, ascienden por los recovecos e intersticios del erotismo, paladean la condición de las ausencias, aúllan como un lobezno destetado antes de tiempo. (Círculos de Agua I y II amplían el universo de dichas exaltaciones desde una bella y dolorosa perspectiva poética).

Un libro que oculta otros libros.  Una dimensión que no es la única que  perciben nuestros limitados sentidos.  Una prosa certeramente delineada que bosqueja imágenes contrapuestas y nos exige a cada instante estar atentos.

Y a nuestro pesar -o por fortuna- al cerrar sus páginas nos queda la sensación de una imperiosa relectura para continuar el intento de bucear en la insondable belleza del alma femenina. 

Juan Mihovilovich

-escritor-

OJO TRAVIESO

Autora: Lilian Elphick

Cuentos. 88 páginas.

Mosquito Comunicaciones. 2007.