Por Rubén González L. (Desde Valdivia)
Ya sabemos que Nelson Schwenke «Se hizo estrella, arena y roca en el mar», y su trabajo supera con creces el perfil contestatario al cual se podría reducir en una lectura sesgada.
Afirmo la anterior porque la creación Schwenke-Nilo generó una línea musical estética nueva en Chile, que si bien tiene vertientes de lo producido en el país en los años previos a los 80, establece una forma y fondo nuevos en la canción popular chilena. Ello surge con la instalación del sur como espacio geográfico-cultural enriquecido con el protagonismo de lo social bajo dictadura. Pero ese protagonismo es solamente uno de los rasgos de la canción Schwenke-Nilo, el cual sin duda ofrece la tentación de “quedarse con eso”.
Melodías y letras
Se debe examinar esta tendencia musical en lo profundo, en su mirada debajo de lo obvio y-sobre todo- en su intervención que permite y exige mirar hacia adelante. Todo lo cual está claramente establecido en la poética Schwenke-Nilo planteada en dos canciones: “Mi canto” y “El Viaje”, verdaderas declaraciones de principios con las cuales el dúo ingresa al territorio de la estética musical chilena.
Situemos el inicio: mientras a lo largo del país circulaban las canciones de Silvio Rodríguez y otros, una tarde/noche de diciembre de 1979 se produce la irrupción Schwenke-Nilo en el Teatro de la Universidad Austral y -cual reguero de aire nuevo, optimismo y energía- en las horas, días y semanas siguientes circularía de mano en mano el ahora mítico casete con el recital de aquella oportunidad.
Surgía así algo a lo cual era difícil colgarle una etiqueta, aunque más de alguien trató de asociarlo a alguna de las tendencias políticas opositoras a la dictadura.
Ocurría que la estética Schwenke –Nilo nacía con cuerpo, perfil y respiración propios, o sea, con un ADN independiente -sin pedir permiso a nadie- y se convertía en uno de los motores del movimiento cultural surgido en esos años.
El discurso/humor
Estamos ante la otra expresión imposible de obviar en cada presentación del dúo. Progresivamente, la intervención discursiva de Nelson pasó a convertirse en la otra columna vertebral que escuchamos en las decenas y cientos de recitales en estas décadas. Nelson utilizaba las diversas posibilidades del lenguaje en las letras de sus canciones, pero sobre todo fue un animador audaz, agudo y punzante entre una y otra canción en presentaciones en vivo. Y en esas intervenciones desarrolló un mensaje que nunca quedaba claro si era muy preparado o muy improvisado, cuyo efecto era el de un spray escribiendo textos coloridos, dinámicos y llamativos sobre el negro muro del paisaje oficial de aquellos años.
Entonces, las intervenciones con sus innumerables “ocurrencias”, sumadas a las canciones dotadas humor e ironía, se constituyeron en el otro texto del discurso mayor de la estética Schwenke-Nilo, esta vez en una estética capaz de instalar una atmósfera que superaba el mero placer de escuchar canciones.
El espacio geográfico-cultural denominado “sur de Chile”
Toda expresión tiene su génesis según la variables tiempo/espacio, a partir de las cuales se desarrolla. En el asunto Schwenke-Nilo dicho tiempo son dos: el primer tiempo es el de la dictadura y segundo tiempo el de la transición (y hoy podemos afirmar que continúan ganando los de siempre).
O sea, las canciones nos hablan de los horrores y esperanzas, de los dolores y del amor, de los represores y de los perseguidos, ya recogidos en disciplinas como el testimonio y los derechos humanos, y trabajados muchas veces por el periodismo. PERO en el caso Schwenke-Nilo estas temáticas son tratadas en el territorio de la estética, del arte. Y muchas de sus creaciones se mantendrán vigentes.
Y ello –como decía al comienzo de esta crónica- surge con la instalación del sur como espacio geográfico-cultural enriquecido con el protagonismo de lo social bajo dictadura. Allí adquiere forma y fondo esta expresión estética en la dimensión de producción cultural desde un espacio geográfico con dimensiones humanas, historia y sensibilidad propias.
Allí nació la estética Schwenke-Nilo, que desde su comienzo supo indagar en el rico yacimiento de este espacio geográfico-cultural conceptuado como “sur de Chile”.
Ahora Nelson, como “ya cayó el diente de leche”, algo habrá que hacer para que a este país por fin le salgan las muelas del juicio.
Durísimo cuento. Atento a las obras de este autor valdiviano.