Por Eduardo Contreras Villablanca
Los Girasoles de Raúl Pellegrin Arias es una obra que explora temas políticos y éticos bajo un prisma científico, desde una clara postura ideológica. El libro se centra en analizar causas, intentos, errores, fracasos de revoluciones y procesos de transformación social, con bastante centralidad en el «socialismo real». A pesar de haber sido escrito en los años noventa, la obra mantiene su vigencia y ofrece una reflexión esperanzadora sobre la política y la ética. A través de su análisis, Pellegrin Arias busca proporcionar una visión crítica y reflexiva sobre los movimientos políticos y sociales, manteniendo un tono de esperanza a pesar de los desafíos y fracasos históricos.
Un elemento que cruza el libro, y que al autor destaca como una clave para el cambio social, que no necesariamente se habría aplicado con la celeridad necesaria, es el aprendizaje a través del intento y error en la acción. En más detalle: en el contexto de movimientos sociales que accionan en la perspectiva de una sociedad más justa, sin las gigantescas diferencias actuales entre clases sociales, dos estrategias son destacadas por Pellegrin Arias: intento y error, y el aprendizaje mediante la acción.
Cabe señalar que estos métodos no son innovaciones recientes, han sido utilizados históricamente por líderes que buscan transformar sus comunidades y sociedades. Pero no siempre, y no necesariamente, de forma sistemática. Tampoco de manera tan consciente en muchos casos, ni atribuyéndole la importancia que merecen.
El intento y error es un método que implica probar diferentes estrategias, evaluar sus resultados y ajustarlas según sea necesario. En el ámbito del cambio social, este enfoque permite experimentar con diversas tácticas de movilización, comunicación y organización. Los errores serían entonces el mecanismo por el cual conseguimos evolucionar como individuos y crecer como personas. La idea de que los errores son fundamentales para el aprendizaje y el crecimiento personal es un concepto ampliamente aceptado en la psicología y el desarrollo personal. Autores como Carol Dweck, en su teoría de la mentalidad de crecimiento, destacan la importancia de los errores y el fracaso como oportunidades para aprender y mejorar. En el contexto de la evolución biológica, la idea de que los errores o mutaciones son cruciales para el cambio evolutivo es central en la teoría de la evolución por selección natural, aunque no se refiere directamente al crecimiento personal. En este sentido, los errores genéticos pueden conducir a variaciones que, si son beneficiosas, pueden ser seleccionadas y perpetuadas en una población. Todo lo anterior refleja la idea de que el error es, en general, una parte natural del proceso de aprendizaje y crecimiento.
Algunos de los beneficios clave de este método de prueba y error, son la flexibilidad, en particular para adaptarse rápidamente a las circunstancias cambiantes. Los movimientos sociales deben estar dispuestos a cambiar de estrategia o de táctica si algo no funciona. También se puede obtener como resultado el aprendizaje continuo, ya que cada intento fallido ofrece una oportunidad para aprender y mejorar. Al analizar qué salió mal, se pueden identificar áreas de mejora para futuras acciones. Por otra parte, la prueba y error fomenta la creatividad y la innovación. Al probar nuevas formas de hacer las cosas, las organizaciones pueden descubrir métodos más efectivos que no habrían considerado de otra manera.
En relación con la caída de los socialismos reales, el autor afirma que “Causas variadas influyeron: desajustes en la planificación, retraso en la teoría económica, y en el desarrollo tecnológico moderno, etc. Pero creo que la causa principal reside en un desajuste entre la consideración del hombre como masa, del hombre como promedio, en oposición a la diferenciación necesaria del individuo en la especie, para que fluya el método de intento y error, ley esencial del desarrollo de la materia viva”.
Junto con el rescate de la importancia de las individualidades, al autor destaca el rol del amor, los afectos, las amistades. Cito: “Cuando desaparecen los valores esenciales de la especie: cooperación, afecto, amor, la conducta humana se desequilibra y muestra sus rasgos más negativos”. Los Girasoles es un texto contemporáneo a los trabajos de Humberto Maturana. El destacado biólogo y filósofo chileno, tenía una visión profunda y única sobre el amor. Probablemente Raúl Pellegrin alcanzó a leer algunos de los trabajos de Maturana, en caso de que no, la importancia que le concede al amor y los afectos es similar a la que se refleja en los textos del biólogo.
Por otra parte, Pellegrin Arias destaca, con otras palabras, la importancia de aprender haciendo, es decir, la acción como maestra. El aprendizaje mediante la acción es un enfoque que sostiene que el conocimiento y la comprensión se adquieren mejor a través de la experiencia directa. En el contexto del cambio social, esto significa que las organizaciones deben involucrarse activamente en la práctica para aprender y mejorar. Como sostiene Paulo Freire, «Nadie educa a nadie, ni nadie se educa solo, los hombres se educan entre sí, mediatizados por el mundo». Esto refleja la idea de que el aprendizaje ocurre a través de la interacción y la experiencia compartida.
Citando a Pellegrin Arias: “¿Qué hacer? Pregunta clásica.
“Primer paso: comprender actuando
“Segundo paso: actuando comprender
“En mi opinión se debe trabajar en múltiples sentidos: Seamos como los girasoles”.
Algunos aspectos clave de este enfoque incluyen la experiencia directa, o sea, la participación activa en movimientos sociales como clave que proporciona una comprensión profunda de las dinámicas en juego. Las personas aprendiendo a través de sus propias experiencias y las de sus compañeras y compañeros. También es clave el desarrollo de habilidades: al participar en acciones concretas, las personas desarrollan habilidades prácticas como la organización, la comunicación y el liderazgo. La construcción de comunidad, en la medida que el aprendizaje mediante la acción fomenta la construcción de una comunidad cohesionada. Al trabajar juntos hacia un objetivo común, las personas fortalecen sus lazos y crean una base sólida para futuras acciones.
Para implementar estos métodos de intento y error, y aprender haciendo de manera efectiva, es crucial tener en cuenta varios aspectos: en primer lugar, la evaluación continua, que consiste en que después de cada acción o intento, se evalúe qué funcionó y qué no. Esto permite ajustar las estrategias para futuras acciones. La colaboración y el diálogo, ya que el intercambio de ideas y experiencias entre quienes participan es esencial. La colaboración fomenta el aprendizaje mutuo y la mejora continua. La resiliencia y paciencia, porque el cambio social no ocurre de la noche a la mañana. Es necesario ser paciente y persistente, ya que cada avance, por pequeño que sea, es un paso hacia el objetivo final.
En síntesis, la prueba y error, junto con el aprendizaje mediante la acción, pueden ser herramientas poderosas para generar cambios sociales significativos. Al combinar estas estrategias, las organizaciones y las y los activistas pueden desarrollar movimientos más efectivos y sostenibles. A través de la experimentación continua y la participación, es posible construir comunidades más fuertes y cohesionadas, capaces de enfrentar los desafíos del cambio social.
El autor nos presenta entonces una propuesta de herramientas para interpretación de la situación política, pero sobre todo para poner dichas herramientas en servicio de la construcción de una sociedad más ética y justa. La metáfora del girasol, que da título al libro, se utiliza para simbolizar la capacidad de mantener el norte y buscar la luz, incluso en tiempos de adversidad, al fin y al cabo esas adversidades son las fuentes de posibles errores de los que aprender.
El libro es una invitación a no cejar en el empeño de construir una sociedad más justa y equitativa. El autor del libro fue el padre de Raúl Alejandro Pellegrin Friedmann, conocido como el «Comandante José Miguel», líder del Frente Patriótico Manuel Rodríguez hasta su asesinato en 1988. Raúl Pellegrin Arias, como se señala en el prólogo de Manuel Holzapfel, escribió este libro en una etapa de su vida en la que estaba cruzado por varios dolores, el primero, sin duda, la pérdida de su hijo, pero además el relativo a su batalla contra el cáncer, el de la caída de los llamados socialismos reales y todo lo que eso implicaba. Considerando lo anterior, resulta ejemplificador cómo el autor, en lugar de sumergirse en esos dolores, escribe un texto esperanzador, que busca inspirar y reflexionar sobre la transformación social y la conducta humana, es decir, en el actuar de sus últimos años (en el texto él alude a la brevedad de los 65 años de vida), sus pensamientos y propuestas los predica con el ejemplo, el mensaje que nos llega no es solamente lo que leemos en el libro, sino además el de su actitud al haberse abocado a escribirlo, la persistencia, los avances, como pasos hacia el objetivo final.
Los Girasoles
Raúl Pellegrin
LOM, 2020, 61 pág.
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¡Bravo por el intertexto con Borges! Saludos.