Por Diego Muñoz Valenzuela

El poeta y calígrafo Zhao Lihong nació en Shanghai en 1952. Estudió Literatura china en la Universidad Normal del Este. Tiene más de un centenar de libros publicados: poemarios, ensayos y novelas. Con su obra ha ganado una cantidad de galardones literarios muy amplia: el Premio Internacional de Literatura Bing Xin, Premio Wenjin, Premio al Buen Libro de China, Premio a la Colección de Prosa Sobresaliente de la Nueva Era, y en 2014 en Premio a la Contribución Destacada en Literatura y Artes de Shanghai. A estas distinciones se suman otros galardones internacionales en Serbia, Francia y Rumania. Como buena parte de los autores chinos destacados, participa en sus organizaciones gremiales y en la actualidad es vicepresidente de la Asociación de Escritores de Shanghái. Está traducido y publicado en diversas lenguas y naciones.

Zhao Lihong es uno de los poetas chinos contemporáneos más importantes. Su obra es universal y llama la atención en otros países por su actualidad y conexión con los grandes problemas de nuestras sociedades modernas.

El libro «Aflicciones» de Zhao Lihong es una obra poética que explora en profundidad el vínculo entre el cuerpo humano y las experiencias emocionales y existenciales. Presentado recientemente en la Feria Internacional del Libro de Santiago (FILSA) 2024, este libro fue destacado por la profundidad y sensibilidad que despliega en el tratamiento de temas universales como el sufrimiento y la conexión con la naturaleza.

¿Será esencial el dolor en la experiencia humana? El dolor en sus múltiples e infinitas manifestaciones. Las “aflicciones” que aborda este volumen homónimo son variadas, muy distintas en su naturaleza y forma para afectar la condición humana. De ser insoslayable el dolor, el poeta nos sugiere que tal vez lo mejor sería convivir amigablemente con él. En esa convivencia se genera sabiduría y equilibrio: cuerpo, alma y pensamiento se articulan en una actitud positiva.

Al mismo tiempo, en la lectura de este poemario sentimos como dolor y alegría, aflicción y felicidad, sufrimiento y goce conviven en nuestra existencia. No existe una sin la otra, son las caras de una misma moneda, el ying y el yang. Es una reflexión muy actual y potente cuando contemplamos los múltiples absurdos que se dan en nuestro mundo: terribles guerras, devastación del medio ambiente, consumismo desatado, indiferencia e individualismo llevados a la categoría de valores esenciales.

Entonces, producto de la aguda reflexión poética de Lihong sobre las aflicciones humanas, surge la capacidad de alzarse por encima de los absurdos y las sinrazones: ascendemos y volamos muy por encima de los dolores que pretenden configurarnos a una condición miserable. En la reflexión honda y en la convivencia con las aflicciones está la posibilidad -no de anularlas y hacerlas desaparecer, que es imposible e insano-, sino que de integrarlas a nuestra existencia en un equilibrio y estado superior.

Reproduzco a continuación un poema del autor que resulta elocuente respecto su intención poética global. Por cierto, integra el volumen comentado.

COLUMNA VERTEBRAL

Enderézate, enderézate, enderézate,
Columna mía, irremediablemente curvada.

Hace tiempo, soportaste pesadas cargas en largos viajes.
El yugo atravesó la carne de los hombros.
Reprimiste el quejido disparado al cielo.
La tierra tembló bajo mis pies, y dobló
mi columna, que se erguía derecha.

Nunca en mis viajes caí de rodillas,
aunque mi cabeza pendía agobiada por la carga.
Tanto al detenerme como al caminar,
mi columna se erguía de verdad.
Verdadera como ese mudo pilar de la sala,
verdadera como la caña de caoba de mi anciano Padre.

¿Por qué, entonces, estoy encorvado
con mi columna torcida hacia abajo?
¿Es que la gravedad terrestre la ha vencido
o es que el deterioro sube desde la tierra hacia mí
me tironea, me atrapa
y me arrastra hasta la tumba?

Enderézate, enderézate, enderézate.
¿No he de caminar erguido todavía?
Si estoy francamente fatigado.
Me dejaré caer de espaldas
sobre la tierra robusta para que
ella sostenga mis huesos cansados
y suavice la curva de mi columna
En ese momento, al mirar el cielo,
he de ver un ave batir sus alas
sobre mi cabeza

Enderézate, enderézate, enderézate,
columna mía, aún no quebrantada.

El poema “Columna vertebral” es una buena muestra de la capacidad del poeta para conectar cuerpo y dolor, existencia y sufrimiento, naturaleza e interioridad, capacidad de autoanálisis con generación de esperanzas. Constituye un bello y potente llamado a levantarse contra el peso de las aflicciones, a rebelarse ante ellas y seguir caminando por el incierto sendero de la vida, que de todas maneras es una aventura maravillosa. Un canto a la existencia que no anula las aflicciones que son el precio de las alegrías que nos brinda.

Zhao Lihong utiliza un lenguaje que evoca la forma en que las aflicciones afectan al cuerpo del ser humano en su totalidad. Esta aproximación íntima permite al lector experimentar las emociones de manera casi visceral, creando una experiencia rica y conmovedora. La naturaleza juega un papel central en su poesía, que se convierte en un reflejo de las emociones humanas y un espacio de reflexión sobre la existencia.

La gran poesía siempre constituye un acercamiento profundo a la experiencia humana y sus mayores avatares: sufrimientos, miedos, dudas atenazadoras, intuiciones existenciales, contemplación de la naturaleza, sueños de armonía y pesadillas creadas por nosotros mismos. Zhao Lihong se entronca con esta corriente superior y aporta lo suyo.

«Aflicciones» es una invitación a explorar las complejidades del sufrimiento humano a través de una mirada poética que combina lo físico con lo emocional, ofreciendo una lectura que resuena profundamente en los lectores.

Aflicciones, poemas, Zhao Lihong, 2014, Ediciones Lastarria, 152 pp.

Zhao Lihong