En esta oportunidad presentamos al escritor antioqueño Yesid Espinoza Zapata, quien nos presenta sus ficciomicrones, que nos sorprenderán con sus alcances sobre la vida, la muerte y la violencia.
FICCIOMICRONES
Cuentos para leer en el microscopio
Mil y una noches
Era una noche larga y silenciosa, como lo eran, desde hace mucho, todas sus noches. Inició nuevamente el ritual aprendido y tantas veces ejecutado para poder conciliar el sueño: sentir sus patas de una en una y luego contarlas lentamente. Se acercaba a las trescientas, cuando por fin cayó dormido. En lo más recóndito del sueño, el milpiés se contempló otra vez, liviano y feliz, siendo una mariposa.
Veganismo
Se esmeró como nunca en la preparación. Utilizó técnicas francesas, italianas y tailandesas y disfrutó como jamás lo había hecho esa última cena. Fue algo así como un ritual de despedida.
Estaba decidido: A la mañana siguiente, el lunes —porque todos los cambios trascendentales en la vida de las personas inician un lunes—, asumiría una dieta vegana.
No fue la culpa ni una posición ética o moral producto de años de reflexión, tampoco fue una postura política derivada de una nueva sensibilidad, menos fueron el animalismo (tan snob como absurdo) ni la filantropía (tan ridícula como inútil) los afectos que estaban en la raíz de su determinación. Fue, hay que decirlo, su propia salud lo que lo impulsó a cambiar radicalmente, de una vez y para siempre, sus hábitos alimenticios.
Decidió ser vegano porque los análisis clínicos marcaron que tenía los triglicéridos y colesterol total en niveles muy altos, y con ello aumentaba su posibilidad de padecer enfermedades cardiovasculares y desarrollar cáncer, esa enfermedad caníbal.
Al terminar de comer se sentía más que satisfecho, pero sobre la mesa, primorosamente dispuesta, había todavía samovares y bandejas llenos de cortes exquisitamente preparados.
Un brillo líquido de tristeza apareció en su mirada mientras tiraba a la basura lo que quedaba del que había sido su médico personal ¡Era, sin duda, un desperdicio!
Lucas 24
Tres días después, cuando fueron a visitar la tumba, la encontraron abierta. La enorme piedra que recubría la entrada al sepulcro estaba en el suelo y en ella había cincelada y en varios idiomas (griego, hebreo, latín y arameo) una frase: «Aquí también hace frío, aquí también se está solo.»
Falanges
Es relativamente temprano cuando llega a su casa. Es mayor el cansancio que el hambre. Automáticamente se lava los dientes, se desnuda, se pone el pijama, apaga las luces y se mete en la cama. Él llegará tarde, cuando termine su turno. Se duerme profundamente y sueña que descansa.
No supo cuando él entró a la habitación ni cuando se metió en la cama. En medio de la noche lo busca y lo halla. Tiene como siempre los pies fríos. Como siempre le hala la manta. Ronca como siempre. Como siempre se mueve con brusquedad. Y cómo siempre ella se despierta y su mano, como un animalito que busca refugio, busca la de él. La encuentra, pero no es él. ¡A esta mano que aprieta la suya le faltan dos falanges del dedo meñique! ¡No es él! Inmediatamente la otra mano le tapa la boca, y el desconocido se sube sobre ella.
YESID ESPINOSA ZAPATA. (Ituango, Antioquia. Colombia). Escritor. Psicólogo. Abogado. Ha explorado géneros como el ensayo, el cuento y la dramaturgia. En las formas breves de la literatura ha escrito microficciones, poesía y aforismos.
Ganador de concursos de microrrelato a nivel regional y nacional en Colombia.
Autor del libro Derecho y literatura: diálogo y confrontación (Universidad de Antioquia, 2019).
El análisis no solo es preciso en cuanto a los elementos identificados, sino también bastante concreto al momento de expresar…