Por Omar López

04 de septiembre 2022

Abro los ojos y el día ya está
ahí
Limpio sonoro nuevo
Las frutas reparten colores y sonrisas
Los árboles y sus inquietos pasajeros.

Hoy
Van a votar los postergados
Los invisibles habitantes del olvido
Los ocultos bajo la alfombra del silencio
Para que la mentira sea derrotada
Y los vampiros se miren en el espejo

Será un día más ancho que otros días
Un puente desde los lagos al desierto
Una bandera de mar a cordillera
Un corazón respirando a cielo abierto
Para construir con la paciencia de una hormiga
Para abrazar la memoria de los muertos.

Estamos llegando al final de un proceso que se inició el 18 de octubre de 2019 con la fuerza de una generación cansada entre otros males, de los abusos, las colusiones mercantiles y de aquellos sectores que se abanicaban con los beneficios consagrados en una constitución hecha a plena medida de sus intocables intereses. El espíritu y la letra de esa cuna pinochetista ya está muerta y no ha sido fácil su eliminación porque ha tenido un costo enorme de injusticias sociales para la mayoría y de un enriquecimiento voraz para los dueños de siempre. Sin embargo, estamos absolutamente seguro que este 04 de septiembre será de alegría y unidad para el pueblo; para los trabajadores, los campesinos, los estudiantes, las dueñas de casa, el vecino y una juventud marginal acosada por las drogas y otros tipos de miseria existencial. Vamos a ganar el derecho de iniciar cambios estructurales urgentes, necesarios, justos; con un verdadero sentido de convivencia y respeto por la dignidad entre todos los chilenos: ni el matonaje de la ultraderecha ni el disfraz de la derecha tradicional ni la utilización de todas sus máscaras “ciudadanas” conseguirán engañar a “la inmensa humanidad” (Nazim Hikmet) que late en todo proceso de cambio en las reglas del juego y en la defensa de una legítima aspiración de ser un estado solidario, oportuno, eficaz y verdaderamente democrático en su composición.

Habrá mucho trabajo para concretar todas las etapas y los procesos de implementación del nuevo texto constitucional. Y por supuesto, se deben precisar algunos conceptos y reglamentar las normas transitorias porque está implícita una transformación histórica de nuestra nación. Defender la preservación de los recursos naturales y establecer, por ejemplo, un sistema de royalties a las empresas mineras ya no serán materias “inconstitucionales” ni estarán sujetas a las presiones o amenazas de esa oscura y eterna sombra verde dólares llamada “inversionistas”. Ellos naturalmente, aplicarán todo tipo de boicot y estrategias para crear crisis y ambiente de frustración en la población. Para eso tienen mucha, mucha plata y un sector de individuos serviles, oportunistas y mercachifles que estarán ahí, disponibles y enrabiados para descargar su odiosidad, su violencia y sus mentiras.

En todo caso, a partir del 05 de septiembre otro gallo cantará con la pureza de una primavera distinta: aquellos que voten por el rechazo no son nuestros enemigos ni debemos desconocer el contenido de sus argumentos. La equivocación es recurrente y hasta indispensable en cada ser humano. Me refiero sí, a gente normal y corriente; personas que sabrán respetar el resultado de estas elecciones y aceptan un dictamen eminentemente democrático. Por otra parte, los indecisos, los que votan en blanco o los que se abstienen de ejercer este derecho, (aparte de pagar la multa, estos últimos) deberán pagar las consecuencias de sus actos acatando sin chistar el devenir social. El hecho de autoanularse, la decisión de ser invisible a un acontecer de tanta trascendencia solo está confirmando un grado de robotización mental o algo así como quererse poco o no querer nada con los demás. Triste papel cuando la vida es una y el instante es el ahora, fugaz e irrepetible.

Por eso, abro los ojos y el día está ahí y ya, nos invita desde su desnudez y su cotidiana inocencia a compartir sus misterios de aire y su maleta de sorpresas.

Omar López
Puente Alto, septiembre 02 de 2022.