por Miguel Ángel salinas

Tómeme no más por un ingenuo
Considéreme del otro lado de la calle
Supóngame un caso de oscuros reveses
Enróstreme lo que además me corresponde
Hágame la reverenda desconocida

Subordíneme a su ganancia como valor cero
Exíjame que a ultranza asuma mi derrota
Restrínjame al ghetto de su política pública
Arróguese poder sobre mi voluntad
Impóngame su ley y su moneda
Declárese un servidor de mis afanes
Niégueme de mi sal y de mi agua
Infúndame el temor de su mandato
Dispénseme la música y el bullicio
Déjeme que como un perro callejero ladre
Enróstreme que por eso usted avanza
Exprímame hasta la última gota
Sáqueme los ojos para crianza de sus cuervos
Endóseme sus inmunes pecados veniales
Aplíqueme la pena capital por disidencia
Despójeme de lo que usted y yo merecemos
Envícieme con las ofertas de su piratería
Empújeme al abismo mientras limpio sus cimas
Contamíneme el agua la tierra el aire
Aprópiese incluso de lo inexorable
Confúndame con la fantasía de sus milagros
Embáuqueme en sus renovadas estrategias
Caliénteme la sangre hasta el resentimiento
Y métase hasta en el último rincón de mi casa
Pero aténgase después a las consecuencias.