La obra teatral de la compañía de los cuatro
Entrevista a Humberto Duvauchelle
Por Juan Armando Epple
Universidad de Oregon
Esta entrevista, completada con preguntas e información adicional enviada por Humberto Duvauchelle, fue conducida en 1986 en Ohio State University, cuando La Compañía de Los Cuatro realizaba una gira teatral por universidades norteamericanas.
JAE: En el último número de ”Latin American Theatre Review” (l9,2, Spring l986), hay una nota de homenaje a tus 30 años como profesional del teatro chileno. Me gustaría ordenar mis preguntas a partir de esa nota. Primero, ¿cómo valoras hoy el teatro universitario de la década del 50, a partir de tu experiencia en el TUC (Teatro de la Universidad de Concepción), y luego en el ITUCH (Instituto de Teatro de la Universidad de Chile?)
HD: Mis comienzos en el TUC de Concepción (allí hicimos «La vida es sueño», de Calderón de la Barca, «Asesinato en la Catedral», de T.S.Elliot, etc.) fueron una experiencia formativa indispensable. Si bien era una escuela teatral incipiente, ayudó a regimentar mis estudios y orientar mis conocimientos, me inició y formó en el gran teatro, me hizo conocer el mundo del teatro «por dentro», y me dio los rudimentos de una técnica. Posteriormente, el ITUCH de la capital me permitió a mi y a Héctor cotejarnos con los grandes actores de la época. Quedaron allí en evidencia todas mis carencias, pero a la vez despejaron las dudas sobre mi talento potencial. El resto fue trabajo duro y paciente, afinar mi sensibilidad, adquirir la experiencia necesaria que sólo dan los años en el escenario. Esto último no cesa hasta hoy, y es un proceso que continuará hasta el fin de mis días.Hubo también actores que influyeron positivamente en mi, pero ambas instituciones consolidaron mi base formativa, y mi desarrollo posterior se dio con la Compañía.
JAE: ¿En qué circunstancias se creó la Compañía de los Cuatro, y cuáles eran sus proyectos iniciales de trabajo?
HD: «Los Cuatro» nacimos de la necesidad de expresarse de un reducido grupo de actores jóvenes entonces; como una respuesta a un cierto adocenamiento e indolencia del teatro oficial (ITUCH) por la extensión teatral; por criterios y posturas de rígida burocracia y «funcionarismo» en lugar de auténticos creadores de un teatro universitario; por manifiesta falta de fe en la gente joven; por falta de programación dirigida al mundo laboral y poblacional, etc. A esto respondimos marginándonos del ITUCH (l959) y creando nuestro propio elenco, la Compañía de los Cuatro (l960), cuya responsabilidad y conducción recayeron en nosotros, los disidentes. El proyecto de trabajo arduo estaba centrado en la conquista de una Sala céntrica en la capital, desde donde irradiar, ir a los centros de trabajo y estudio a la búsqueda del espectador sin esperar que éste llegara al teatro; proyectarse a lo largo de todo el país; poner en escena un repertorio diversificado pero actual, y con calidad; centrar la «puesta en escena » en el trabajo del actor.
JAE: La Compañía de los Cuatro fue uno de los primeros grupos de teatro independiente que inició una labor de difusión teatral en provincias, en un período en que el arte del espectáculo parecía anclado en la capital.Cómo valoran ustedes esa experiencia?
HD: Fue un trabajo básico y la razón de ser de nuestro elenco. Es lo que nos distinguirá del resto, que no se había movido de Santiago en décadas (desde los tiempos del legendario Alejandro Flores, Córdoba, Burhle,etc.). Formamos un público desatendido por años, de norte a sur del pais, en diez agotadoras giras que duraron meses. Esto nos revitalizía en nuestras convicciones y punto de vista estéticos y éticos. Sólo contamos con el aporte de lo que el público fue dejando en boletería en 24 años de labor teatral independiente (jamás contamos, en Chile, con apoyo económico estatal o particular alguno).
JAE: En su etapa de trabajo en Chile, la Compañia de Los Cuatro estrenó más de 60 obras, incluyendo clásicos latinoamericanos y obras vanguardistas europeas y norteamericanas. ¿En qué sentido esa actividad difería o se complementaba con la que realizaban los teatros universitarios?
HD: Difería en lo pequeño de nuestro elenco (a veces tres, otras cinco actores) y en los bajos costos de producción, sin llegar a la indigencia en los montajes; en el tipo de repertorio, profundamente orientado hacia la clase media chilena de la década del sesenta; en una mayor cobertura para la experimentacición y en el compromiso que teníamos entonces con la juventud; y en una labor descentralizadora. Sólo nos complementábamos en la búsqueda permanente de calidad y de autoexigencia, pero con logros diversos y objetivos distintos.
JAE: ¿Puedes referirte, además, a la labor que han desarrollado en el cine?
HD: Así como a través de la radio tratamos (y en gran medida mostramos que era posible hacer esto) de romper con los esquemas del radioteatro tradicional dulzón y «cebollero», también el cine fue una oportunidad que nos abrí las puertas a Orietta, a Héctor y a mi para participar en una experiencia valiosa. Junto a films de tintes comerciales («Regreso al silencio») hubo otros de calidad que forman parte de la historia del cine chileno, como «Caliche sangriento», «Voto más fusil», «Largo viaje»,etc. En Venezuela, país donde hay una intensa actividad cinematográfica, Héctor obtuvo el Premio Municipal l980 como el mejor actor de cine por «País Portátil» (la película basada en un guión de Adriano González León, y que tuvo como protagonistas a Héctor Duvauchelle y dos actores venezolanos) y por «Manoa» (la película de Solveig Hoegerstein protagonizada por Héctor). También hicimos juntos «Eva, Perla y Julia» y «Morituri»,coproduccón francovenezolana.
JAE: Un área poco común en los proyectos teatrales, y en la que ustedes se han destacado, es el recital poético, con más de l.800 recitales en vivo, además de la grabación de discos y casettes. ¿A qué se debe esta preferencia, o esta relación tan solidaria, con la poesía?
HD: En nuestro hogar en Concepción, una lluviosa ciudad del Sur con interminables inviernos, eramos lectores sempiternos, en voz alta y en forma rotativa, de novelas y poesías, e inventores de juegos e improvisaciones, entreteniendo a nuestra madre que cosí, tejía y nos remendaba la ropa a sus cinco hijos. En ese clima solidario, feliz y mágico de la adolescencia, nacimos al teatro y a algo que me parece consustancial con este arte: la poesía. La poesía nos fue siempre familiar, y desde niño se convirtiría en parte integral de mi mundo. ¿Cómo no amarla y necesitar proyectarla cuando adultos? Sólo en Venezuela hicimos más de l.800 recitales en todos los lugares donde nos fue posible. No había precedentes ahí de un pá£áblico que asistiera a oir poesía. Pero contribuimos a degustarla y a formar un público. Hoy, en Chile, sigo en esa brecha con «La noche de los poetas» (con el actor Mario Lorca y el notable músico Juan Carlos Leal). El público necesita más que nunca de la poesía, que se le hable a su interioridad. Es un apoyo, una esperanza, un reforzamiento de su vida espiritual ante tanto atropello y su libertad inculcada.
JAE: Cuando la Compañía de los Cuatro se estableció en Venezuela, realizó una intensa actividad internacional, con giras por Europa, Estados Unidos y Canadá. Pero sobre todo establecieron una presencia muy sólida en Venezuela. ¿Qué apoyo encontraron allá y qué tipo de labor realizaron?
HD: Suponímos que conocido ya el medio venezolano en giras de l965, l968, l970 y l97l, residir allá luego del golpe de estado en Chile nos sería más llevadero. Al comienzo fue así; pero cuando el medio artístico venezolano percibió que ya no eramos visitantes sino «residentes», la situación se complicó. Tuvimos que enfrentar sendas pruebas de eficiencia, de integración al medio y de «buena conducta» como exiliados para que se nos aceptara nuevamente. De nada valió lo anterior. Nada fue grato ni fácil. Entonces, recibimos del gobierno venezolano una respuesta insólita que ni en Chile se nos había dado jamás: un subsidio mensual y, a posteriori, la misión de representar a su teatro en los festivales de Kansas y «Strindberg», de Suecia. Recibimos, a partir de ahí, todos los Premios y homenajes a que podía aspirar un elenco «extranjero» y, con absoluta libertad y sin restrición alguna, pudimos difundir nuestro trabajo por todo el país y en el exterior. Desde entonces fueron «amores correspondidos» porque no hubo economía de esfuerzos en retomar
lo que en Chile dejamos inconcluso en 1973.
JAE: En relación a las giras por Europa, USA y Canadá ¿Qué obras difundieron, y cómo fue la recepción del público?
HD: Obviamente, el teatro nuestro: «Los payasos de la esperanza», «Agamos el amor» (así, sin H), «Por la razón o la fuerza», y el teatro venezolano («El vendedor», por ejemplo). Llamrá la atención, entre las piezas nombradas, el nuevo rol de la mujer chilena a partir de l973, valores movilizadores como la solidaridad, los nuevos códigos de un teatro «en clave», que sugiere más que lo que explicitan las situaciones y conflictos, y finalmente los giros de lenguaje y «chilenismos» que se utilizaban en algunas de estas obras, algunos de los cuales ya les eran familiares por los vínculos con las comunidades exiliadas.
JAE: El fallecimiento de Héctor Duvauchelle significará, por una parte, el término del grupo, pero por otra llevará al reintegro tuyo y de Orietta al trabajo teatral en Chile, después de doce años de alejamiento físico. Los que conocimos a Héctor en Estados Unidos nos sentimos fascinados por esa personalidad exuberante, dinámica y profundamente cálida, siempre abierta a todas las situaciones humanas que veía a su alrededor. ¿Quién era para ustedes Héctor, el compañero de profesión?
HD: Era el actor magnífico y dotado como pocos («El príncipe del teatro chileno», como le llamó un colega actor en sus funerales en Santiago, en diciembre del 83), no sólo por su talento, sino tambié por sus condiciones humanas. «Tanto vale el hombre, tanto el actor», dijo una vez Louis Jouvet. Desde Alejandro Flores, que asombró a Chile desde l930, no había aparecido un actor con tanto magnetismo y atractivo como Héctor. Este reconocimiento fue avalado por la prensa chilena y venezolana y por numerosos exiliados, a su muerte. Era, además (y este es un rasgo desconocido por muchos) un artesano extraordinario que construía con sus manos la utilería de las obras a estrenar, las escenografís cuando el se lo proponía y un experto «tramoyista», escalador de innumerables «parrillas» en cuanto teatro actuó; poseedor de una voz sugerente, pastosa y rica en armonías y de un oído naturalmente afinado para la música y el ritmo poético de la mágica poesía tropical, por ejemplo, tan distante de su temperamento sureño. Apasionado de la charla, bohemio empedernido, «catador» del ron venezolano y del de Caldas, tenía un permanente aire de «aparecido» y de aparente «advenedizo» del teatro, porque jamás perdió su humildad de «aficionado» y su fascinación por el oficio; flaco, filudo como un suspiro, atento y preocupado de las gentes más que de sí mismo, admirado por su consecuencia ideológica, incluso por detractores políticos, cuando sólo tuvo amigos. Si bien una mano artera lo mató, en Caracas, sóo físicamente (y no fue la mano de un venezolano) su verdadera muerte le pesaba de antes, y era no poder regresar a Chile.
JAE: ¿Qué ha significado para tí el regreso a Chile?
HD: Era lo que necesitaba y lo que Héctor no pudo realizar jamás. Era para mi urgente el regreso, y sumarme al Chile de hoy, distinto y distante del que dejamos hace l3 años. Vivir sin Chile era imposible. Vivir aquí, ahora, resulta doloroso y complejo. En nuestra profesión, queda sólo el calor de un público que, por razones obvias, no puede apoyarnos masivamente. Hay que consignar también la liviandad de los actores de hoy, con excepciones, por supuesto, inmediatistas e improvisados, con bajo nivel de exigencia, entregados a las telenovelas. No critico a quienes tienen que hacer TV urgidos por necesidades económicas, sólo critico a la TV como dudosa meta artística y de popularidad rápida. ¿Qué ha significado para mí el regreso? Aportar para recuperar las metas perdidas, recuperar los niveles que nos distinguieron antes, recuperar el público perdido. Estoy cierto que esto no lo podría lograr sino en ínfima parte, desde el Teatro Universitario donde trabajo actualmente, sino regresando al teatro independiente. Esta es mi máxima aspiración.
JAE: ¿Qué proyectos de trabajo estás realizando ahora?
HD: A mi regreso protagonicé «La señorita de Tacna», de Mario Vargas Llosa, en el papel de Belisario, luego participé en dos obras más, de escaso interé, y durante el año l985 trabajé en «El enfermo imaginario», de Moliere. Estoy en el reparto de «Yerma», de García Lorca. Acabo de grabar «Canto General», de Neruda, y colaboro para el grupo Chilhué con temas de Violeta Parra, Neruda, Patricio Manns, etc. Tengo permanentemente mi espectáculo poético musicalizado «La noche de los poetas», a la vez que preparo una pieza para el verano próximo en Valparaíso y reuno material para mi etapa última e independiente. Recomenzaré otra vez.
l986
Apéndice
Algunas representaciones de la Compañía de los Cuatro.
Estrenos en Chile y en el extranjero.
(Año Título, Autor, Director)
l960 «Oh, la policía», S. Mrozek, Pedro Mortheiru
l96l-70 «Recordando con ira», J. Osborne, Reinhold Olzewsk
l962 «Ejercicio para cinco dedos”, P. Shaffer, Eugenio Guzmán
l963,64,67 «El diario de un loco», W.Gogol, Reinhold Olzewsk
l964,65,67 «Boeing Boeing», M. Camoletti, Franklin Caicedo
l964©65 «El ojo público y el ojo privado”, P. Shaffer, RaúRivera
l965 «Operación Shakespeare», C.Colectiva, Jorge Elliot
l966,©67 «LUV», M. Shisgal, Fernando Colina
l967,68 «El rey se muere», Ionesco, Mohsen Yasin
l967,68 «Entretengamos a Mr. Sloane”, J. Orton, Víctor Jara
l967 «Piel de tigre», M.A. Requena, Rafael Benavente
l968 «Tiempo para convivir», T. Williams, Hugo Miller
l968 «Regreso al hogar», H. Pinter, Horacio Peterson
l969 «Play Strindberg», Durrenmatt, Mohsen Yasin
l970 «El pagador de promesas”, Dias Gómez, Mohsen Yasin
l97l «De esto y de aquello», C. Colectiva, Eugenio Guzmán
Estrenos en Venezuela
l974,75 «El abrelatas», V. Lanoux, E. Villarroel
l975 «Fin de la partida», S. Beckett, Humberto Duvauchelle
l975,77 «Agamos el amor», E. Villarroel, E. Villarroel
l976 «Orquesta de señoritas», J. Anouilh, Duvauchelle,Bistoti
l977 «Home», D. Storey, E. Villarroel
l977 «Boeing,Boeing», M. Camoletti, Humberto Duvauchelle
l978,79 «El cepillo de dientes», Jorge.Díaz, E. Villarroel
l979 «El muro de contención», C. Queiróz, Humberto Duvauchelle
l980,8l «Los payasos de la esperanza”, C.C. ITI, Humberto Duvauchelle
l982 «El vendedor», M. Romero, Humberto Duvauchelle
l983 «Antropofagia», J. Díaz, Boris Koslowski
Recitales y concierto musicalizados
«Neruda en el corazón» Cantata basada en guión de Edmundo Villarroel.
«Cantata Santa María de Iquique» Con play©back de Quilapayún. Textos leídos por Héctor y Humberto.Obra presentada posteriormente con el conjunto en gira por Venezuela.
«Tu nombre es Bolívar» Recital-concierto basado en textos de poetas caribeños sobre Bolívar, conducción de Edmundo Villarroel y Héctor Duvauchelle.
«Presencia de Latino americana» Recital-concierto musicalizado. Música de Jorge Rebel. Textos y conducción de Héctor Duvauchelle. (Poetas incluídos: P. Neruda, G. Mistral, Oscar Castro, N. Parra y poetas populares chilenos; Andrés Eloy Blanco, Aquiles Nazoa, y otros poetas venezolanos).
Películas hechas en Venezuela
«País Portátil» Basada en guión de Adriano González León. Protagonizada por Iván F. Calcaño, Héctor Duvauchelle y Cheo Perera.
«Manoa» Película de Solveig Hoegerstein. Protagonizada por Héctor Duvauchelle.
«Eva, Perla y Julia» Protagonizada por Eva Mondolfi, Héctor y Humberto Duvauchelle.
«Morituri» Co-producción franco-venezolana. Protagonizada por Eva Gutiérrez, Enzo Bentivolglio y Humberto Duvauchelle.
Premios obtenidos
CHILE
«Laurel de Oro» l956, l958, l962, l965, l967 (a Orietta Escámez).
«Caupolicán» l956, l962, l967 (a Humberto Duvauchelle).
«Premio «Quijote», de la I. Municipalidad de Concepción, l964 (a la Compampañía de los Cuatro).
«La Gaviota» de la I. Municipalidad de Viña del Mar, l967 (a Héctor Duvauchelle).
«La taza de plata de la popularidad», de Revista «Ecran», l965 (al grupo).
VENEZUELA
Premio «Juana Sujo» l967.
Premio «CRITVEN», de la crítica especializada, l967, por «Orquesta de señoritas» (a la mejor producción).
Premio al Mejor Actor de Cine en Venezuela, l98l-82, otorgado por la Gobernación del Estado a Héctor Duvauchelle (por los films «Manoa» y «País Portátil»).
Premio «Ollantay» del Centro de Estudios Latinoamericanos de Teatro, Venezuela,a la Compañía de los Cuatro, l983.
Premio póstumo de CRITVEN a Héctor Duvauchelle, «por su contribución a la cultura de Venezuela», l985. Recibido en el Ateneo de Caracas por el actor chileno residente Lientur Carranza.
ESTADOS UNIDOS
Premio de la municipalidad de la ciudad de Washington, otorgado a la Compañía de los Cuatro por el alcalde Marion Barry en ceremonia oficial, en l982.
CANADA
Premio «Maison Cultural Montreal» l982.
JUAN ARMANDO EPPLE. Es profesor emérito en la universidad de Oregon. Ha publicado libros de ensayo sobre literatura chilena y latinoamericana, además de varias antologías de microrrelatos. Ha sido incluido en antologías de cuentos editadas en Estados Unidos, España, Alemania y Chile. Es autor de los libros de microrrelatos Con tinta Sangre (Barcelona: Thule Ediciones,2004) y Para leerte mejor (Santiago de Chile: Mosquito Editores, 2010).
Foto: © Inteligencia Colectiva
Justito hoy leí un artículo acerca de lo poco que reconocemos y divulgamos a nuestras y nuestro autores. Este "valdiviano"…