
El viejecito se sentó sobre un banco de madera y dejó su canasto al lado, al alcance de su mano. Los soldados se acercaron, dirigiendo miradas curiosas al campesino e interesadas al canasto.
Un canasto chico, cubierto con un pedazo de saco. Por debajo de la tapa de lona empezó a picotear, primero, y a asomar la cabeza después, una gallina de cresta roja y pico negro abierto por el calor.
El padre, de Olegario Lazo. Descargar PDF AQUÍ.
Genial. El libro completo está en el Instituto Cervantes (gratis). Gracias a Letras de Chile: es un autor difícil de…