miriam d gPor Dra. Miriam N. Di Gerónimo (Argentina)

 Como se ha demostrado en el mundo globalizado actual, la violencia contra la mujer es un flagelo que compromete a toda la humanidad y, que, día a día, se cobra vidas. El propósito de este trabajo es reconstruir una red femenina latinoamericana que, desde el microrrelato, pretende contribuir a concientizar acerca de la  violencia de género.

La religación solidaria y social se extiende a varios países del Cono Sur a través de esta cruzada editorial. El corpus escogido compromete escritoras latinoamericanas -de Argentina, Chile y Brasil- que lo denuncian a través de una forma literaria específica, moderna y, relativamente, nueva: el microrrelato. Entre los propósitos del trabajo se cuentan: a) implementar el soporte analítico de redes y constelaciones para tratar un fenómeno literario específico; b) identificar el repertorio de temas recurrentes en escritos de los tres países y las modalidades retóricas que se usan para expresarlo. En algunos casos, se requerirá un diálogo multidisciplinar para alcanzar el análisis más rico de un tema que comprende la sociología, la historia, el derecho y la psicología. La crítica literaria deja ya de proponer la lectura de las belles lettres para asumir la forma del compromiso con la realidad latinoamericana.

 

Palabras clave: red femenina, violencia de género, microrrelato, literatura latinoamericana

 Title: Enough! A Female Network of Flash Fiction Against Gender-Based Violence

Abstract: As demonstrated in today’s globalized world, violence against women is a scourge which involves all mankind and, day by day, costs someone’s life. The purpose of this work is to rebuild a Latin American network of women who, through flash fiction, seeks to contribute to raise awareness about gender-based violence. This social and supportive network extends to several countries in the Southern Cone through a publishing endeavor. The selected corpus involves Latin American women writers from Argentina, Chile, and Brazil who denounce gender-based violence through a specific literary form, a modern and relatively new literary form called flash fiction. The purposes of this work include: a) implement the analytical support of networks and constellations to treat a specific literary phenomenon; (b) identify the repertoire of recurring themes in the literary texts of those three countries, and the rhetorical forms used to express it. In some cases, a multidisciplinary dialogue will be required to obtain a deeper analysis of a topic that involves sociology, history, law, and psychology. Literary criticism is not proposing the reading of the belles lettres anymore; instead it assumes the form of commitment to the Latin American reality.

Keywords: Female Network, Gender-Based Violence, Flash Fiction, Latin American Literature.

 

 De acuerdo con lo expuesto por Claudio Maíz en “Los sistemas de religación en la literatura” (2009) la categoría de red colabora a expandir el campo de estudio de la literatura como herramienta crítica circunscripto al espacio de nación. De esta manera se amplía con otras categorías para tratar los fenómenos literarios desde otras áreas que trasciendan la lengua y el territorio. Así, resulta un soporte imprescindible para abarcar interdisciplinariamente objetos híbridos desde las ópticas de coalición y colectividad. El concepto de red puede utilizarse eficazmente como herramienta heurística y como objeto de estudio que conecta autores y corpus de comunidades separadas entre sí. “Las redes son por naturaleza elásticas y porosas”, dinámicas. (Maíz, 2009, p. 9). Frente a un problema global, los escritores dejan de pertenecer a una ciudadanía, traspasan las fronteras del estado-nación porque las repercusiones de la violencia son constantes y abrumadoras en todo el mundo. Sin embargo, marcamos el recorte desde América del Sur porque hemos observado que esta red latinoamericana produce una respuesta editorial concreta al fenómeno que es pasible de ser localizada, enmarcada en un tiempo preciso con actores también identificados colectivamente. 

En el título de este trabajo pretendemos abarcar el concepto de redes intelectuales y sociales que se establecen a partir de un flagelo universal. El estudio implica la confluencia de constantes literarias, sociales y de denuncia que involucran distintas disciplinas: la literatura, la sociología, la psicología, la historia, los aspectos legales y humanos. Por lo dicho, entiendo que el concepto de red es muy estrecho para abarcar los límites del conflicto, es por eso que se tratará más bien de una constelación de redes las que se ponen en juego para describir y tratar el fenómeno. Confluyen y se combinan los hilos de distintas redes: la que compete al género, por lo tanto: red femenina; la que compete a la locación: Latinoamérica. Desde esta arista consideramos a este continente uno solo aunado en el grito por las reivindicaciones sociales y humanas de este grupo social. Como las mujeres eligen un género literario para expresarse, interviene una taxonomía específica: el microrrelato. En todos los casos, observamos que se trata de núcleos marginales (las redes femeninas y el género literario que las representa) que no han sido reconocidos debidamente en las áreas que se disputan el poder hegemónico. 

En esta investigación pretendemos alcanzar la historización de los  contactos intelectuales, sociales, culturales, familiares y políticos, partiendo de un episodio específico: la construcción de una red femenina contra la violencia de género, en el cual diversas culturas inter-latino-americanas y a la vez, trasatlántica entran en contacto por medio de viajes, diásporas, congresos, revistas y, concretamente, en la traducción del volumen chileno al inglés.

Así, podemos enmarcar el problema desde el tipo de red: social, literario y político; período histórico de la red: entre 2010 y 2013; materialidad de la red: la publicación de volúmenes con referato que contiene 100 microrrelatos contra la violencia de género en Chile, Argentina, Perú y otras naciones del Cono Sur y desde la metodología de análisis y reconstrucción de la red: a partir de construcciones colectivas.

Es muy interesante destacar que asistimos al surgimiento de una red a través de un género literario específico.

            Considero necesario partir de la caracterización del género literario que nos ocupa: el microrrelato.

La constatación de los primeros microrrelatos que se escriben con conciencia de género, se remontan a principios del siglo XX, sobre todo en los albores del Modernismo con representantes calificados como el mejicano Julio Torri (1917) y el argentino Leopoldo Lugones con Filosofícula en Argentina (1924). Este lugar fundante de Latinoamérica ha seguido vigente ya que se cree que este género es vernáculo de esta región de habla hispana y es, a su vez, el más joven de todos los géneros literarios. Si se intenta delinear un derrotero, son indudables las figuras señeras de Borges y Cortázar, como así también la del guatemalteco Augusto Monterroso. Su carácter lúdico, experimental, antisolemne lo liga, además, a los movimientos de vanguardia en los escritos transgresores de Huidobro, César Vallejo, Oliverio Girondo, Ramón Gómez de la Serna, etc. El auge actual en Latinoamérica se demuestra a través de la circulación de autores en antologías, congresos internacionales dedicados exclusivamente al género en México, Chile,  España, Argentina, Colombia y la proliferación de estas formas en revistas, diarios, programas de radio, en Internet, que ha llegado a ser su aliada más importante. Este tipo de narraciones es motivo de tesis doctorales e integran ya programas de educación básica, superior y de enseñanza del español como lengua extranjera.

La legitimación misma del género se debe a una red intelectual formada por escritores, editoriales, teóricos y críticos que se reúnen en simposios de la especialidad.

Como testimonio de ello corresponde mencionar la realización de seis Congresos Internacionales, organizados respectivamente por Lauro Zavala (México, 1998), Francisca Noguerol (Salamanca, 2002), Departamento de Literatura de la Universidad de Playa Ancha (Valparaíso, 2004), Irene Andrés-Suárez (Neuchâtel, 2006), Laura Pollastri (Neuquén, 2008), Henry González Martínez (Bogotá, 2010) y Fernando Valls (Berlín 2012). Asimismo, se han realizado varias Jornadas Nacionales en diversos países hispanoamericanos; en Argentina se celebraron: el Primer Encuentro Nacional de Minificción, organizado por los escritores: Raúl Brasca, Luisa Valenzuela y la antóloga y autora: Sandra Bianchi (Buenos Aires, 2006); las Primeras Jornadas Universitarias de Minificción, convocadas por David Lagmanovich (San Miguel de Tucumán, 2007), las III Jornadas Nacionales de minificción: La minificción en español y en inglés, organizado por UCEL: Universidad del Centro Educativo Latinoamericano, Rosario, en 2009;  las IV Jornadas Nacionales de Minificción se realizaron en 2011, en la provincia de Mendoza, Argentina, Facultad de Filosofía y Letras de la U.N.Cuyo, organizadas por CILHA (Centro Interdisciplinario de Literatura Hispanoamericana), entre otros. 

El objetivo común de estas reuniones ha sido crear un espacio propicio para la interacción entre escritores, académicos y lectores, la difusión de nuevas propuestas escriturarias, la reflexión teórica, la lectura crítica, la producción de estudios comparativos y el intercambio de experiencias y proyectos relacionados con la enseñanza-aprendizaje de la literatura y las lenguas extranjeras. El espíritu que ha animado a los encuentros mencionados, ha manifestado especial énfasis en el estudio de la microficción en diálogo con otras disciplinas, otras lenguas y otros ámbitos culturales que tienen ya una trayectoria destacada como el inglés (Sudden, Quick, Flash Fiction) y otros que comienzan a incorporarse como el portugués en el contexto del Cono Sur. Esta sociabilidad de los integrantes de la red de microficción ha producido la circulación de sus materiales como puede testimoniar la Revista Puro cuento, nacida en la provincia de Chaco, dirigida por Mempo Giardinelli que circuló durante 25 años. Así declara su fundador en una entrevista concedida a Página 12 en 2011:

Puro Cuento publicó más de 800 cuentos de la literatura universal, de todo el mundo y de todas las culturas. Y, dentro de ese total, 424 fueron autores argentinos, muchos de los cuales debutaron compartiendo páginas con algunos de los más reconocidos escritores/as de Latinoamérica. No pocos de ellos son hoy nombres mayores de nuestra narrativa.

El 35 por ciento de los cuentos que publicamos, además, estaban escritos por mujeres, y eso en tiempos en que el machismo heredado de la dictadura y de nuestra historia era aún arrasador en la literatura argentina.

 Casi la mitad de los cuentos que se publicaron en las 36 ediciones de Puro Cuento, a lo largo de más de seis años, provenía de las mejores literaturas del mundo. De hecho publicamos cuentos de más de 70 países. De México fueron 57, y de sus mejores autores: Rulfo, Paz, Fuentes, Valadés y muchos/as más. De Estados Unidos, 43. De Brasil, España y Chile, casi 30 de cada país. Piense usted el nombre que quiera; nosotros en Puro Cuento lo publicamos.

 Esta revista fue el órgano de socialización, surgimiento y legitimación del género microrrelato en el nivel editorial argentino y latinoamericano. Mucho de los consagrados y también los autores emergentes se leyeron en sus números que se publicaron hasta 1992 cuando apareció el último número de la revista debido a problemas financieros.

Como ha expresado Claudio Maíz con respecto a las publicaciones periódicas, “constituyen artefactos de variada función” (2009, p. 76) no sólo promueven la publicación, “sino que permiten el registro de un momento de la cultura a través de los debates, difusión de estéticas […], en fin, el clima intelectual imperante” y además “pueden ser vistas como ejes de religación, o dicho en otros términos, como redes” (2009, p. 76).  Este es el caso de Puro cuento.

La labor de esta revista rebasa lo literario, centrado específicamente en la consolidación de los géneros breves, el reconocimiento de autores, la difusión de los textos y escritores desconocidos porque cumple una función que alcanza lo social. En este sentido, Giardinelli testimonia que:

En 1988 pusimos en marcha una primera Fundación, que se llamó Fundación Puro Cuento, que abrió algunas bibliotecas en el interior del país que todavía existen. Allí iniciamos las primeras estrategias de Promoción de la Lectura, que un cuarto de siglo después es una política de Estado en la Argentina y en varios países hermanos. Y también sacamos seis ediciones de Puro Chico, que fue la primera revista de literatura infantil de la Argentina, y probablemente de toda América latina. Allí publicaron autores/as que luego –hoy mismo– llegaron a ser nombres consulares de ese género.

 En cuanto al origen y desenvolvimiento del microrrelato en Latinoamérica, tanto el mejicano Lauro Zavala -uno de los especialistas más importantes en la actualidad- como Francisca Noguerol (192) –investigadora de la Universidad de Salamanca- coinciden en afirmar que este género se inicia a partir de las “ficciones” borgeanas cimentadas en la ironía, la parodia y la metaficción que cuestionan los límites entre realidad y ficción. Noguerol continúa la evolución y precisa que en los años ’70 y ’80 los ejecutores del género, apremiados por las circunstancias políticas de  las dictaduras y el exilio pusieron el acento en los contenidos y reflejaron literariamente las vivencias de estas crudas realidades. En los últimos años, el microrrelato se inscribe en la posmodernidad en tanto “parodia las obras convertidas en cánones culturales por la generación anterior y, sobre todo por su incidencia en los márgenes y en las periferias sociales, sexuales y étnicas: las mujeres, los indígenas, los chicanos”. (Noguerol 192).

Hasta aquí un apretadísimo deslinde del género, recordamos las características nombradas para, luego, avanzar en el desarrollo del tema propuesto: brevedad, carácter lúdico, experimental, antisolemne, ironía, parodia, metaficción y transtextualidad. Asimismo hemos destacado su vocación por los márgenes y la denuncia y es aquí donde podemos unir los ejes que estructuran esta investigación en la constelación de lo femenino, el género literario marginal y el motivo de la violencia.

En la actualidad, es imposible negar la violencia de género en todo el planeta. Si consideramos que más del cincuenta por ciento de la población mundial está compuesta por mujeres y que este flagelo involucra por igual a hombres, mujeres,  niños y niñas, es preciso, entonces que todos reflexionemos conjuntamente: el estado, las asociaciones no gubernamentales, los legisladores, los efectores judiciales, la población toda y, por qué no la academia, las universidades, los distintos niveles educativos, pues de esta forma, cada uno desde su lugar pondrá un granito de arena para tomar conciencia de su gravedad. A continuación, incluiré una serie de datos necesarios para avalar la necesidad de reconocer el problema, abordarlo, prevenirlo y denunciarlo. Mostraré los datos de mi país, contabilizados sólo en el primer semestre de 2012, los que arrojan, en promedio, más de un femicidio por mes en las provincias más pobladas.

En total, en el país hubo 119 víctimas de la violencia machista. Casi el 70 por ciento de los crímenes fueron cometidos por parejas o ex parejas de las víctimas, y la mayoría de los femicidios fueron causados con armas de fuego  (24 %). En cuanto a las edades, la mayoría de las víctimas tenían entre 19 y 50 años. La asociación relevó un total de 119 muertes, que incluye también los «femicidios vinculados», once en total, de mujeres y niñas, es decir, los casos de mujeres asesinadas cuando intentaban impedir el femicidio o que tenían vínculo familiar o afectivo con la asesinada y fueron ultimadas con el objeto de castigar a la mujer. Por estos “femicidios vinculados”: 161 hijas e hijos de mujeres asesinadas por violencia de género se convierten en víctimas colaterales del femicidio. La situación se ha empeorado en el último tiempo: “cada tres días dos mujeres son asesinadas por ser mujeres en la Argentina” (Diario Página 12, 30/8/12).  La situación en Chile y en otros países del Cono Sur es similar.

Un documento de la Unesco de 2008, se expide sobre las formas de la  violencia de género:

Violencia de género se refiere a aquellas formas mediante las cuales se intenta perpetuar el sistema de jerarquías impuesto por la  cultura patriarcal. Esta adopta diferentes manifestaciones, las que se pueden dar en el espacio tanto público como privado, dentro de las cuales está el acoso laboral, el acoso sexual, la violación, el tráfico de mujeres y las formas de maltrato físico, social y sexual que ellas sufren en el espacio familiar por parte de sus parejas. En los últimos años se ha generalizado el término “femicidio” o “feminicidio” para designar los asesinatos de mujeres por razones de género (2008).

 Como se habrá observado, este es un tema complejo, difícil de analizar desde una sola arista; exige un abordaje multidisciplinar en redes. La “visibilización” de las mujeres en la vida literaria no ha sido fácil, en algunos géneros ha tenido más participación que en otros. Según la escritora Pía Barros, antóloga y editora chilena: existe “otra forma de la violencia de género, la invisibilización de la creatividad de mujeres” (2011, p. 4). Concretamente, el análisis de microrrelatos escritos por mujeres no es muy frecuente, los que abordan el tema específico de la violencia de género por hombres o mujeres es mucho menos aún. Por eso, para esta ocasión me ha parecido pertinente tomar como corpus de estudio las antologías chilenas: Basta! Cien mujeres contra la violencia de género (2011), Basta! +de 100 hombres contra la violencia de género (2012), llevado a cabo por el Grupo Editorial Asterión y la antología argentina del mismo nombre que tengo el honor de antologar, aún inédita pero que está lista para entrar imprenta en este año. La visibilización de la mujer lograda por Asterión es evidente ya que el Basta! de mujeres constituye, según Pía Barros,  el volumen que más escritoras ha reunido en Chile. 

Gabriela Aguilera, un alma mater del proyecto, nos cuenta los objetivos, alcances y resultados de la publicación:

 

Para el comité editorial Asterión es indispensable la mirada política sobre el trabajo literario, el rol social del escritor y los derechos vulnerados (…) el microrrelato, (microcuento o minificción), puede ser un buen elemento de fomento lector, instigando el placer de leer y el placer de pensar, dos formas de resistencia cultural y política”. (…) ¡Basta! de mujeres ya tiene su segunda edición y está siendo traducida al inglés. Junto al Basta! de hombres, conforman una unidad literaria. En los textos consignados pueden leerse el historial de la violencia de género en Chile y en proyección, en el mundo. Puede seguirse la ruta de la violencia, la ruta crítica, las  formas de violencia, etc.

 

            Como se ha anotado en los volúmenes y artículos que tratan el método de abordaje de “redes” es difícil constituir el momento de origen de una religación social. Sin embargo, gracias a los testimonios de las responsables de Asterión, podemos historizar, fechando los hitos importantes de su labor. Comienza a existir desde fines de los ’90, pero es en 2008 cuando el Comité editorial decide optar por una salida creativa para visibilizar el problema de la violencia de género y concientizar a la población (Aguilera, 2012). Susana Sánchez Bravo testimonia en mail enviado el  15 de noviembre de 2011 12:20 algunos momentos clave de la trayectoria:

¡Basta! 100 mujeres Contra la Violencia de Género, Edit. Asterión, nace en 2011, desde la búsqueda permanente para señalar la constante pérdida de vidas de mujeres  de toda edad en nuestro país.

Las  cifras negras de feminicidio y sus secuelas llega a un tope terrible en el año 2000, cuando en Alto Hospicio (Iquique) 15 jóvenes de entre 13 y 24 años desaparecen sin dejar rastro ante la pasividad de las autoridades competentes quienes aventuran la tesis de que las niñas han optado por la prostitución para salir de la pobreza y han viajado al Perú. Una de las víctimas sobrevive y declara identificando a su agresor quién posteriormente confiesa y se encuentran algunos de los cadáveres de las víctimas. Esto nos puso, como escritoras y editoras ante una verdad ineludible: si eres mujer vales menos que un hombre y si eres mujer pobre, vales menos aún.

Frente a la desprotección legal y la indiferencia de un Estado que mira por sobre el hombro a las mujeres de este país con leyes desiguales que van desde menor sueldo por igual trabajo hasta la connotación de  «crímenes de pasión» a la muerte de una mujer por su marido a quién «se le pasó la mano» en un simple caso de «violencia intrafamiliar», las mujeres chilenas se organizan, marchan bajo las  banderas que dicen «¡Cuidado! El machismo mata»,» Denuncia la violencia de género». Nos favorece la presidencia de Michelle Bachelet, se logran leyes pero este flagelo aún no termina y se necesita un cambio cultural.

Como mujeres, escritoras y editoras, logramos juntar el dinero y, desde nuestro quehacer diario, logramos editar este libro que se ha convertido en un hito y que, esperamos, se reproduzca en otros países.

En diciembre de este año [2011], Editorial Asterión convocará el segundo ¡Basta! 100 hombres Contra la Violencia de Género, en una acción solidaria e inclusiva contra  toda forma de violencia.

 El testimonio de sus autoras y antologadoras es desgarrador. De sus dichos,  cedidos por correo electrónico, podemos interpretar los fundamentos de la lucha por erradicar el flagelo que involucra también a las redes de trata y la complicidad de los gobiernos de turno. El trabajo de estas escritoras chilenas no se circunscribe a los libros mencionados. Su tarea es mucho más larga. Comienzan en talleres literarios dirigidos por las autoras más conocidas: Pía Barros, Gabriela Aguilera, Susana Sánchez Bravo, Ana Crivelli, Silvia Guajardo Pérez, entre otras. Los lugares en que se dictan son diversos, desde la casas de ellas mismas hasta al cárcel de Santiago. Esta red, constituida por talleres literarios es el fermento firme para preparar los volúmenes que estamos considerando. La labor editorial de Asterión ha promovido desde siempre la publicación de textos de mujeres comprometidos, combativos y de denuncia. Quizá por eso mismo no han tenido el apoyo gubernamental que debieran. Se presentaron a dos subsidios estatales, pero les negaron el financiamiento del primer volumen sobre todo porque la Municipalidad no lo consideraba un proyecto de alcance masivo. Es por esto que sus autoras autofinacian el primer Basta!, los resultados son insospechados. Según testimonia Pía Barros en un mail enviado el viernes, 10 de febrero de 2012 16:02:

 Queridas todas:

Como algunas sabrán, hicimos a fines del año pasado [2011] una antología llamada Basta! Cien Mujeres contra la violencia de Género, microcuentos, de NO MAS DE 150 PALABRAS.

En dos meses, vendimos la edición y ya hicimos la segunda, con 146 mujeres, ampliándola y su recepción ha sido espectacular. La idea es hacerlo en cada país latinoamericano durante este año [2012], más Estados Unidos, donde se hará Cien Latinas…

Cristina Linhares (espero en colaboración con Joyce, presidenta de REBRA (Red de Escritoras Brasileiras), intentara hacerlo con brasileñas.

Nuestras amigas argentinas, ya tienen sus 100, encabezadas por la académica Miriam Di Geronimo.

Cucha del Águila, Carmen Christiane, lo están preparando en Perú.

Mi amiga Rayen hará los oficios para Republica Dominicana.

Estoy intentando dejarlo en Uruguay y Colombia y espero que Vicky Ayllon lo haga en Bolivia.

Cada país debe gestionar la editorial, ojalá independiente, y la proyección de venta, hace atractivísima la oferta: porque se entregan dos ejemplares por autora por concepto de derecho de autor, y la mitad de la edición se vende debido al interés de las propias autoras. Nosotras la vendimos en dos meses.

Ahora acabamos de editar no solo la segunda edición de Basta Cien Mujeres, sino que hicimos también la de hombres.

Las políticas de Naciones Unidas de Mujer (a través de Michelle Bachelet), han considerado de urgencia suprema el fin de l violencia de género.

La labor de Asterión no se detiene, al contrario, crece día a día. Efectivamente en 2012 editaron ¡Basta! + de 100 hombres contra la violencia de género. Algo quizá impensado para una red femenina. Sin embargo, la implicancia es real y concreta. No sólo basta con concientizar a las mujeres, víctimas  sino también al otro actor del escenario siniestro: el victimario. Es necesario comprometerlo para que deje de ser un espectador y comience a accionar positivamente en el conflicto que trasciende lo doméstico y comprende lo laboral, gubernamental, psicológico, legal, etc. La relación es de  dos sexos: los dos están implicados para resolver el problema. Desligar uno de los nodos sería  tratar los incidentes de manera parcial y superficial. Es por esto que Asterión convoca ahora  a los hombres. Según los dichos de Pía Barros en el prólogo, al comienzo, la respuesta fue inmediata de diez hombres pero luego debieron laborar arduamente para lograr la cifra que habían propuesto. El dato no es menor, el varón no se siente parte de esta red, debe ser convocado e impulsado a trabajar activamente. El resultado es por demás satisfactorio. Al leer los microrrelatos comprendemos que no sólo cuentan los episodios de violencia femenina sino que ellos mismos se constituyen en la voz de algunos textos. De esta manera, se constata que la violencia pueden sufrirla hombres y mujeres en una relación de pareja. Así lo demuestra este testimonio muy breve:

 

Desolación

Estoy desolado. La mujer de mis sueños se fue a vivir a una de mis pesadillas.

                                                                         (Casimiro Casipienso, 2012, p. 22).

 

La idealización del otro de la pareja se mantiene por algún tiempo, luego, hay que hacer frente a eso que se llama “lo real” y que no siempre significa una experiencia acogedora y feliz.

La perspectiva del varón es imprescindible para comprender el entramado de los lazos de relación entre los sexos. Franco Fernández experimenta el dolor en “Esto me duele más que a ti”:

Ésas eran las únicas palabras sobre el papel que encontró en la cocina. Las mismas palabras que dijo mirándola  tirada en el piso, y que ahora, simplemente no podía creer, porque a nadie le dolía más que a él.  (2012, p. 35).

 

El hombre se reconoce golpeador y recibe el castigo por sus actos: el abandono de la mujer.

Tanto en microrrelatos de hombres como de mujeres hay un gran porcentaje en que la mujer toma revancha y logra salir del círculo que la oprime. La literatura constituye el vehículo para presentar un anhelo cumplido, acompañada de la catarsis que supone la justicia. Desde esta óptica leemos de Hernán Venegas, “Camioncito de feria”. El título, metafórico, alude purisignificativamente, al contoneo del hombre/camión y a la “atracción”, digna de mostrarse en una feria de curiosidades. Su masculinidad está medio truncada por efecto de la venganza de la mujer.

Lo delataba su manera al caminar de medio lado. Pudo ser peor. Su mujer solo le cortó un testículo y lo taponó con sal. Nunca más intentó la palmada en las nalgas de su cuñada. (2012, p. 111).

 El estudio de los actores de una red lleva a conocer diferentes relaciones no lógicas, no causales entre los miembros. Obliga a repensar la naturaleza de los nexos que los mantienen unidos o separados. Señalar la confrontación solamente no colabora a desbaratar el flagelo que implica a más de un sexo. La visión se amplía, el espectro cambia y podemos ir abordando el problema sin prejuicios, desde diferentes aristas, abandonando una posición rígida de víctima/victimario, porque, según se trate, los roles pueden ser intercambiables, siempre de manera desgarradora y dolorosa. Así lo demuestra “Víctima” de Rodrigo Torres:

 Las personas en la vereda se detuvieron a mirar. Una chica corría tras un muchacho.

-¿La habrá asaltado?- preguntaron unos.

-Seguramente le hizo algo malo. Deberíamos buscar a un policía- dijeron otros.

Algunos apiadados por la mujer, que ya se había detenido jadeante por la carrera, siguieron al hombre. Al alcanzarle, lo redujeron al suelo. Tenía un ojo morado y el labio roto. (2012, p. 104).

 Jaime Valdivieso en “Puntos suspensivos” muestra el accionar del hombre “de buena fe” que pretende hacer justicia frente al avasallamiento sobre el cuerpo de una mujer. Sin embargo, ésta todavía está atada a ese hombre golpeador y lo defiende como parte suya, la voz protagonista queda en “puntos suspensivos”, atónito, frente a la actitud femenina: 

 Observé cómo la mujer recibía una andanada de insultos de un hombre que le fijaba la mirada mientras ella, dolorida, se plegaba sobre sí misma cada vez más disminuida, como si de esta manera y presentando menos cuerpo pudiera de alguna manera soportar las despreciativas palabras. En ese preciso momento extraje de un bolsillo mi cortaplumas y apretando el botón de la aguda navaja, la hundí en la espalda del hombre que comenzó a doblarse sobre las dos piernas hasta caer y quedar inmóvil. Pero no fue eso lo que me produjo el mayor asombro, sino la mujer que, abriendo los ojos, dio un alarido de dolor gritando asesino, asesino… mientras yo me escurría silenciosamente entre los transeúntes. (2012, p. 106).

La mirada reticular que proporcionan estos volúmenes en conjunto completa un panorama que se ha contado, en general, desde la perspectiva femenina.   

A principios de 2013 el panorama ha cambiado, el Basta! sigue creciendo, se  ha  publicado en Perú en 2012 y en este año se editará en Argentina, creemos que con algún apoyo gubernamental o universitario, todavía no está definido el financiamiento. El material está seleccionado y listo para entrar en imprenta.

Ya en setiembre de 2012 la editorial cumplió otro anhelo a favor de los desposeídos: generó Basta! + de 100 cuentos contra el abuso infantil, también usando el microrrelato como soporte literario. Es muy importante escuchar la voz de las protagonistas:

 

Las escritoras que conforman el comité editorial, conocidas como las Asterionas, tienen un compromiso personal con la lucha por erradicar la violencia y la vulneración de los derechos de nuestro entorno social a través de la visibilización y la concientización. Ese compromiso está vivo y se concretiza en cada una de las acciones que hemos realizado, asumiendo el costo en dinero, tiempo y trabajo. Para ello también hemos contado con la ayuda y compromiso de nuestros amigos escritores, académicos y gestores culturales. Debemos agradecerles su solidaridad y cooperación, que fortalece nuestra idea de que SOMOS como individuos pero SOMOS mucho más en el colectivo. (Aguilera, 2012).

 La historia de esta red es apasionante. Debemos agregar más precisiones. Durante 2011 en las IV Jornadas de Minificción realizadas en Mendoza, viajó una delegación de chilenos. Las autoras del Basta! de mujeres presentaron su libro por primera vez, después de haber sido rechazadas en la Feria del Libro de Guadalajara. En esa ocasión comprometieron a cinco responsables, entre los que se contaban escritores: Leando Hidalgo, investigadoras: Amor Hernández Peñaloza y yo, la antóloga Sandra Bianchi y el editor independiente y autor de microrelatos Fabián Vique para la convocatoria y realización del proyecto del Basta! argentino. Ahora ya está pronto a ver la luz en su formato libro. La red se multiplica: en estos momentos Amor Hernández Peñaloza, colombiana, pero que vive en Argentina desde hace años, ha comenzado a reunir los textos para conformar el Basta! de mujeres colombianas.

Podemos circunscribir la red femenina considerándola trasatlántica pues en 2012 ¡Basta! de mujeres se ha traducido al inglés, en una edición bilingüe por obra de la antologadora y editora Pía Barros y la Profesora emérita de Humboldt State University Marta Marnier. La confluencia de estas dos mujeres ya denota la apertura de la red. Ahora no sólo trasciende las fronteras de Latinoamérica sino que une a escritoras y académicas, tal como se había observado en la diagramación de los congresos en torno a esta forma literaria que convocan casi en cifras iguales a creadores como críticos y teóricos. El microrrelato de género ha producido la confluencia de la Universidad y de los creadores. Las fronteras se han diluido frente al compromiso y la necesidad de hacer visible los casos de violencia a que son sometidas las mujeres en todo el orbe. 

Tal como proponen las responsables del proyecto editorial podemos considerar a estos libros como documentos, testimonios actuales, penosos que proporcionan un panorama siniestro de la violencia en todas sus manifestaciones: física, doméstica, psicológica, laboral, obstétrica, simbólica.

Los volúmenes chilenos y argentino pueden componer un caleidoscopio mutante, en movimiento permanente que registra las diferentes modalidades. En literatura, esto se traduce, concretamente en lenguaje. Es por esto que podemos hablar de polifonía: puesto que, en cada caso, se escuchan las voces del agresor, de las víctimas, de los familiares etc. Así se podrá determinar, lo que en literatura se denomina  el “punto de vista”, la focalización, la perspectiva, de quién habla.

Teniendo en cuenta estos aspectos y otros, devenidos de los textos, intentaré deslindar núcleos temáticos comunes que se reiteran en los tres libros: la violencia física, el divorcio, el abuso, los delitos sexuales, la cosificación del cuerpo, el mandato familiar o herencia social y la discriminación laboral.

Creo que la violencia en el varón surge de un desconocimiento de los comportamientos de la mujer, de su psicología, de sus reacciones “inesperadas” para él, todo se le presentifica como un gran misterio insoluble, imposible de abordar con los modos que conoce: la naturaleza femenina se le aparece como un gran enigma, no lo puede comprender, ni manejar, ni controlar, ante la impotencia que eso le genera, responde con una violencia, desmesurada que, a veces,  lo lleva al maltrato psicológico, la golpiza y, en ocasiones extremas, al asesinato. Ya para Freud y Lacan la mujer aparece como un gran “misterio”. Este es el conflicto que se hace presente en el  microrrelato de Pía Barros, “Cirujanos 2”, publicado en 2009, en un volumen unitario, anterior a la antología:

 

      La desuella para desnudarla, porque el misterio lo enloquece.

 Con escasísimas palabras se muestra el deseo desesperado del varón de “penetrarla” desde lo físico hasta lo intelectual, como no puede lograrlo, el camino más fácil es la muerte, pero de una manera cruenta, meditada. Según el diccionario “desollar” significa: “quitar la piel del cuerpo o de alguno de sus miembros”. Pero además “causar a alguien grave daño en su persona, honra o hacienda”. Aquí es donde quiero hacer hincapié, no se trata sólo de un daño físico, sino que alcanza a la honra de la persona, su integridad, su totalidad. Este golpe “trauma” abarcará todo su ser, constituirá una “marca indeleble” que no podrá borrar nunca más. Es por eso que uno de los microrrelatos del ¡Basta! de mujeres se denomina: “Los delitos sexuales no prescriben” porque el daño de moretones primero, ya ha pasado en el mismo momento a otro nivel, se ha inscripto en la psiquis y en la subjetividad de la mujer. Este significante traumático resignificará su pasado y su futuro, el estrés postraumático que generará hará que cada vez que recuerde el momento shockeante, su memoria reviva implacable e impecable la repetición de las sensaciones funestas, sus neurotransmisores se activarán infinitamente de la misma manera.

En cuanto surge la violencia física del hombre nace, como respuesta y como contrapartida, el enmascaramiento y la ocultación por parte de la mujer, como un deseo de “tapar” o de borrar “la marca” que ya es imposible: se ha grabado en su psiquis y en su mundo afectivo, no hay vuelta atrás. En los microrrelatos  se encuentra un abanico interesante de formas y gradaciones de metaforización para expresar el golpe o los golpes que llegan hasta la desaparición. Indudablemente, la primera salida real para camuflar el daño son los “Maquillajes”, título de este micro de la chilena Pía Barros (2009):

 

Era el tiempo del ojo, sólo de él. La leve línea que lo enmarcaba simulando. Y se fue haciendo oscuro, intenso, indeleble. Un país de ojos y de ayes.

Ahora que es el tiempo que esperábamos, es un país de bocas, rojas, relucientes.

            Sólo la piel es pálida hasta el asombro. Un país de bocas pintadas y ojos llorosos que desaparecen tras la raya del ojo.

            A veces, tengo miedo de mi rostro.

 El texto alude a una especie de sinécdoque (nombrar el todo par la parte) que muestra una evolución que parte de una simple línea de maquillaje simbólica, que simula el ojo de una mujer golpeada hasta abarcar a un país de violencia desatada sobre la mujer que llevará, indefectiblemente, hasta la palidez total de la muerte. Se destaca la efectividad del final, cuando se produce el cambio hacia la primera persona gramatical, porque así se personaliza el daño, que ya es solo de ella: la narradora y, surge, consecutivamente, el miedo, que no es zonzo. Esta individuación del conflicto contribuye para que el lector se identifique más íntimamente con el personaje y con el flagelo que pasa de lo individual a lo colectivo social.

Para escuchar la voz del varón violento en su máxima crueldad, les propongo leer un microrrelato de una de nuestras mejores escritoras argentinas vivas: Luisa Valenzuela. Este texto está antologado para el ¡Basta! argentino. Según lo declarado por la autora, es un fragmento de un cuento mayor: “Simetrías”

 Nosotros las miramos pero ellas no nos ven. Están encapuchadas o les hemos vendado los ojos. Tabicadas, decimos. Las miramos de arriba abajo y también por dentro, les metemos cosas, las perforamos y punzamos y exploramos. Les metemos más cosas, no siempre nuestras, a veces más tremendas que las nuestras. Ellas chillan si es que les queda un hilo de voz. Después nos las llevamos a cenar sin tabique y sin capucha y sin siquiera ese hilo de voz, sin luz en la mirada, cabizbajas. Les hacemos usar los más bellos vestidos. Los más bellos vestidos. Les metemos cosas muchas veces más tremendas que las nuestras porque esas cosas son también una prolongación de nosotros mismos y porque ellas son nuestras. Las mujeres. (inédito, ¡Basta! Argentino, 2012).

Un elocuente testimonio de violación, de usurpación del cuerpo femenino por parte del varón en su máxima expresión, ya que el concepto “persona” no existe, ha sido vulnerado, avasallado. En esa autoridad en la se inviste el varón, se siente “dueño” de la mujer, por lo tanto la cosifica. Se produce la apropiación del cuerpo y de todos los ámbitos que son propios de la mujer. Él se siente con derecho de penetrar en todos ellos con cualquier objeto simbólico o real, más allá de su miembro, como amo y señor. Sin embargo, guarda las apariencias sociales, quiere lucirse con ella, como un atuendo, como botín de guerra, sin importarle qué queda de ella, de su integridad. En la tortura que ejerce, la invisibilización es absoluta. Sólo cuenta la ostentación del poder del macho. El hecho de usar el plural para designar hombres y mujeres, inscribe el texto en una dimensión universal, más allá de los límites domésticos, privado o público.

Escuchemos ahora la voz representada de un niño víctima de “femicidio vinculado”, lamentablemente, basado en un hecho real, sucedido en Lincoln, perteneciente a la provincia de Buenos Aires en noviembre de 2011. La autora, Marta Susana Domínguez, es docente e investigadora universitaria, Profesora de Letras que no escribe ficciones, pero que se sintió comprometida a  participar de nuestra convocatoria argentina del ¡Basta!, lanzada el 27 de noviembre de 2011, con motivo del día nacional por la violencia de género. Ella escribió una ficción para recrear los hechos de violencia vivida en un pueblo chico, Lincoln, a fines del año pasado. Todos los habitantes de ese lugar estuvieron buscando dos días al niño que había desaparecido a la salida del colegio, tenía 9 años; 12 o 15 cuadras lo separaban de su casa. Se presumía que había subido al auto de alguien, pero alguien que conocía, porque si no los vecinos lo hubieran notado… Finalmente, apareció muerto en unas chacras. Lo había matado su padrastro antes le había prometido a su madre: “te voy a pegar donde más te duele”.  

 Tomás de Lincoln

De pronto el corazón se me hizo chiquito, quedé paralizado, esa mano que me subía al auto! no podía moverme, me miraba con un odio feroz. No podía ni mirarlo, me insultaba por lo bajo, me decía cosas horribles, no podía contestar… estaba paralizado… una frenada. “¡Bajáte!” dijo. No podía moverme, me agarró de los pelos y dijo: “¡no escuchás cuando te hablo! Nunca escuchás cuando te hablo ¡pendejo de mierda! ¡Ahora vas a ver lo que es bueno!” Vino un golpe y otro! traté de estar en otra parte… no podía moverme, ningún lugar a donde ir. Tropecé entre las ramas caídas, vino un golpe y otro, un crujido en mi cabeza, todo se oscureció.

De pronto escuché a lo lejos la voz de mamá llamándome y el canto de los pájaros, el auto se alejaba.

A continuación nos ha parecido pertinente incluir muy someramente el desenvolvimiento del “microconto” en Brasil. En la diacronía del microconto brasileiro es necesario marcar un hito importante: la publicación de Os cem menores contos brasileiros do século, publicados por Marcelino Freire, en 2004. En efecto, este autor, inspirado en “El dinosaurio” del guatemalteco  Augusto Monterroso, convoca a cien escritores brasileños para escribir “cem histórias inéditas de até cinqüenta letras” (2004).  Este volumen pretende reunir a cien escritores en un formato muy exigente. El resultado no es parejo: no todos responden con  la misma calidad, aunque de esta antología pueden rescatarse nombres importantes que se destacan en este subgénero narrativo.   

El panorama del “micronto” en Brasil tiene similitudes y diferencias con La Argentina. Según testimonia la revista Carandá de la Universidade Federal do Mato Grosso do Sul (UFMS):

Nas últimas duas décadas, a quantidade de livros e antologías de microcontos no Brasil cresceu vertiginosamente. A pesquisa não. […]. (p.254).

Parece-nos, também, que o microconto nao é uma forma litéraria nova. Seja no gênero narrativo ou gênero poético, as narrativas breves são constantes na Trevisan, Manoel de Barros, Oswaldo Franca Júnior, Millôr Fernandes, Marçal Aquino, Ivana Arruda Leite e Marcelino Freire, são algumos dos muitos escritores brasileiros que em algum momento dedicaram_se ao microconto. (p. 272).

 En estos conceptos, Fabrina Martinez de Souza y Rauer Ribeiro Rodriguez (2011), describen un escenario parecido al de Chile en el cual los autores proliferan pero la crítica y teoría son escasas. En Argentina se destacan de igual modo escritores y especialistas del género de variada calidad.

En todos los casos y especialmente en el microconto brasileño se marca internet como un hito sin precedentes en la historiografía del fenómeno. Estos autores brasileños se encargan de hacer hincapié en el objeto de estudio de este trabajo: no consideran a los autores como mónadas sino en núcleos que se hallan disponibles cuando atravesamos la barrera que divide lo público de lo privado. Es decir, cuando revisamos biografías, memorias, entrevistas, cartas, crónicas y, más recientemente, blogs, redes sociales, sitios web, no para “iluminar” la obra narrativa sino para “fornecer novas perspectivas de interpretaçao de um texto literario” como “uma instrumental oferta de inmenso valor exegético” (p. 262). Asimismo agregan: “Nos contos catastrados no blog Doidivana [de la autora Ivana Arruda Leite], la temática da violência aparece” (p. 268), como sucede en el cuento publicado el 31 de diciembre de 2009 y antes impreso en Falo de Mulher de 2002. La doble dimensión de falo en portugués adelanta algo de la temática, por un lado, podría tratarse de “hablar” de mujer, tenerla en cuenta, escuchar su discurso, visibilizarla  y por otro, se refiere, bisémicamente, a la teoría psicoanalítica lacaniana en la cual el falo es un significante simbólico, cercano al poder, separado de la denotación biológica.

Receita para comer o homem amado

 Pegue o homem que te maltrata, estenda-o sobre a tábua de bife e comece a sová-lo pelas costas. Depois pique bem picadinho e jogue na gordura quente. Acrescente os olhos e a cebola. Mexa devagar até tudo ficar dourado. A língua cortada em minúsculos pedaços, deve ser colocada em seguida, assim como as mãos, os pés e o cheiro verde. Quando o refogado exalar o odor dos que ardem no inferno, jogue água fervente até amolecer o coraçao. Empane o pinto no ovo e na farinha de rosca e sirva como aperitivo. Devore tudo com talher de prata, limpe a boca com guardanapo de linho, e arrote com vontade, pra que isso não se repita nunca mais. (http://doidivana.wordpress.com/2009).

 Como en varios microrrelatos ya analizados, el motivo es el de la venganza, que se ejerce, originalmente, en este caso, desde una receta gastronómica. Son redundantes los verbos en imperativo, como corresponde al texto instructivo. Lo que se pone de manifiesto y resulta un tanto repugnante es que no se trata de una animal, sino de “um homem amado” que maltrata a la mujer. Se destacan, por selección muy cuidadosa y precisa las partes elegidas por ella para realizar los cortes: “as costas”, “os olhos”, “a lengua”, “as maos”, os pés”, hasta llegar, gradualmente, “o coraçao” que la voz femenina pretende “amolecer”, (“tiernizar”) en el equivalente español, con agua hirviendo, como sucede con las carnes preparadas en la cocina tradicional. A continuación, sigue con el órgano masculino al que dedica un tratamiento especial: lo reboza con empeño, para servirlo como aperitivo, quizá para satirizar su tamaño. Es significativo el hecho de que se mezclen, naturalmente, trozos del cuerpo humano con verduras como la cebolla, los condimentos, la harina y el huevo. La subjetividad se refuerza en el enunciado que expresa el deseo: “o odor dos que ardem no inferno”. El final, supone una comida de lujo en los materiales elegidos para servir la mesa: cubiertos de plata, servilletas de lino. El carácter ejemplar del microconto aparece en la última línea que intenta, desde la escritura, desbaratar el flagelo a través de la muerte del victimario. La satisfacción de la labor cumplida se representa en el verbo “arrotar” que significa, a la vez, “eructar” y “vanagloriarse” en el marco de un banquete ritual de antropofagia.

Ya se ha señalado el típico diálogo intertextual como característica esencial del género narrativo que estamos tratando. En este caso, se relaciona con otro texto de la misma autora que aparece en el volumen antes mencionado: Os cem menores contos brasileiros do século, podríamos señalar el procedimiento de “autohipertextualidad”:   

                              Feijoada

Confesso.

Fui eu que infiei a faca na barriga desse porco. (Leite en Freire, 2004, p. 37).

 A simple vista, no es difícil establecer la relación de hipo/hipertextualidad, es decir,  la co-presencia de un texto en otro, señalada por Genette en  Palimpsestos (1989). Martinez de Souza y Ribeiro Rodriguez, en el artículo mencionado de 2011, hacen dialogar los dos microrrelatos, señalando el carácter bisémico de la palabra “porco”. Si se dilucida la identidad de la víctima, podría tratarse a la vez de una comida o de un asesinato. Asimismo, agregamos, un argumento que sostiene la primera interpretación estaría dado por el título; simultáneamente, la elección de la segunda se establece a partir de la correlación que se marca con la primera palabra “Confesso”.

Las conclusiones finales del artículo de la revista Carandá son útiles para caracterizar el género y comprender semánticamente estas formas breves:

 

O microrrelato nao é gentil. Não tem a compaixão do romance ou a simpatía do conto. Não oferece filme o foto. Exige. É o leitor quem começa, termina o simplesmente, aceita a história. Assim se faz, no Brasil, a literatura que surge na interface com internet na primeira década do século XXI. (Martinez de Souza y Ribeiro Rodriguez, 2011, p. 270).

 

Añade, además, un dato interesante de la experiencia del lector del siglo XXI: la circulación por internet de autores, teoría y crítica del género constituye un nodo interesante para explorar. Por este medio conoce las vivencias íntimas de los autores que se vuelcan en el blog y que comparten de manera natural. Las distancias entre autor y lector se acortan. Se establece así otro tipo de relación, diferente a la consabida comunicación a través del papel y del libro. El destinatario de blogs puede conocer, como en el caso de Ivana Arruda Leite, obras de su autoría, recetas gastronómicas, restaurantes preferidos, vivencias íntimas y familiares, fotos. Cada experiencia particular, está marcada por entradas diferentes.  

El panorama de chilenas y argentinas, se completa, paralelamente, con la labor de escritoras brasileñas que han trabajado incansablemente para testimoniar y denunciar este flagelo. El caso de Laís Chaffe, ella constituye una red egocentrada que lleva adelante en Porto Alegre a través de programas de divulgación de la poesía en espacios cotidianos. Así lo expresa la autora en su blog, Cidade Poema, Livro on line:

 

A poesia vai à escola, ao cinema e ao shopping. Ainda frequenta livrarias, mas também se apresenta em restaurantes e laboratórios, passeia de ônibus, anda de elevador, se olha no espelho.

 

Lançado em abril de 2009, o Cidade Poema chega ao seu terceiro ano unindo a poesia às demais artes no objetivo de colocar a literatura na vitrine, em iniciativas que vão de outdoors a pequenos imãs de geladeira, de minimetragens poéticos a bolachas de chope, de performances teatrais a adesivos ilustrados. (http://www.cidadepoema.com/)

 

Actualmente es Diretora do Instituto Estadual do Livro (RS). Como editora, proyectó  y está al frente del sello editorial Casa Verde, lanzado en marzo de 2005.

Como escritora ha publicado varios libros de poemas y poemas infantiles, Minicontos e muito menos (Casa Verde, Série Lilliput, 2009). También es directora, guionista y productora ejecutiva del documental Canto de Cicatriz (38min, 2005) con temática de violencia de género, entre otros cortometrajes.

Siguiendo esta temática, quisiera comentar:

Terror noturno

—  E tinha um padre me oferecendo balas e dizendo pra eu não contar nada.

—  Pronto, pronto, volta a dormir. Foi só um pesadelo.

                                    http://www.usinadoporto.com.br/acervo/2009/JUN/06_2009.pdf

 

———————————–

—  Irmã?

—  Sim, padre?

—  Não aconteceu nada aqui, está bem?

—  Louvado seja Deus Nosso Senhor.

—  Amém.

                                                  http://www.msmidia.com/lais/minicontos.asp

 El porcentaje de minicuentos de autoras argentinas y brasileñas, de escritores chilenos de las dos antologías Basta! que tratan el motivo del abuso en las relaciones parentales es muy alto. Es una constante que se da entre miembros de la familia. El varón violador es a veces el hermano, el padrastro o el mismo padre. La comprobación es que en Internet, el mismo microrrelato de Chaffe tiene como protagonista a vovô (abuelo) http://www.usinadoporto.com.br/acervo/2009/JUN/06_2009.pdf. y en mail que me enviara el 2 de setiembre de 2012, el abusador es el padre. Es como si se comprobara la hipótesis teórica y empírica de Claude Lévi Strauss, quien en Las estructuras elementales del parentesco señala que el incesto lo provoca algún varón que cambia de función (a veces padre, hermano, primo, etc.) en las relaciones del parentesco, según las tribus que han sido objeto de estudio. 

Sobre todo en los microrelatos chilenos aparecen testimonios de violación en el seno familiar en diferentes clases sociales. Siempre está unido al secreto, a la ocultación, como algo que circula, que es natural en el ámbito familiar pero que debe permanecer en silencio. En algunos casos, la madre es cómplice del delito, pero no lo denuncia.

Los dos microrrelatos de Chaffe se complementan. Ambos comienzan in medias res, representando una forma dialógica entre padre e hija. La categoría de lo dramático atraviesa la forma narrativa y se convierte en una escena fatídica que se encuentra naturalizada, sobre todo, desde la perspectiva paterna que amenaza, minimiza el hecho y le da solo un nombre: “pesadelo”. El problema es que esa pesadilla se vuelva recurrente y se repita. Las interrogaciones retóricas en la voz masculina constituyen el recurso apropiado para afirmar un hecho que necesita confirmación por parte de la hija. Los exponentes de Laís son tan breves que dejan atónito al lector, sin una respuesta pero con los ingredientes justos como para que conozca la situación de abuso y reflexione. El aspecto importante que añade la autora es la religión que pareciera avalar todo y en cuyo nombre se oculta todo. Asimismo, se advierte en las poquísimas palabras en boca de la hija, la sumisión y el respeto que guarda por su progenitor, ese será el caldo de cultivo que fermentará en la repetición y obediencia debida impuesta culturalmente desde el discurso hegemónico.

En cuanto a las asociaciones literarias vigentes en Brasil  es interesante destacar a REBRA – Red Brasileña de Mujeres Escritoras que el 8 de marzo de 2013 cumplió catorce años. Esta institución sin fines de lucro agrupa a cerca de cinco mil escritoras de todo Brasil que  tienen compromiso público con la justicia, la literatura, la cultura y la sociedad, entendiendo que las ideas expresadas por palabra escrita tiene el poder de cambiar la sociedad humana. Ha promovido publicaciones y encuentros con asistencia de participantes de diferentes partes del mundo, como lo acredita la V Jornada Internacional de Mulheres Escritoras en Sao Pablo-Sao Jose do Rio Preto conjuntamente, en mayo de 2012. En marzo de 2013 celebró el lanzamiento de la antología Mulheres da Floresta en la que participaron alrededor de 100 escritoras y que se presentará en La Feria de Frankfurt en el mismo año y en 2014 será traducida al francés y presentada en Salón du livre. La sociabilidad literaria amplía sus horizontes hacia Europa, las repercusiones son inusitadas. El desenvolvimiento de la agrupación en la contribución de esta “ecoantología” se ve sustentada por las políticas de estado que lleva a cabo Dilma Russef a través del  Ministerio de Medio Ambiente. El efecto simbólico de una mujer elegida como la primera presidenta de la República de un país del tamaño de Brasil y el lugar que ha ocupado la escena internacional se considera enorme. Ella misma ha querido destacar este hecho en sus declaraciones, por ejemplo, en su primer discurso que destacó «el compromiso de honrar a las mujeres y la igualdad de género persigue»; hacerlo de nuevo recientemente con énfasis en los debates abiertos de 66° Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU).   http://hotsite.mma.gov.br/redemulheres/a-iniciativa/.

En este sentido, es necesario reconocer que la presidencia de tres mujeres en el Cono Sur ha promovido el desenvolvimiento de redes sociales y en el caso especial de la Argentina. En efecto, el 11 de marzo del 2010 promulgó la ley integral 26.485 para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres, se dio, así, un salto cualitativo para abordarla, mediante el enfoque de derechos humanos y la inclusión explícita como violencia de género. Lo que implica reconocer sus causas más profundas, asentadas en la cultura patriarcal, basada en relaciones históricas de poder asimétrico entre los géneros. Pero sobre todo es importante porque el Estado asume el reconocimiento de los derechos vulnerados a las personas que padecen este tipo de violencia, lo que supone la obligación respecto a la reparación, sanción, atención y prevención de estas situaciones. 

De esta manera, la violencia de género en Latinoamérica compromete la tarea de las redes sociales, del estado, de los intelectuales, de los escritores, del aparato judicial y los actores abocados al bienestar social de la población. 

            La función de la literatura trasciende las belles lettres, sale a la calle y se compromete. Como dice Pía Barros en el Prólogo del ¡Basta! Cien mujeres contra la violencia de género:

 Aquí poetas y narradoras se dan la mano, porque estoy convencida de que la literatura cambia el entorno que toca, ya sea por reflexión, efecto espejo, o simplemente por la belleza. Somos construcciones culturales y esa construcción se hace con lenguaje. Verbalizar, nombrar, es en sí una nueva creación de mundo, de ese mundo al que aspiramos, un universo no sexista, donde nadie sobre y donde todas y todos seamos im­prescindibles. (2012, p. 5).

 

 

Dra. Miriam N. Di Gerónimo

Facultad de Filosofía y Letras

Universidad Nacional de Cuyo

mndigeronimo@yahoo.com.ar

Centro Universitario. Parque General San Martín, Ciudad (C.P.: 5500) Mendoza. Argentina.

 

 

Bibliografía

Aguilera, Gabriela. “Antología Basta!  247 escritoras y escritores contra la violencia de género”. V Jornada Internacional de Mulheres Escritoras. Sao Pablo-Sao Jose do Rio Preto, 22 al 25 de mayo de 2012. Ponencia inédita, cedida por su autora vía mail.

Arruda Leite, Ivana. “Feijoada”. En: Freire, Marcelino. Os cem menores contos brasileiros do século. São Paulo, Edit. Ateliê, 2004. p. 37.

—————–. Receita para comer o homem amado”. En:

http://doidivana.wordpress.com/2009/12/

Barros, Pía. “Breves palabras”. ¡Basta! + de 100 mujeres contra la violencia de género. Santiago de Chile, Asterión Ediciones, 2011. 5 y 6.

————-. “Breves agradecimientos”. ¡Basta! +de 100 hombres contra la violencia de género. Santiago de Chile, Asterión Ediciones, 2012. 3 y 4.

————- . (ed.) y Manier, Martha (trad.). Enough! 100+ Against Gender Violence. Santiago de Chile, Asterión Ediciones, 2012. (edición bilingüe).

————-. “Cirujanos 2”. La Grandmother y otros. Santiago de Chile, Asterión Ediciones, 4° ed., 2009. 33.

————. “Maquillajes”. La Grandmother y otros. Santiago de Chile, Asterión Ediciones, 4° ed., 2009. 24.

Carbajal, Mariana. “Contra el sometimiento”

http://www.pagina12.com.ar/diario/sociedad/3-202304-2012-08-31.html

———–. “En la línea de fuego”

http://www.pagina12.com.ar/diario/sociedad/3-202048-2012-08-28.html

———–. Los femicidios, la peor de las estadísticas

http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-201523-2012-08-21.html

Chaffe, Laís. “Terror noturno”.

http://www.usinadoporto.com.br/acervo/2009/JUN/06_2009.pdf

http://www.msmidia.com/lais/minicontos.asp

Chaffe, Laís

www.cidadepoema.com

www.chaffe.com.br

www.casaverde.art.br

Cuadernos del CILHA. Revista de Literatura Hispanoamericana. Dossier: Redes intelectuales en América Latina. año 12, N° 14. Mendoza, Universidad Nacional de Cuyo, Facultad de Filosofía y Letras, 2011.

Domínguez, Marta Susana. ¡Basta! Cien mujeres contra la violencia de género. Argentina (inédito).

———–. “En la línea de fuego”

http://www.pagina12.com.ar/diario/sociedad/3-202048-2012-08-28.html

Fernández Bravo, Álvaro. Contribución a la crítica de las redes culturales en América Latina: Continente vacío de Salvador Novo y las retículas relacionales en la teoría contemporánea. En su: Redes latinoamericanas. Sociabilidad de las relaciones intelectuales. Norderstedt, Editorial Académica Española, 2012. p.19-32.

Freire, Marcelino. Os cem menores contos brasileiros do século, São Paulo, Edit. Ateliê, 2004.

Giardinelli, Mempo. “25 años y un pequeño desahogo”, consultado 25/3/2013

http://www.pagina12.com.ar/diario/contratapa/13-166126-2011-04-13.html

“Hay más de un femicidio por mes en Córdoba”: consultado 20/08/2012

http://www.lavoz.com.ar/ciudadanos/hay-mas-femicidio-mes-cordoba.

Larraín, Soledad et. al. “La situación de violencia contra las mujeres en Chile. Legislación y políticas públicas”. Santiago, 2008. Portal Unesco. Disponible en:

http://portal.unesco.org/

        Consultado 29/8/2012.

Lemos de Campos, Luciene (org.). Dossiê: O microconto. Carandá Revista do curso de Letras do Campus do Pantanal, UFMS, Corumbá, MS, novembro 2011, N 4, p. 241-328.

Maíz, Claudio y Fernández Bravo, Álvaro. “Introducción. Los sistemas de religación en la literatura. Intersecciones, nodos, constelaciones”. En su: Episodios en la formación de redes culturales en América latina. Buenos Aires, Prometeo, 2009. pp. 9-47.

Maíz, Claudio. “Prólogo: de las determinaciones sociales a las red intelectual”. En: Maíz, Claudio y Fernández Bravo, Álvaro. Redes latinoamericanas. Sociabilidad de las relaciones intelectuales. Norderstedt, Editorial Académica Española, 2012. pp. 5-17.

—————-. “Las re(d)vistas latinoamericanas y las tramas culturales: redes de difusión en el romanticismo y el modernismo”. Cuadernos del CILHA. Revista de Literatura Hispanoamericana. Dossier: Redes intelectuales en América Latina. año 12, N° 14. Mendoza, Universidad Nacional de Cuyo, Facultad de Filosofía y Letras, 2011. pp.75-91.

Martinez de Souza, Fabrina y Ribeiro Rodriguez, Rauer. “Uma introducçao historiográfica ao estudo do miniconto brasileiro. Dossiê: O microconto. Carandá Revista do curso de Letras do Campus do Pantanal, UFMS, Corumbá, MS, novembro 2011, N 4, p. 253-273.

Noguerol, Francisca. Escritos disconformes. Nuevos modelos de lectura. (Actas del       II Congreso Internacional de Minificción)Ediciones Universidad de Salamanca,        Salamanca, 2004.

http://rebra.org/index.php?pg=oquerebra.php

Spalding, Marcelo. Os cem menores contos brasileiros do século e a reinvenção do miniconto na literatura brasileira contemporânea. UFRGS, Instituto de Letras, Porto Alegre, 2008.

Valenzuela, Luisa. “Monólogos I”. ¡Basta! Cien mujeres contra la violencia de género. Argentina (inédito).

Violencia contra la mujer. Ley 26.485. Ley de Protección Integral para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra las Mujeres en los ámbitos que desarrollen sus relaciones interpersonales.

http://www.notivida.org/ 

Zavala, Lauro. Cartografías del cuento y la minificción. Sevilla, Renacimiento, 2004.

 

***

 

Este trabajo fue presentado en la mesa de ponencias “Vertientes del microrrelato chileno y sus autores”, en el marco del IV Encuentro Nacional de Minificción “Sea breve, por favor”. Mayo de 2013, Santiago de Chile.