Por Rolando Rojo
Del el 21 al 25 de septiembre tuve la oportunidad de participar en el “Tercer Encuentro Nacional de Escritores de la Montaña”, en Curacautín, evento que organiza, planifica y financia el escritor César Retamal, representante de la SECH local y entusiasta gestor cultural de la zona.
Al encuentro asistieron los escritores Luis Aguilera de La Serena, Iván Quezada de Santiago, Ulises Mora de Melipilla, la escritora argentina Mavilia, los escritores de la zona Reynaldo González, Mario Esparza, Hugo Fuentes, entre otros.
Durante los cinco días que duró el evento, iniciado con un acto académico y la presencia autoridades civiles y militares, los escritores visitamos escuelas, liceos, el internado de Pailahueque (con mayoritaria presencia de alumnos de origen mapuche), la Escuela Comunidad Mapuche de “Collico”, para leer nuestros textos e intercambiar opiniones con los estudiantes.
Una de las visitas que recuerdo con mayor afecto fue a la escuelita básica de MALALCAHUELLO (Corral de Caballo) donde conversamos con una treintena de alumnos de primero a sexto básico. La Escuela está ubicada entre montañas nevadas, bosques extensos, pinares interminables y ríos claros y torrentosos. Da la impresión de estar transplantado a un paisaje de los Alpes. ¿Qué tiene de especial esta escuela? Sus alumnos, dueños de una viveza e inteligencia que sorprenden al visitante. Sus maestros, imbuidos de un espíritu formador como sólo lo tenían los profesores de antaño. El amor a la docencia y a sus alumnos, los ha llevado a formar un museo de historia natural, con recolecciones de la flora y la fauna de la zona, con intercambio de coleópteros y lepidópteros con otros países de América, con restos arqueológicos, muestras de minerales, maderas, fósiles marinos, troncos petrificados, armas, herramientas y utensilios de los primitivos habitantes del lugar. “Este era un sitio (nos informa una de las maestras) donde mapuches y pehuelches intercambiaban caballos.” En esa escuelita de la montaña, presenté mi última novela: “El Último Invierno del Abuelo”
Curacautín (Piedra de Reunión) está inserto en una geografía de dura hermosura. Allí se alzan los volcanes nevados, se despeñan ríos claros y torrentosos, la vegetación es dueña de un verde fuerte y resistente, el comercio y sus calles nos remiten a un pasado que forma parte de nuestro ADN. Cada sitio, cada paraje, cada entorno nos lleva a imaginar, irremediablemente, a los primitivos habitantes que poblaron esa zona, a los esfuerzos por sobrevivir en un clima hostil, al desarrollo de su cultura y a la centenaria defensa que hicieron del territorio y que aún no termina. El conflicto mapuche estuvo presente en toda nuestra estadía.
En ese entorno convivimos un grupo de escritores que si bien, no nos conocíamos, concluimos el encuentro más enriquecidos emocionalmente y más plenos humanamente. Intercambiamos libros, experiencias y amistades que se prolongarán en el tiempo.
Nos resta agradecer a César Retamal y a su compañera Marisol Smith. Sólo su infatigable entusiasmo logra mantener esta actividad que lleva entretención y cultura a su región. Lo veíamos llegar al Hotel Plaza (lugar de alojamiento) con la misma prisa con que salía a deshacer entuertos. Lo vimos correr, sudar, solucionar problemas, dificultades e imprevistos. Nada lo desanimaba. Creemos que son hombres de esta catadura los que perviven en la mente de la gente.
Hacemos votos para que César pueda continuar con esta hermosa labor que engrandece su región y a él.
Rolando Rojo Redolés.
El análisis no solo es preciso en cuanto a los elementos identificados, sino también bastante concreto al momento de expresar…