Por Eduard o Contreras
La Colorina, de Branny Cardoch Zedán es la cuarta novela publicada por el autor, y la primera en el género negro, en ese sentido es su debut en este tipo de literatura policial. Y ha resultado ser un muy buen debut.
La historia está ambientada en los años sesenta, en el mundo del hampa del Chile de esos años. Traficantes de drogas y regentes de prostíbulos desfilan por las calles de un Santiago muy bien descrito, el lector se ve inmerso en el entorno de la época.
Los personajes están delineados con fuerza, la impetuosa colorina, Raquel, la protagonista que deviene de rica heredera en amante de Jaime Canotier, jefe de la mafia criolla y víctima del asesinato que de origen a la venganza de la mujer. Samuel el marido impotente de la colorina. El taimado Benavides, el detective que usa las más tortuosas formas de obtener los favores de la protagonista, y una variopinta corte de los burdeles y el narcotráfico.
Varios sospechosos y, como es habitual en el género negro, un investigador que se improvisa desde la necesidad y que usa armas no convencionales en sus indagaciones. En este caso, una investigadora atípica, la colorina que desde su reinado en el prostíbulo utiliza sus curvas y sensualidad para ir obteniendo información en la alcoba. Su habitación en el segundo piso del burdel es el escenario de varios de los avances en la solución del crimen.
Un crimen con muchos potenciales sospechosos. Un final sorpresivo, y violento. Una historia que fluye sin tropiezos. En resumen todos los ingredientes de una buena novela negra, en este caso con una ambientación criolla bien trabajada, hacen de esta obra un aporte importante a la creciente narrativa chilena en el género.
Publicada por editorial Forja en diciembre del 2011, la distribución de la novela comenzó el pasado mes de marzo. La recomendamos.
El análisis no solo es preciso en cuanto a los elementos identificados, sino también bastante concreto al momento de expresar…