Por Estela Imigo
Magister en Literatura Hispanoamericana
Rubén González Lefno es conocido en la década de los 80 como cineasta y activo promotor cultural. Décadas más tarde se desempeñó como académico en diferentes casas de estudio en el sur del país.
Su producción literaria abarca principalmente la narrativa. Su leit motiv ha sido los vínculos de sus personajes y su lucha de resistencia llevada a cabo durante la dictadura militar, es por ello que las líneas que trata son la memoria histórica asociada a la violencia política ejercida durante el régimen militar, lo que es retratado en Neltume el vuelo quebrado, La montaña rebelde, Lo llamaban Comandante Pepe y El Diablo a Pata y Otras Historias, cuyos relatos constituyen la saga de la montaña. No obstante, en sus últimas producciones: El diablo a pata y otras historias y –especialmente el texto hoy analizado- Actos furtivos, da un giro en lo que ha sido parte de los tópicos tratados en sus obras, pues podemos encontrar en parte un espacio urbano donde predomina la figura de la región versus la metrópoli. De ahí el anclaje local regional de la literatura de Rubén González Lefno que es visible también en sus obras anteriores.
Actos furtivos (2021) -publicado por Eutopía Ediciones- está compuesto de dos partes: la primera titulada “desfiguraciones”, la segunda “divertimento”. En el primer apartado encontramos relatos donde predominan desenlaces trágicos e historias que son detonadas mediante acciones circunstanciales que tienen como paisaje edificios, calles, casas y recovecos de una ciudad que no es una gran urbe, sino más bien un espacio periférico. Del mismo modo, el segundo apartado denominado “divertimento” sitúa los relatos en la ciudad y sus barrios, pero variando el tono para pasar a la tragicomedia.
A través de los siete relatos que reúne esta obra, se da cuenta cómo se vivencia la modernidad y sus males encarnados en personajes que se enfrentan a sus valencias negativas y pasiones ocultas, es así como se generan acciones catapultadas por el deseo y bajos instintos que, poco a poco, van transformando a los personajes en asesinos como, sucede con un periodista de crónica roja que mata al amante de su esposa, o en prófugos de su pasado, como sucede con una mujer que cambia su identidad para no ser vinculada a su padre torturador; es así como el momento de anagnórisis o reconocimiento dentro de los relatos se produce cuando los personajes descubren su propia oscuridad.
Actos furtivos denota todo aquello que inunda nuestra vida contemporánea y el tránsito de los personajes desde el hastío al acto clandestino que se configura como el punto de giro que los aparta del mundo cotidiano para precipitarlos por senderos que los extraen de la rutina, pero que resultan conducirlos a destinos poco auspiciosos. Es así que hallamos el encuentro de una mujer de 50 años con una vida resuelta que, a raíz de una relación no correspondida con un joven pensionista con el que desata su pasión, pierde todo hasta finalmente desaparecer.
El erotismo y los bajos instintos están vinculados a la satisfacción de los impulsos prohibidos que finalmente se develan de forma imprevista, trágica o jocosa, estos dejan al descubierto una vida que no es más que una fachada, pues en el fondo encontramos a familias disfuncionales y personajes que no son capaces de contener en el ámbito privado sus frustraciones, infidelidades o desequilibrio psíquico, lo que termina por provocar un quiebre en sus vidas. Esto puede ser ejemplificado a través del relato “Tirón de oreja” donde un hombre desempleado es ridiculizado por todo su barrio al salir con una bacinica atrapada en su cabeza después de tener una pelea con su esposa. Asimismo, vemos como las pasiones desenfrenadas conllevan al deterioro mental de los personajes que centran su vida a la espera de actos furtivos que los extraigan de una cotidianidad agobiante, en estos casos, los protagonistas se vuelven seres pasivos y sin voluntad que sucumben ante sus deseos como sucede en el relato “El elevador”, que exhibe la debacle de dos oficinistas que se abstraen de su vida obsesionados con los encuentros y escenas eróticas que protagonizan dentro de un ascensor, es así como finalmente ambos personajes, debido a la imposibilidad de seguir concretando estas reuniones, caen en la enajenación.
En la mayoría de los relatos encontramos a antihéroes que son exhibidos desde sus imperfecciones, imperfecciones que devienen de males que aquejan a la sociedad contemporánea asociadas al individualismo y la soledad, estos se ven acrecentados con el distanciamiento social que deviene de vínculos insanos y, en otras ocasiones, de la peste. Es así como podemos ver que las sombras se adueñan de ellos para hacerlos vivenciar una transformación negativa que los llevará finalmente a la disolución, de aquí el nombre del primer apartado del libro denominado “desfiguraciones”, donde los cinco cuentos que componen esta sección, sin excepción alguna, tienen un desenlace que conduce a los personajes al desvanecimiento, ya sea por su muerte, cambio de identidad u otros.
La constante dentro de estos relatos es encontrar a personajes solitarios que deben aislarse y abandonar su espacio de confort, ya sea por circunstancias particulares a sus historias o debido a situaciones forzosas como el distanciamiento social, es así que la tragedia generalmente está dada en el anhelar un encuentro con un otro que resulta prohibido debido a motivos morales asociados a relaciones prohibidas o indeseadas. Asimismo, encontramos a personajes que deciden aislarse voluntariamente debido al miedo, es decir, como contraste dentro de la obra encontramos el confinamiento y el temor al contacto social propiciado por la pandemia en relatos como la “Encerrona” y “Distancia sanitaria: la batalla final”. En “La encerrona” se narra el periplo de un personaje desde la vida a la muerte, todo parte como un sueño y espacios que se transforman de modo surrealista y que unen lugares inconexos espacialmente, por ello podemos ver a su protagonista vagar desde un sitio similar a la costanera de Valdivia para luego aparecer en La Bombonera y San Telmo, hasta llegar a su destino final: una urna funeraria sellada debido a una enfermedad contagiosa que lo lleva al deceso. En contrapartida, desde un tono tragicómico encontramos el cuento “Distancia sanitaria: la batalla final” que relata los avatares que debe sortear un hombre para evitar establecer contacto estrecho con otros en diversos espacios públicos.
En síntesis, dentro de estos relatos podemos observar a una sociedad que ha cambiado los modos de relacionarse, pues el individualismo y aislamiento ya no hacen posible una vida en comunidad en las urbes modernas debido a la soledad, relaciones insanas y el miedo a un otro. Es así como los vínculos familiares y filiales rotos, se transforman en metonimia de la sociedad y de la pauperización de las relaciones comunitarias ya casi inexistentes.-
El análisis no solo es preciso en cuanto a los elementos identificados, sino también bastante concreto al momento de expresar…