Letras de Chile

El viernes 26 de marzo fue invitada Letras de Chile para asistir a un Consejo Ampliado del Consejo Nacional del Libro y la Lectura, con el objeto de entregar sus opiniones acerca los principales problemas, necesidades y desafíos del ecosistema del libro y cómo esos temas pueden ser incorporados en la nueva constitución. Participó el presidente de Letras de Chile, Diego Muñoz Valenzuela, quien entregó las opiniones contenidas en el documento que sigue.

Agradezco esta invitación a este Consejo Ampliado, porque busca una mayor participación, que requiere darse los tiempos necesarios para escucharse, conversar y generar nuevas ideas y convicciones.

Confinados dentro de los límites de un sistema neoliberal que se ha basado por más 30 años en un modelo extractivista que concibe la generación de la riqueza como exportación de materias primas con un mínimo de elaboración y valor agregado, nos hemos ido quedando inmovilizados en el camino del desarrollo económico y social. Esto se evidencia en la mantención casi estática de las tasas de PIB per cápita. En la medida que no salgamos de esta lógica agregando valor a nuestra producción, mediante un alto nivel de creatividad que resulte de una educación pública de calidad, continuaremos marcando el paso. La Nueva Constitución debe abrir cauce a este proceso de cambio, donde la Cultura, las Artes y la Creatividad deben jugar un rol de primer orden.

Todo ser humano tiene derecho a expresarse y a crear libremente. No se puede pretender que la creatividad –y por tanto la Cultura y las Artes- estén reservadas sólo a los “genios artísticos” o los trabajadores de las Artes, sino al conjunto de quienes componen la sociedad. Es decir, la creatividad debe ser un derecho constitucional. Toda persona tiene derecho a expresarse y crear libremente. La plenitud humana y la felicidad están ligadas al cultivo de las artes y la cultura.

Necesitamos construir un Estado Cultural. La cultura como un bien común y vital debe asentarse en el Estado y el cuerpo social completo, cruzando transversalmente todas sus esferas con amplia participación. Esto implica que la cultura deje de constituir un adorno o un lujo para convertirse en un conjunto de actividades cotidianas de toda la ciudadanía. Y contar con un financiamiento acorde con su calidad de estructura fundacional identitaria del país, esto es, al menos, un 2% del PIB.

Las Artes y la Cultura deben ser consideradas parte integral del estado de bienestar que debemos erigir, y constituir un derecho en el acceso, en la libertad artística y en la creatividad. No pueden someterse a un régimen subsidiario, dominado por la competencia y el mercado, centrado en concursos de proyectos que no permiten una continuidad en el desarrollo del trabajo cultural y artístico, y un enfoque que ha devenido en prácticas burocráticas que la alejan diametralmente de los resultados que debieran alcanzar.

La cultura no puede reducirse al canon de la mera industria de la entretención, donde priman la competencia y los intereses de mercado. El estado debe jugar un rol de primer orden y asegurar que los medios de comunicación, en especial canales de televisión y radios, tengan programación cultural que asegure diversidad y la existencia de medios dedicados exclusivamente a esta tarea.

En lo que se refiere específicamente al libro y la lectura, debiera consagrarse al libro como un bien esencial, junto con la protección de los derechos autorales. Otorgar una especial calidad de apoyo al libro chileno para garantizar su desarrollo y difusión. Promover la creación de nuevas bibliotecas en todas las comunas del país, bien surtidas y con mediadores de excelencia. Apoyar el trabajo en los distintos niveles educacionales mediante una coordinación efectiva con el sector cultural y artístico. Promover transversalmente la lectura en escuelas, colegios, universidades, juntas de vecinos, empresas y organizaciones sociales, gremiales, sindicales.

Finalmente, vemos como necesario promover una nueva Ley del Libro y la Lectura que aborde las nuevas problemáticas del sector.

Diego Muñoz Valenzuela
Presidente Letras de Chile

Propuestas de inclusión en el texto de la nueva constitución.

  • El libro debe ser consagrado como bien esencial.
  • Consagrar la protección de los derechos autorales.
  • La creatividad de la ciudadanía debe ser un derecho constitucional.
  • Debemos tener un estado cultural, con la cultura y las artes al centro, con presupuesto adecuado a su calidad de estructura fundacional identitaria del país.