Por Ximena Bizama O”Kinghtons

Esta colección de cuentos y relatos breves nos hacen transitar desde la cotidianeidad aparente hasta planos tan sutiles que sólo es posible alcanzarlos como el personaje del cuento inicial Rubia Obsesión lo hacía con una sonrisa infantil: en el aire, como quién atrapa un sueño.

En mi opinión, este libro tiene la virtud de abarcar distintos tópicos relacionados con la biografía  y el quehacer de su autor, manteniendo, sin embargo, un hilo conductor común, una interrogante permanente: ¿qué es lo real y que es lo aparente?  Y, yendo más profundo, si escarbamos en sus personajes femeninos y masculinos, en una primera lectura pudieran parecer predestinados a una suerte de perpetuo enclaustramiento humano, victimas de su propia naturaleza, ambiciones y su limitada conciencia.  Sin embargo, desde otra perspectiva más reflexiva y reposada, en el dolor más extremo, está la fuente de la purificación, inicio del camino que conduce a la verdadera libertad.: El sacristán, Adiós Liliputiense, En las sombras el puñal, por nombrar los relatos en los cuales el aspecto que señalo me parece relevante.

 Es preciso morir muchas veces para nacer a la luz que espera por cada uno de los seres que habitan las cárceles y encierros reales o aparentes que Juan Mihovilovich  describe con conocimiento de causa en estos cuentos, que tienen aires de crónicas policiales y que por lo mismo, esta estructura les concede el don de atrapar al lector en su trama de intrigas y pasiones desatadas con finales inesperados…a los que siempre se vuelve…siempre… porque los culpables o víctimas de tanto dolor podemos ser nosotros mismos si tenemos la valentía de leer lo que la letra calla.  Mérito del autor, y parte de lo que considero notable en la evolución de su obra, es el silencio que subyace a las palabras como una escritura en dos planos.  En estos cuentos cantan las letras una melodía venida de muchas partes y que por ser universal se hace amigable para cualquier tipo de lector, quién extraería de ella lo que su percepción y vivencias personales le permitan…pero siempre existirá algo para quien abra este libro en cualquiera de sus páginas: en cada historia gravita la vida, o parte de la vida, que vivimos todos independientemente de credos, razas, doctrinas o clases sociales: allí estamos, desnudos ante la historia, como protagonistas o como espectadores activos.  Otro aspecto destacable de la obra y de su autor: transformar al lector en personaje, más allá de la mera identificación pasiva.

Quien haya tenido animales amados, comprenderá de lo que hablo al momento de leer los relatos escritos con esa pluma que algún pájaro, tal vez un colibrí herido, dejo caer en el centro del alma del autor: Rocky, el perro con los ojos húmedos  como si en su mirada recogiera las lágrimas ajenas; Galleta, gata de blanquinegra sabiduría, hermanada en el corazón del universo, cuya presencia no se acaba con su cuerpo transitorio; Especie enextinción, o cual es límite para el amor ente los seres vivientes.  Espantapájaros, o como los pájaros espantan al hombre.  Por otra parte, sus relatos breves, casi reflexiones, La evolución de las especies, Palomas, Felinosdejan temblando nuestra humana y ficticia superioridad en un espejo sostenido apenas en el punto final del párrafo.  Atraviesan al lector como una ráfaga que algo desgarra.

Pasando a otra área temática, imposible para quienes son empleados de un servicio público o tienen que competir por un cargo en sector privado, no sumergirse en el mundo de Conducto Regular, Cuestión Curricular o Sentido del Rigor, relatos en que su autor da cuenta de una aguda observación de su entorno, más una loable capacidad descriptiva unida a una fina ironía en el discurso.

Mención aparte, para el cuento que lleva el título de la obra, Restos Mortales, ambientado en un cementerio y que más que una narración, toca el alma como un poema a la vida envuelto en el halo tenue de una muerte que no asusta, sino que pacifica.

Por último, la pregunta que planteaba al inicio  ¿Qué es lo real y qué es lo aparente?, se transforma en eje de los cuentos Muerte y Locura, Sicigia, Hombre Regando, Alienígena, Parque de Diversiones.  En todos ellos vibra lo que creemos conocido y lo por conocer, el pasado y el futuro en la conjunción de un instante terrestre, que puede llamarse vida, la superposición de mundos paralelos apenas intuidos como posibles. ¿Qué es lo mortal y qué lo inmortal?

¿Será que de la humanidad y el mundo que ilusoriamente conocemos, sólo somos sus restos y que debemos apresurarnos a sembrar nuestro último jardín porque estamos llamados a ser inmortales?

Hay que agradecer, finalmente, a Juan Mihovilovich,  por vocación y talento concedido, su regreso al mundo literario después de años de ausencia.  Y lo hace con una obra de meritoria calidad técnica., pero que además es en sí misma una contribución, pues deja en el ambiente una nueva forma de concebir la existencia: más que entregarnos respuestas, nos plantea preguntas, y una buena pregunta, ya se sabe, es mejor que muchas malas respuestas.

RESTOS MORTALES

 Autor: Juan Mihovilovich H.

Cuentos: 111 págs.  Editorial: LOM-2004