Al pie de la letra

Descubrió que las palabras no podían tomarse al pie de la letra, pero ya no hubo remedio. De nada le sirvió saber que así no se ahogaban las penas cuando la sacaron rígida, fría, con barro en la boca y en los ojos, del fondo del aljibe.

Cuento de miedo

 El mejor cuento de miedo, el que me quita el sueño si lo recuerdo de noche, lo leí en el interior de la tapa de un ataúd.

El protagonista anónimo había escrito el texto con su sangre. Sólo decía: “Estaba vivo”.

Razón de peso

Si después de una hora de ardua conversación acabé creyendo en la reencarnación, no fue por la contundencia de sus argumentos, sino porque aquella cucaracha me hablaba con la voz de mi tía Enriqueta…

La montaña

La montaña se alzaba ante sus ojos perfecta en sus líneas, de una blancura azulada surgía en medio de la llanura igualmente nívea. De pronto, con un ligero temblor silencioso la montaña se convirtió en un amasijo de seda, cuando ella sacó los pies de debajo de la sábana y abandonó el lecho…

Penélope

Los aullidos la sacaron del sueño. Temblando se tapó la cabeza con las sábanas. Oyó pasos, las luces iluminaron la galería y la habitación donde su padre luchaba con la pesadilla que lo llevaba, otra vez, a la tapia del cementerio junto a los demás presos, mientras sus carceleros reían, jugando a diezmarlos…

Con sus gritos de angustia el padre destruía cada noche el muro de protección que durante el día alzaba con palabras alrededor de su hija.

Pepito

Pepito caminaba como un pato con los pies hacia fuera, imprimiendo un ligero movimiento de vaivén a todo su cuerpo. Cuando algo le llamaba la atención su cabeza se movía, nerviosa, de un lado a otro como la de un gorrioncillo que buscara comida. Solía pararse con las manos a la espalda, golpeando rítmicamente la palma de una contra el dorso de la otra, como si sacudiera las plumas de una inexistente cola. Al reírse levantaba la cara hacia el cielo, igual que las gallinas cuando beben agua.

 A sus hermanas no les extrañó que en vísperas de un invierno que resultó anormalmente crudo, Pepito extendiera las alas y se alejara, volando hacia el Sur.

Electra

La mujer flaca, encorvada, vestida de oscuro entra en la tienda. Lleva en los brazos una niña pequeña.
La niña, como su madre, tiene muchos ojos, mucho pelo y poca carne.

La mujer suspira muy fuerte para que el dueño de la tienda, gordo, con un ojo torcido y la dependienta, rubia y menuda, con cara afilada de rata, la miren. A la niña se le antojan monstruosos.
Otra vez los dos extraños preguntan y de nuevo su madre, a la que se aferra sentada sobre el frío mármol del mostrador, entona la letanía de la borrachera y los maltratos. Muestra la carne amoratada por los golpes y la niña se siente culpable porque se siente protagonista de una historia en la que es víctima y verdugo de su padre.

Quiere hablar con palabras que aun no conoce. Quiere, no sabe cómo, decir que no quiere. Y, entonces, desde muy adentro surge la certeza de que es capaz de entender y perdonar a su padre, que llora sobre su cuerpecillo frágil y medroso, pero que no la expone a la compasión morbosa e hipócrita tras la que, oscuramente sabe, se oculta la cuenta a crédito. Sabe que es ella la coartada de aquella cuenta sin pagar que crece día a día, a golpe de suspiro, a golpe de golpe exhibido.
Por eso, por todo eso quiere defender a su padre, aunque no ha aprendido aun las palabras necesarias para defenderlo.

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Microcuentos tomados de Máquina de coser palabras, blog de Juan Yanes.

 Lola Suárez nació en 1956 en Lanzarote, Islas Canarias. Estudió Magisterio y Pedagogía en Tenerife, trabajando más tarde como maestra en diversos colegios. Implicada en movimientos de renovación pedagógica, se embarcó, junto a otros maestros, en la publicación de una revista de literatura infantil llamada “Marañuela”. Después de esta experiencia, realiza numerosas actividades relacionadas con la animación a la lectura, y es a partir de ese momento cuando despiertan en ella las ganas de escribir.

Ha publicado: Cleta y Domitila, 1996; Piojos y tarea, 2000; Hoy no me quiero levantar, 2001; Maresía, 2002; Historias de fantasmas, 2004; El secreto de la foto, 2006.