Tenemos el agrado de anunciar a los ganadores del I Concurso de Microcuentos “Sea breve, por favor”.
El primer lugar lo obtuvo Rodrigo Castro Rodríguez, alumno del colegio El Carmen Teresiano de La Reina, Santiago. El jurado fue integrado por Diego Muñoz Valenzuela, Alejandra Basualto, José Luis Fernández y Lilian Elphick. Agradecemos a todos los participantes el envío de sus textos y los instamos a que sigan escribiendo.
Primer lugar:
Posibilidades e Ilusorio, de Rodrigo Castro Rodríguez.
Segundo lugar:
El precio, de Alexis Baros.
Tercer Lugar:
Arco, de Ricardo Miranda.
Menciones:
Alerta, músico, de Pablo Mihovilovich.
Callen a ese tipo, de Francisco Henríquez Morales.
Tan unidos como opuestos, de Macarena Leiva.
POSIBILIDADES
Mientras la profesora está en la sala, explicando y hablando cosas, que realmente nadie entiende, yo escribo.
Mientras algunos duermen, sin importarles lo que la profesora está hablando, yo escribo.
Mientras algunos se arrojan entre sí bolas de papel arrugadas, yo escribo.
Mientras gente se asesina, gente asalta y gente viola a otras, yo escribo.
No sé que haré cuando deje de escribir, lo más probable es que escuche a la profesora, o tire bolas de papel, o duerma.
ILUSORIO
Hoy me he dado cuenta de que no se puede hablar acerca de la libertad, porque me he dado cuenta que uno, todas las acciones que se supone hará en libertad, las hará en un futuro, y este futuro es ilusorio.
Digo esto porque yo no sé si me atropellarán en la esquina, o si me diagnosticarán cáncer mañana, o me disparará el tipo que esta junto a mí con una pistola, amenazándome para que escriba esto.
Rodrigo Castro Rodríguez.
17 años.
Santiago.
Colegio el Carmen Teresiano de la Reina.
EL PRECIO
Comenzó por quitarse la ropa, despacio, insegura, intentando demostrar que lo estaba haciendo bien. La otra muchacha la esperaba sentada en la cama y al verla se la acercó, cariñosa y le besó una mano, ella dejándose llevar por el juego de seducción permitió que le sacara la última prenda que cubría su cuerpo. Quedó completamente desnuda, frágil, y expuesta a las miradas lujuriosas de quien otra vez estaba sentada en la cama. Se vieron a los ojos y luego contemplaron sus cuerpos libres de mujeres adolescentes. “Sin besos, por favor”, le dijo ella, a quien se le acercaba rápida y deseosamente; por lo menos quería conservar la pureza de sus labios. Las caricias no se hicieron esperar más, las manos suaves y delicadas, de quien antes había intentado besarla, bajaban lentas sobre sus senos, recorrían sus piernas y exploraban su esencia de mujer. Muy pronto cayeron en la cama y sensaciones nunca antes experimentadas comenzaron a aflorar: gemidos, movimientos, placer y deseo… De un momento a otro, el mar de ardiente y desenfrenada lujuria se calmó, los gemidos, movimientos, placer y deseo quedaron abatidos, como ellas sobre las sábanas. No se dio ni cuenta, cuando de un momento a otro quedó sola, se levantó y se vio en el espejo que colgaba de la pared, se observó tal cual era y sintió asco, vergüenza y rabia. El momento que tanto había esperado no había sido como su mente, enferma de pensamientos, lo había imaginado. Pero ya no había nada que hacer y entregar su cuerpo nunca antes tocado por una mano ajena y de desconocida, fue el precio que tuvo que pagar para darse cuenta que no era lesbiana.
Nombre: Alexis Fernando Baros López.
Edad : 16 años.
Ciudad: Santiago.
Colegio: Liceo Nacional de Maipú.
ARCO
Tensas la cuerda; la oscuridad y el silencio imperturbable. Sueltas los dedos y escuchas el silbido de la flecha, que va viajando directo al vacío; pasando por cada recuerdo, idea, filosofía, teología, teoría; bailando va por todo el universo de tu intelecto, llega certera y asesina a tu mente. Caes al piso, sonríes.
Nombre: Ricardo Miranda
Edad: 17 años.
Ciudad: Santiago.
Colegio La Girouette.
¡ALERTA, MÚSICO!
Ese músico ya no me intriga, cada madrugada, cada anochecer deja sonar con tono de soberbia, su único instrumento. Cada ciudadano escucha y acelera el paso, los demás artistas parecen sordo mudos. Prefieren no saber dónde se encuentra.
Ese músico jamás ha recibido una moneda, porque dicen…que está atrapado en un vagón del metro y deambula de estación en estación. Nadie lo ve, pero esta ahí, tocando su único instrumento, un reloj despertador.
Nombre: Pablo Mihovilovich.
Edad: 16 años.
Ciudad: Linares.
Liceo Valentin Letelier Linares.
CALLEN A ESE TIPO
¡¡¡Callen a ese tipo!!! -Les gritaba Aristóteles a los demás, al ver que ya eran las 6 de la mañana y Platón no dejaba de hablar sin dejar dormir a los presentes que sufrían una caña dionisiaca después de la última tertulia.
Nombre: Francisco Javier Henríquez Morales.
Edad: 20 años.
Ciudad: Temuco.
Colegio/Universidad: Universidad de la Frontera.
TAN UNIDOS COMO OPUESTOS
Los vientos del oeste, nacidos quizás desde cuando, destinados a un paradero que desconozco, han seguidos mis huellas durante este viaje para finalmente hallarme en este breve encuentro. Alcanzo comprender en los susurros de sus silbidos palabras que terminan por convertirse en una historia más de las que llevo en mi memoria.
No muy lejos de aquí, cuenta un viejo relato que existieron dos hermanos, el mayor se reconocía por llevar gran parte del tiempo un semblante un tanto melancólico, y el menor por llevar una actitud más despreocupada, sin embargo, esto no impedía que fuesen un verdadero reflejo de fraternidad y amistad, tan unidos como el cielo a las estrellas. La tragedia aconteció una fría noche, el hermano menor había sido encontrado muerto en extrañas condiciones y yacía boca arriba sobre el patio de la casa con una grave herida en su cabeza, desconcertado, el hermano mayor cayó en una profunda mezcla de tristeza y soledad mientras que sus cercanos le aconsejaban olvidar antes de perder la cordura. Decidió cambiar todo lo que le recordara a su hermano, entre ellas mudarse a un lugar lejano e intentar olvidar, cosa que nunca logró. Desde entonces, durantes frías y nubladas noches, muchos aseguran ver el espíritu del hermano menor deambular por los lugares en los que acostumbrara ir con su querido hermano, habría perdido la memoria, y buscaba lo que amaba, algo que le llevara a su identidad o descanso, pero nunca lo encontró. Uno quiere olvidar y el otro recordar, en memoria a ellos los lugareños llamaron al mayor Recuerdo, y al menor Olvido.
Nombre: Macarena Irene Leiva Bozo
17 años.
Ciudad: Santiago.
Liceo Mater Purísima.
Maipú.
Cualquier parecido con la realidad sólo coincidencia.