Ménage à trois

Antes de apagar la luz del cuarto, la mujer susurra al oído del señor Jekyll:

– Por favor, cariño, esta noche invita a Hyde.

El dragón ausente

Escondida entre los multicolores montes Apeninos, se encuentra la morada de un dragón bravío. Se discute, entre los especialistas, la razón por la cual, desde hace siglos, el animal fabuloso no accede a ser visto. Algunos afirman que se esconde por vergüenza, desde que perdió la capacidad de producir fuego. Otros, con mayor rigor histórico, aseguran que el dragón se condenó al ostracismo por remordimiento. Sólo así se explica que su desaparición haya sido concurrente con aquel famoso incendio de Roma.

Lluvias

Afuera llueve torrencialmente. El golpeteo del agua contra el tejado me recuerda a ella, aferrándose a mi pecho, cuando oía los truenos. Busco refugiarme entre las sábanas, al notar que empieza a lloviznar también adentro.

 Perdidos en la nieve

 Después de varias horas, nos detuvimos para almorzar. De acuerdo a lo pactado, invertimos los roles que habíamos ocupado durante la cena. Esta vez, yo fui el encargado de preparar la comida, y ella de donar su carne.

 Adoración

 El mar adora a los soñadores. Por eso, engulle con olas descomunales a aquellos que gustan pasar largo tiempo sentados en el muelle, imaginando un futuro casi perfecto que nunca llegará. Cree que así roba sus sueños, para poder disfrutarlos él mismo en las solitarias noches frías del invierno.

También le gustan los pescadores, pero a ellos los devora por simple venganza.

 Devolución de gentilezas

Apenas la noche se vuelve silenciosa, el niño entra a la ratonera, sigilosamente, para cambiar el pequeño diente del ratón dormido, por un pedacito de queso gruyere.

Estilo original

Un enorme huevo de pez fue arrastrado por la brava marea hasta una playa solitaria. Al sentir el calor del sol veraniego acariciando el cascarón, el pez supo que era el momento de nacer. Asomó su cabeza tímidamente y observó a una cangreja alegre que lo miraba con los ojos desorbitados.

 – ¿Mamá? – preguntó el pececito.

 – ¡Comida! – pensó la cangreja.

Sin embargo, al ver la mirada tierna y transparente del recién nacido, el crustáceo logró vencer su instinto y adoptarlo como si fuera un hijo de su propio vientre. Lo condujo a los empujones hasta las aguas de la costa y le enseño su nuevo hogar. Allí, el pez se sintió espléndido, como debe sentirse un pez en el agua. Y fue así que, gracias a la influencia de su madre de leche, el pequeño pez aprendió a nadar con  un original movimiento hacia atrás, inventando un nuevo estilo que los demás peces adoran imitar.

 

 Adorable hábito

Todos los jueves, cuando cae la tarde, la muchacha cruza el bosque, portando una canastita. El final siempre es el mismo: el salvaje lobo la espera, para devorarla de un bocado, en la alejada casita. La madre intranquila se pregunta por qué su hija cumple con tanto rigor la llamativa rutina, si hace más de quince años que se murió la abuelita.

 El acompañante

Mi compañero de cuarto tiene hábitos extraños. Con las primeras luces de la mañana, se levanta gruñendo a cerrar las persianas. Adora la oscuridad y el silencio de las noches, para sentarse a observar, emocionado, las estrellas fugaces. Prefiere esconderse en el armario cuando recibo visitas (no sé si lo hace por cortesía, por retraimiento o porque teme que el invitado sea alguno de esos sujetos que, según me cuenta, lo buscan para atraparlo). Conozco el riesgo, pero protejo su secreto de manera cómplice. Desde aquella noche tormentosa en que se instaló en mi casa, se convirtió en mi mejor compañía, en un compinche fuera de serie. Lo atiendo y lo alimento como a un bebé indefenso, y por las tardes le preparo un baño de inmersión, para que juegue, por un largo rato, con la esponja jabonosa entre sus tentáculos.

Las mil y una bodas

 Mientras el centro comercial permanece abierto, un vestido blanco se exhibe inmóvil en el escaparate. Cada noche, apenas el sereno abandona la sala, comienza la fantástica escena de la boda, en la que la novia imaginaria contrae matrimonio con un muñeco elegante de la sección de hombres. Todo el mobiliario los observa, mientras bailan un mágico vals vienés entre los percheros. La fiesta continúa alegremente hasta el alba, en que vuelven la quietud, el desamor, la indiferencia. Antes que se enciendan las luces del salón, los recién casados acuerdan su divorcio, sólo por las dudas. Saben que así sufrirán menos por la ausencia, en caso que uno de ellos tuviera la desgracia de partir.

Le Cirque Rouge

La caravana del circo arribó al pueblo aburrido, anunciando un espectáculo diferente. Entre el show de malabaristas y las bromas del viejo payaso, se presentaba, en el círculo de arena, un auténtico vampiro. Su acto consistía en fascinar a un enano, para luego beber la sangre de su cuello, frente a la mirada magnetizada de los pueblerinos. La rutina era escalofriante, pero muy original. El éxito del show fue tan contundente, que el circo debió extender su estadía en aquel sitio por toda la temporada. Pero, por desgracia, el stock de enanos se acabó rápidamente, y en las funciones siguientes, el pálido artista debió someter a su rutina a cada uno de sus compañeros del circo, incluido el dueño y los miembros de la orquesta. Ya sin música ni presentador, el exitoso vampiro anuncia el espectáculo de esta noche con una novedad. Por primera vez, solicitará la colaboración gentil y desinteresada de alguien del público.

Monstruosos

I

Por motivos obvios, el conde Drácula ordenó tapar todos los espejos del castillo. Desde entonces, el joven Frankestein deambula por la guarida de los monstruos con tranquilidad.

II

“Debo aceptar que soy diferente”, piensa el Hombre Lobo, mientras aúlla, mirando el Sol, al mediodía.

III

– Entonces, ¿qué cara prefiere? – preguntó el cirujano plástico.

– La de Brad Pitt – respondió Frankestein.

IV

Ocasionalmente, la Momia se quita el arcaico vendaje y practica el nudismo. Es así como surgió el hombre invisible.

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Martín Gardella (La Plata, 1973) Vive en Buenos Aires desde 1984. Es abogado, escritor y profesor universitario. Fue editor y co-fundador de la revista “Pensamiento Jurídico”. Recibió menciones y premios en varios concursos nacionales e internacionales. Sus microrrelatos han sido incluidos en antologías y revistas dedicadas al género publicadas en España, México, Argentina e Internet. En 2009, participó en carácter de escritor expositor en las III Jornadas Nacionales de Minificción, en la ciudad de Rosario, Argentina. Es el creador de los blogs “El Living sin Tiempo”, su bitácora de cuentos breves y brevísimos, y “Timeless Fiction”, que incluye algunos textos en inglés.

 Martín Gardella