Por José O. Paredes (*)
El arte es el pan, la leche, la sabiduría que nos hace más humanos… ¿por qué negarle la existencia?
Al leer las declaraciones de la ex directora de la DIBAM uno queda en estado de aftershock, y se pregunta: ¿Qué tiene que ver este ‘terremoto’?; ¿a razón de qué, esta salida de madre –o para ponernos a tono con los tiempos que corren en el país–, salida de mar? ¿Por qué el pan de la cultura tiene que pagar los platos rotos para enfrentar tanta desgracia? No es la lectura, la poesía, la pintura, el teatro, el cine, la danza, la fotografía, la artesanía lo que nos alimenta, salva nuestra alma cuando nos enfrentamos a una desgracia de proporciones apocalípticas, como la que ahora vivimos? El arte es el pan, la leche, la sabiduría que nos hace más humanos… ¿por qué negarle la existencia? Porque eso es lo que hay detrás de la arrogancia de la persona que dijo esa barbaridad. ¿Volvemos al tiempo de los bárbaros, entonces? No olvidemos que el arte, en todas sus manifestaciones, es también una necesidad básica, por eso era una de las Cuarenta medidas del presidente Allende. Si estaba allí, es porque el doctor sabía cuán importante es ese alimento para la nutrición del alma y por ende del cuerpo de la sociedad.
Sin ir más lejos, podemos ir a la sabiduría de un niño de ocho años, sobreviviente del terremoto; y reconfortarnos con las palabras sabias de este chileno con los pantalones bien puestos; más bien el alma, en la que veo la mía, la de todos. Este niño no echa de menos unas calugas, sino la lectura que le daban en su escuela, pobre, y ahora reducida a la nada, quién, al decirle al periodista que los almuerzos eran malos, al paso de pocos segundos recapacita, porque se da cuenta del alcance de sus palabras, y se retracta, con sabiduría y reconocimiento, que no era tan cierto su ‘exabrupto’. La comida no era mala; sucede que no tenía sal. Y explica por qué no tenía sal. Según lo que le han enseñado sus profesores, la comida sin sal los hace más inteligentes. Y él sí que es inteligente: razona, expone, clarifica, usa el arte de la palabra equilibradamente.
Y qué vemos en la ex directora que hará décadas salió del nido de los ocho años? No un exabrupto, varios, y con réplicas del mismo calibre. No toma conciencia de sus dichos, sino que con una tozudez rayana en el delirio confirma su posición, a sabiendas que ha herido a los que dan Alma a nuestra Patria, desde siempre, en las buenas y en las malas. Qué se trae entre manos?, sólo ella lo sabe. Lo que está claro es que le ha dado pienso a los que de nuevo están en el poder en Chile; los que no tuvieron empacho en darle alero ideológico y efectivo a la dictadura de Pinochet, y a sus nefastas consecuencias. Los nuevos inquilinos de La Moneda gobernaron por casi 17 años, haciendo vista gorda con las atrocidades que pasaban en el país; con el saqueo cultural, educacional y emocional; con el saqueo de los bienes que pertenecían a todos.
Somos tantos los que sufrimos ese terremoto permanente, y sus réplicas… ¡Y no olvidamos!
Hay que ir donde está el dinero de Chile, y no ponerse a atacar a los que producen un ‘dinero’ que no se ve, pero que sí existe y ha sido entregado a manos llenas al país. No se visten moros y cristianos con nuestros premios Nobel de Literatura, con Huidobro, Claudio Arrau, Violeta Parra, Roberto Matta, Víctor Jara, Isabel Allende, el mismo Bolaño, y tantos como ellos, que han dado o dieron lo mejor de su arte a la nación? Está claro que el estado no tuvo parte en el desarrollo artístico e intelectual de ellos, pero sí que lucramos con la trascendencia de esos grandes próceres chilenos. Lo que sí está claro es que el Arte ha pagado con creces su royalty al país. Entonces, cuál es el punto de quitar el 70% de los fondos de cultura creado en los años de gobierno de la Concertación?
Si tú, ‘desocupado lector’ no lo sabes, lo dijo la misma ex directora, que además es socialista. Esa es la gran paradoja de sus dichos; qué deseo oculto habrá tras sus palabras? Será que los socialistas perdieron el seso, la brújula y andan dando palos de ciego, después de la derrota electoral a la que contribuyeron con creces por ser tan principistas, y en buen chileno, tener una bolsa de gatos en sus filas? No será sólo darle más afrecho a los que no están ni ahí con la Cultura del país, pero sí con la cultura chatarra, la de la farándula permanente, que ha conducido a la pauperización cultural, educacional y social del país.
Los nazis, cuando llegaron al poder, lo primero que hicieron fue levantar monumentos para glorificar sus días de gloria y muerte. Los judíos hacinados en los guetos y después, cuando fueron llevados al matadero de los campos de concentración, sobrevivieron unos días, en espíritu y fe, por medio del Arte; ya sea escribiendo, dibujando, haciendo teatro, música; Ana Frank nos legó su Diario, el que escribió mientras estuvo escondida por casi dos años de la persecución nazi: tenía apenas trece años cuando lo empezó a escribir; su libro es un monumento al espíritu humano frente al horror . Y los prisioneros nuestros, los de la dictadura, también sobrevivieron por medio del Arte, de la palabra, de la representación, de la artesanía, la música para paliar los días terribles que vivían en las cárceles y los campos de concentración, de tortura y de exterminio que hubo no hace tantos años en nuestro país. Y los que no estuvimos en cárceles específicas, sí en el gran campo que era el país, usamos muy bien el Arte en todos sus sentidos, y tan bien todas las formas de lucha para ganarle la mano a la dictadura. Nos costó sangre, sudor y lágrimas, pero al final salimos vivos, aunque no enteros, de esa lucha titánica.
“Muera la inteligencia” dijo un general alzado en armas contra la Segunda República en España, en la Universidad de Salamanca, en presencia del gran pensador y escritor Miguel de Unamuno, rector hasta ese momento de la universidad, quién no se pudo quedar callado y lo confrontó. En el estadio Chile, en 1973, un capitancito del ejército de Chile asesinó la inteligencia de Chile, a Víctor Jara; siguiendo la misma pauta de los fascistas españoles, italianos, alemanes y latinoamericanos. El cobarde todavía no da la cara como tantos cobardes de la dictadura, civiles y uniformados, que se mancharon las manos de sangre y se llenaron los bolsillos de oro. Saqueo real: de carne, de intelecto, de bienes materiales.
‘Muera la inteligencia’, será el decir que hay tras el caso del 70%; curiosa propuesta, por decir lo menos.
Si hay que ir donde está el oro a buscarlo. Éste no está en los escuálidos bolsillos de los que postulan por concurso a unas migajas de oro. El dinero está en los que robaron las empresas del estado, es decir, la propiedad de todos. No hay que ir más lejos a buscarlo, están al alcance de la mano los que cometieron ese delito. La familia del dictador es millonaria, y no por el sueldo institucional del pater familia,’nuestro Don Corleone’. Está en los que se apropiaron de empresas del estado a precio de huevo; está en las mineras que no pagan royalty; está en los que roban impuestos; está en el diezmo que se dan las fuerzas armadas con el cobre; está en las AFP que nacieron del pillaje a los pensionados magistralmente planeado por el Chicago Boys José Piñera, ministro del dictador, hermano del actual presidente; está en tantos poderosos que no tienen las manos limpias. Por cierto el dinero no está en los bolsillos de los artistas de Chile. La ex directora se equivocó de ‘enemigo’; en lugar de irse al norte se fue al sur, como la paloma que perdió la brújula en el poema de Rafael Alberti.
No hay que perder la cordura por culpa de un terremoto 8.8, ni por el maremoto que desoló las costas de la zona Centro-Sur, ni menos perder el equilibrio con tanta réplica que nos mueve el piso. Los monumentos pueden esperar tiempos mejores, como diría Jorge Teillier. Lo que hay que poner en pie es al ser humano, en cuerpo y alma, para eso hay que usar todas las herramientas que el estado tiene a mano. Una herramienta importantísima para el desarrollo cultural y espiritual del país es el Fondo de Apoyo a las Artes, por lo que por ningún motivo hay que quitarle el piso como lo hizo al país el reciente terremoto. La cultura es un pilar esencial en el desarrollo humano de un país, por lo que nadie que tenga sensibilidad e inteligencia puede plantear quitarle nada más ni nada menos que la friolera del 70% de su existencia.
Hay que preocuparse de salvar lo humano, la humanidad de un pueblo que sufre, y es ahí donde los artistas tienen la palabra. Ellos pueden levantar al caído con su arte, darle una esperanza, un aliento, un hálito para decirle a los que lo perdieron todo o casi todo, que no está todo perdido: habrá pan, cobijo, una palabra amable, una sopa compartida. Los artistas saben que hay un amanecer, más allá de tanta desesperanza. No hay que quitarle, por ningún motivo, el pan a los que multiplican el pan, esa es la historia.
Y si es por monumentos… El niño de ocho años es un monumento que hay que preservar. Él es el símbolo de tanto monumento viviente que hay en nuestra patria. Para niños como él es que hay que preservar el valor intangible que tiene el Arte en todas sus manifestaciones; porque le da humanidad, más humanidad a un país en desolación; más dignidad, más sentido de pertenencia a los afectados por la catástrofe del 27 de febrero de 2010.
Con compatriotas como él, la inteligencia vive.
(*) José O. Paredes. Enseña literatura Española e Hispanoamericana en la escuela César Chávez en Washington D.C.
Ha publicado libros en prosa y poesía. Su último libro de poesía, Firmamento y olas, fue publicado el año 2008 en Santiago.
Actualmente trabaja en su tesis doctoral sobre la poesía de Jorge Teillier, en la Universidad de Salamanca, España.
El análisis no solo es preciso en cuanto a los elementos identificados, sino también bastante concreto al momento de expresar…