Por Miguel de Loyola

Milagros salvador es una escritora española licenciada en filosofía, psicología y letras que domina el arte de la narración y la poesía. Recientemente ha publicado otro libro sorprendente, titulado Mil parnocikles, donde ensaya ahora las formas breves que están de moda hoy día. Se trata, a modo de definición, de mininarraciones con características de aforismos, donde el ingenio y lucidez queda claramente en evidencia.

La luna nueva, también es viejísima, dice uno de sus llamados parnocikles. Podemos notar allí el nivel de profundidad analógica y apologética de la percepción. No se trata de simples bufonadas que buscan la carcajada del lector, ni aquellas clásicas ironías exangües sin sustancia, sino de complejas conexiones que superan en mucho un primer plano de lectura. Hay puntos de vista suspensivos, A veces miramos con cegueras ajenas. Estamos aquí frente a micronarraciones que despiertan al lector, que sacan al individuo de su estado corriente y lo transportan hacia otras latitudes posibles del pensamiento y la imaginación. El miedo es libre, pero hace esclavos. Las banderas son patrias de trapo. Milagros Salvador juega con los conceptos, además de darles un nuevo brillo, ese brillo misterioso y mágico que sólo la poesía alcanza. Somos los dinosaurios del futuro. El árbol del paraíso nos regaló la sombra.

El libro es un verdadero compendio de sabiduría. Pero lo que más abunda y lo hace grande, es la mirada positiva de la escritora. En un mundo desencantado, donde a menudo se resaltan los aspectos negativos del existente, impresiona realmente una mirada distinta, llena de chispa, dotada de alegría de vivir, de esa alegría que es connatural al ser, y la cual la modernidad ha venido matando a través de los siglos con sus imperativos cósicos, haciendo del hombre una nada, un ser impertérrito ante al milagro de la vida. ¿Quién fue el sádico que puso espinas a las rosas? Cuando bajas de espaldas no ves el camino.

La ironías, las cuales hay por cierto muchas en el libro, no tienen ese grado de resentimiento que caracteriza a otros cultores de este nuevo género, brotan aquí desde el candor, sin aquella cosa turbia impuesta en las conciencias por esa idea mal entendida de la llamada lucha de clases. Los reyes también tienen glóbulos rojos. Siempre hay barro en el camino. Hay una independencia notable en cada una de las expresiones, esa independencia indispensable en el mundo del arte, que no viene a imponernos nada, sino a mostrarnos algo conocido, muy conocido, pero mirado de otra forma para sorprendernos, ya que en su habitual estado ha dejado de hacerlo y pasamos por encima sin detenernos. Si aún no has dicho no, es que no existes. A veces una rosa es mucho más que una primavera. Un libro es un jardín que llevo en el bolsillo. Hay ideas que se salen de la palabra.

Los Mil Parnocikles de Milagros Salvador, pueden entenderse también como una lluvia de palabras para lavar el espíritu. Las uvas son la infancia del vino. La memoria es el esqueleto del alma. La esperanza también muere de hambre. Hay personas que se esconden detrás de las ideas. El poema se anuncia con un clarín de versos. Herejía, atreverse a creer de otra manera. Hay parejas de hecho, de derecho y de desecho

Miguel de Loyola – Santiago de chile – marzo del 2012