Por Rolando Rojo Redolés
Hermosas Bestias Salvajes, el último libro de cuentos de Poli Délano. Editorial MAGO (2012) viene a reafirmar la maestría del autor en el relato corto y el cuento.
Doce cuentos “vírgenes” (según nos aclara Délano, es decir, ninguno aparece en sus colecciones anteriores) forman este libro cuya función más destacada es entretener de la mejor manera, la más intensa, la más literaria, vale decir, mediante historias sorprendentes, una prosa fluida, estructuras inteligentes, personajes inolvidables, un humor a toda prueba y una variedad de voces que conforman un mosaico verbal que, como es característico en las obras de Poli Délano, sorprende gratamente al lector.
La lectura de estos cuentos no da tregua, no se pueden postergar, interrumpir ni reemplazar. Se leen de principio a fin, porque atrapan al lector con la fuerza con que las serpientes o las “bestias salvajes” hipnotizan a sus presas.
Narrados en primera y tercera persona, Délano deja cabalmente establecido el dominio que tiene del estilo indirecto libre que hace desaparecer al narrador heterodiegético en un discreto segundo plano y son las voces de los protagonistas las que siente el lector y que vuelven más auténticos y verosímiles los relatos. Hay también, en estas Hermosas Bestias Salvajes un manejo notable de la intriga que le da a estos cuentos cierta atmósfera del cuento y la novela negra, y que despierta la curiosidad del lector, agudiza la intensidad y la tensión necesaria en todo cuento y concluyen en un inesperado final. Otra marca de fábrica es el humor y la ironía que campea en estos y en tantos otros cuentos de Poli Délano.
El autor nos informa que estas son: “Historias escritas en diferentes momentos de la vida, humores distintos, quizás nuevas amarguras. Sin embargo, algo los une: Un sello común, especie de ADN, la misma mirada voyerista, la manera de entender el mundo”, el estilo de acuerdo con aquello de -recuerda Poli-,’el estilo soy yo’”. En este libro “Tenemos un cuento escrito hace pocos meses, otro el año pasado, pero también hay algunos que nacieron ocho, nueve, diez años atrás. Diversidad, sí. Unidad, sí. Máquina del tiempo, también”.
¿Será necesario averiguar cuáles son los primeros y los últimos? De manera alguna. Ya lo dice el autor: Diversidad, sí. Unidad, sí.
La unidad de estos cuentos está dada por el manejo de un tono particular, por el talento para urdir las tramas, por un estilo inconfundible y por el afán de los personajes, en cualquier escenario donde se encuentren, de buscar algo que la vida, la simple vida de los simples mortales, les ha arrebato o escondido. Esta búsqueda puede ser el amor pasional, la forma de ganarse la vida, la nostalgia por el pasado, el sexo. Y las armas de esta búsqueda serán el ingenio, la inteligencia, la cazurrería y, a veces, el dominio por el poder.
El cuento que abre la serie es el que da titulo al libro, “Hermosas Bestias Salvajes”. Es a la vez, el más extenso. Está dividido en siete apartados o secciones. En ellos somos testigos de la pasión que nace entre René Sánchez, mexicano, “morenote, dientes muy blancos, bigotes gruesos” y Jennifer Moran, “pintora”, norteamericana. Se conocen en la playa de Newport, en un encuentro que no es casual (nos enteramos más adelante) por parte de ella, e inician un tórrido romance donde empiezan a entrometerse los sentimientos. Pero sus actividades son irreconciliables. René se gana la vida vendiendo y contrabandeando animales para los ricachones o narcos coleccionistas: loros, tucanes, guacamayos, armadillos, tejones, pero también piezas mayores. Ahora debe llevar a México dos gorilas viejos por los que recibirá quinientos mil dólares. Jennifer es amante de los animales y pertenece a la Defenders of Wild Life. Su misión es desbaratar estos comercios ilegales. Pero Jennifer “piensa con pesar que le está gustando mucho el mafioso mexicano, no sólo su sexo, también otras cosas: su voz, su sonrisa, la manera de mirar, y hasta algunas frases que dice”.
¿Triunfará el amor o la ética? ¿Vencerá la pasión o el deber? Lo sabemos en un final sorpresivo y desopilante.
Estas historias transcurren, principalmente, en México y Santiago de Chile. Geografías que el autor conoce suficientemente bien. Más aún, que ha asimilado en profundidad el carácter, la cultura, el modo de ser y el habla de estas comunidades lingüísticas. Esto no es impedimento para que un lector chileno comprenda los modismos, el léxico y el tono mexicano y viceversa, porque todo se explica a través del contexto como ocurre con los buenos narradores. Además de “Hermosas Bestias Salvajes”, los cuentos “Gershwin Bajo la Luna” y “Purgatorio”, también tienen como escenario México. En el primero, un concierto de la música del compositor norteamericano George Gershwin, dado por la televisión, es motivo para transportar al protagonista a un encuentro con el pasado, con la nostalgia y con sus amigos Seco y el Rayo, con los que una noche del recuerdo salieron a explorar las cantinas de Cuenavaca. Este cuento es notable por el estilo vertiginoso que mezcla lugares, tiempos y anécdotas mediante una prosa ágil y vibrante.
“Purgatorio”, por su parte, es la historia de Cristián Segundo Meléndez que torció su decisión de ser actor por la abogacía como le impuso su padre. El Purgatorio es el lugar donde “obligan a cada condenado a repasar los momentos de la vida en que se acobardó, tomó la decisión equivocada. Todo lo que no hizo y pudo haber hecho para ser mejor, vivir más feliz”
Los cuentos restantes ocurren en Santiago de Chile. Aquí nos encontramos con Salvador Munizaga que contrata a una muchacha de un “Café con Piernas” para que seduzca a Marcelino Saldaña y él recupere el amor de Delia su antigua novia que, en el pasado, prefirió a Marcelino para casarse.
O con Teresa de Campo de Batalla, que aborda en la calle al pintor Gaspar Reyes y todo lo que promete ser un futuro romance, se malogra por la impetuosidad de él y la franqueza de ella.
Con la protagonista de “La Envidia, Hermana” que le cuenta a doña Natalia acerca de la desvergonzada de la Raca que le quitó al Manuel coqueteándole descaradamente y de su hermana Elvira que ejerce la prostitución en la calle. Ella, por su carácter reservado ha perdido todas las oportunidades que le brindó la vida, pero ahora le pide a la señora Natalia que la acepte en su casa: un prostíbulo. “La Raca y mi hermana van a parecer monjas de convento al lado mío”, cuando, en menos que cante un gallo, ella aprenda los secretos del oficio.
En “Pasando y Pasando”, Jorge Salas y su mujer Paz Alicia visitan a don Ricardo Taylor, empresario, en su mansión “de película” –según expresión de Jorge-. El empresario los ha citado para ofrecerle a Jorge el cargo de Gerente de Ventas en su empresa y tener una relación sexual con Paz Alicia, Pacita, a la que acosa descaradamente, ante la presencia de Jorge. Finalmente, cuando don Ricardo está por obtener lo que quiere, Pacita le sopla al oído de su marido, “buena tu primera venta”, y se deja guiar al dormitorio por don Ricardo.
Hermosas Bestias Salvajes termina con un cuento epistolar de apenas una página de extensión, pero de profunda intensidad emocional. El emisor de la carta escribe a Juliette y se lamenta de momentos perdidos en la infancia y juventud de ella: “Hubiese querido conocer más cosas de tu vida”. Le cuenta que se parece mucho a Magdalena, que sus vidas son demasiado semejantes. Y le expresa su compunción:”Y me muerdo los labios al comprender otra vez que mis preguntas nunca tendrán respuesta”. Luego la tragedia nacional. El sufrimiento de Juliette y Magdalena. Los horribles hechos insinuados, “Y quizás, también como a ella, se cerraron tus ojos durante algunos interrogatorios, y partiste con los labios muy sellados”.
Y luego el final, y la explosión de la genialidad de Poli Délano: “Tú eres la realidad, Juliette. Y Magdalena es la ficción: el personaje de una novela que escribí”.
Creo que lo disfrutaré, no me cabe duda considerando su origen y quien lo escribe. Cordialmente