LeonardoDolengiewichLeonardo Dolengiewich nació en 1986 en Mendoza, Argentina, donde aún vive.

Es Técnico en Tiempo Libre y Recreación y estudiante de Psicología.

Como escritor, se dedica a la narrativa de ficción.

En repetidas ocasiones, formó parte del espacio de microficción en la Feria del Libro de la Provincia de Mendoza. Y en 2011, participó en las IV Jornadas Nacionales de Minificción.

Algunas de sus microficciones han sido publicadas en los libros: “Horizontes de la brevedad en el mundo iberoamericano”, «200 microrrelatos de terror ArtGerust. Homenaje a Edgar Allan Poe», «I Antología Triple-C. Microrrelatos reunidos” y “La ficción en el umbral: narrativa mendocina contemporánea”. Asimismo, publicó textos de su autoría la revista peruana “Umbral”, dedicada a la literatura fantástica.

También han publicado sus textos diversos sitios web, entre los que se destacan: Ficción Mínima, Cuentos y más, Internacional Microcuentista, Letras de Chile y Ficciones Argentinas (autores argentinos traducidos a otros idiomas).

Publica sus microficciones en: http://mepodesleeraca.blogspot.com 

Presencia

 Como todos los días, fue el último en sentarse para almorzar. Como todos los días, se sentó en el lugar que tenía asignado: entre el padre y la hermana. Como todos los días, utilizó el cuchillo y el tenedor a modo de elementos de percusión. Sus padres y su hermana, una vez más, oyeron complacidos aquellos sonidos. Ninguno de los tres lo vio. Nadie dudó de su presencia.

Pompeya, 79 dC

 Medusa decidió que era momento de resucitar. Entonces, ascendió desde el Hades, emergiendo por la boca del Vesubio en medio de un gran estruendo. La ciudad entera miró hacia el lugar de origen de aquel ruido ensordecedor. No hubo lava.

Hacerse grande

 Como había hecho de niño tantas veces, preparó el baño para su tía y se escondió para espiarla. Pero esta vez era diferente: él ya había cumplido los dieciocho años. No se ocultó afuera para mirar por la ventana. Se quedó adentro, tras la puerta del baño.

Cuando la tía se desnudó y se sumergió en la espuma, él se abalanzó. Ella lo recibió con una sonrisa y le dijo al fin.

Fugitivo

 –    ¿Y por qué te buscan?

–    Por algo que sucedió hace unos años… Un asalto, en el que murió una persona.

–    ¿Te quieren ver preso?

–    No. Bajo tierra me quieren.

–    ¿Para tanto? ¿A quién mataste?

–    No maté a nadie.

–    ¿Entonces?

–    En aquel asalto, el muerto fui yo.

 Homenaje comprometido

 Estamos aplaudiendo hace diez minutos. No podemos parar, estamos obligados. Tenemos las palmas rojas pero seguimos. Ya van treinta minutos. Algunos están lastimados. Mas sabemos que el castigo a la desobediencia podría ser severo. Una hora. A todos nos sangran las manos. El agasajado toma el micrófono. Dice que no exageremos, que se nota. Seguimos aplaudiendo.

Gula

 Cuando los integrantes del Comité de Clasificación de Pecados leyeron el detalle de lo que la mujer hacía con la boca a sus amantes, pusieron en duda la exactitud del título del informe, que rezaba: Extraño caso de lujuria.

Interés leonino

En su primer día al frente del Ministerio de Educación, el Tuerto López se sienta frente al escritorio, cierra el ojo y hace un repaso mental de su carrera laboral. Se detiene especialmente en el primer año de docencia en escuelas primarias, en sus alumnos de aquel momento, en la afición de estos últimos por las hondas, en la puntería que tuvo uno de ellos para atinarle al rostro del docente inexperto. Cuando concluye el racconto, abre el ojo, enciende su computadora y redacta la Ordenanza 35, que impone para todas las escuelas de la provincia la cría obligatoria de cuervos.