Por Ramón Díaz Eterovic
Uno de los aciertos de algunas editoriales independientes ha sido el rescate de autores y obras que estaban relegadas al siempre injusto territorio del olvido, sin posibilidad de ser leídas por nuevos lectores o valoradas desde perspectivas más actuales. Es el caso de las Ediciones Pampa Negra que acaba de reeditar la novela “Los contrabandistas” de Luciano Cruz Astudillo (1926-1974). La novela fue publicada en 1959 por las Ediciones Alerce de la Sociedad de Escritores de Chile, sello editorial que en su momento también recogió obras de connotados autores como Mario Ferrero, Jorge Teillier, Rolando Cárdenas, Raúl Rivera y Nicolás Ferraro, autor nortino al igual que Luciano Cruz Astudillo.
El periodista y escritor Luciano Cruz Astudillo tuvo una vida azarosa, digna de una novela de acción. Nació en Gatico y su infancia la vivió en Tocopilla. Estudió un tiempo en Santiago y luego regresó al norte ejerciendo labores de librero y regidor. Más tarde volvió a Santiago y se autoexilió durante la presidencia de Jorge Alessandri. Años después, con el fin del gobierno de Salvador Allende del que fue partidario, terminó torturado en el Estadio Nacional. El maltrato recibido durante su paso por el infierno ñuñoíno fue determinante para su muerte en 1974, a los 48 años.
“Los contrabandistas” es una novela breve que nació inserta en el formato de la narrativa social y realista, pero que desde otra perspectiva también puede ser considerada como una incursión pionera en el campo de la novela criminal chilena. En tal sentido es un texto adelantado en su tiempo que aborda realidades sociales marginales desde la perspectiva del relato negro y policial. Es una historia de bandidos chilenos que en el norte del país se dedican al contrabando de mercaderías como relojes, medias de nylon y cigarrillos. El “Negro” Mellado y sus secuaces los hermanos Castro, el “Chascón” Julio, “El Colorado” y Vicente son parte de los protagonistas de esta novela. Tipos que han hecho de la delincuencia un modo de sobrevivencia y que desde distintas posiciones de poder dan vida al hampa provinciana que los cobija. No hay personajes buenos en esta historia. Todos son producto del medio violento al que pertenecen y ni siquiera sus amores con mujeres de paso los desvían del inevitable camino al abismo.
La novela es atractiva, ágil y se deja leer sin pausas. Al “Negro” Mellado le roban unas bolsas con mercaderías valiosas y apremiado por sus deudas y compromisos con hampones mayores inicia una frenética búsqueda de los ladrones. Una persecución sin pausa que como suele ocurrir en esta clase de relatos termina sin vencedores, porque todos sus personajes son víctimas de un medio hostil y violento. Sobre este texto, el crítico Yerko Moretic, en su estudio “El realismo y el relato chileno”, indicó: “Veloces y zozobrantes viajes en automóviles, asaltos con revólver en mano, actitudes violentas, duro lenguaje, ambientes turbios y peligrosos, espectaculares luchas homicidas: en fin, acción brutal y acezante, tal es la característica fundamental de esta novela breve, que ofrece así un ritmo insólito, apasionado, recio”. Sin duda, una acertada presentación de una breve novela negra que puede emparentarse con clásicos del género negro, como Jim Thompson o David Goodis, y con esos certeros retratistas de los bajos fondos chilenos que fueron Luis Rivano y Armando Méndez Carrasco.
Luciano Cruz supo dar vida auténtica a sus personajes, y nada en ellos es artificioso ni está fuera de lugar. La estructura del relato contribuye a generar un interés permanente y hasta la última línea. No hay desperdicio en las descripciones que hace de los sentimientos de los personajes ni en la recreación de los paisajes urbanos y naturales. Aunque fue publicada hace más de sesenta años, la novela mantiene su vigencia. La delincuencia hoy tiene otros ropajes e intereses, pero en su esencia y motivaciones es la misma que aborda Cruz Astudillo. La lucha por la sobrevivencia se rige por códigos similares, y su historia se escribe a diario con las tintas de la violencia y la sangre.
La publicación de “Los contrabandistas” es un acierto editorial. Rescata una pieza significativa de la literatura del Norte Grande y un texto pionero en la narrativa criminal con acento social que se escribe actualmente en Chile. Y algo más que es necesario destacar de esta publicación: la calidad gráfica de su presentación con las ilustraciones de Manuel Dongo Rosal; y el prólogo de Damir Galaz-Mandakovic que permite conocer la vida de Luciano Cruz Astudillo, y acceder a referencias claves para abordar la lectura de la novela.
Santiago, 20 de diciembre, 2022.
El análisis no solo es preciso en cuanto a los elementos identificados, sino también bastante concreto al momento de expresar…