Por Eduardo Contreras Villablanca
La contratapa de este libro de la editorial Trazos de aves, señala que está conformado por once relatos de autoras y autores de Chile, Argentina y México.
Se trata de voces emergentes, ese podríamos decir que es la característica común, sin embargo, se trata de voces heterogéneas en cuanto a trayectoria. Algunas personas que han escrito textos para este libro tienen ya premios literarios y libros propios publicados, mientras que otras cuentan con relatos publicados en antologías o libros ad portas de salir a la luz.
No obstante la diversidad de experiencias y países de origen, hay cierto hilo que entrelaza los relatos, se trata mayoritariamente de textos escritos, por decirlo de alguna forma, desde los márgenes, desde las disidencias; se nos muestran personajes que enfrentan situaciones difíciles, desde los que significa enfrentar un desalojo, pasando por el batallar diario de una niña sorda, o por mujeres que enfrentan dilemas frente a la libertad y la maternidad, así como mujeres que intentan desafiar sociedades totalitarias, construidas ya sea por los congéneres humanos o por recién llegados, posiblemente de otros mundos. Una combinación atractiva en lo que a mi parecer es una selección de textos acertada en cuanto a presentar una temática que le dé sentido al libro. Dentro de las narrativas más o menos afines a ese tópico, algunas derivan por cauces más bien realistas, y otras se adentran directamente en lo fantástico.
Las obras se presentan como relatos, y es el caso de la mayoría de ellos, no obstante, hay algunos que cumplen con las características del cuento clásico, si nos atenemos a la metáfora de la flecha de Antón Chéjov, quien planteaba que un cuento debe tener un enfoque claro y directo, similar a una flecha que vuela hacia su objetivo sin distracciones.
Esta metáfora de la flecha enfatiza la importancia de la precisión y la economía en la narrativa. También alude a la claridad y la concisión, Chéjov creía que cada elemento en un cuento debe ser relevante y contribuir al desarrollo de la historia. En una flecha que se lanza con un propósito de dar en el blanco, se requiere que la punta, el cuerpo principal y las plumas contribuyan a ese objetivo; de la misma forma, en un cuento cada palabra, cada escena y cada detalle deben estar alineados con el objetivo narrativo. La metáfora también sugiere que el autor o autora debe evitar desviaciones innecesarias o adornos superfluos. La historia debe avanzar de manera efectiva hacia su desenlace, manteniendo el interés del lector sin perderse en detalles irrelevantes. Y por último, debe haber un impacto emocional, lo que Julio Cortázar denominaba el nocaut, y Samanta Schweblin caracteriza como “revelación” y “espejo”: al igual que una flecha puede causar un impacto directo, Chéjov buscaba que sus cuentos tuvieran un efecto emocional inmediato en el lector. La narrativa, pensaba él, debía resonar y dejar una impresión duradera.
A mi juicio, dentro de los once textos seleccionados, Huacha, La otra galla, Elegida, y El color del amanecer, cumplen con esas características, así como con otra no resumida en el párrafo anterior: contar una historia para mostrarnos otra. Lo anterior, desde luego, no tiene que ver con la calidad literaria, es decir, no estoy diciendo que esas obras sean mejores que el resto, solamente digo que esos cuatro tienen la factura del cuento, mientras que los otros once tienen factura de relatos.
En general, y ahora no me refiero a Mosaico, puede haber buenos y malos cuentos y buenos y malos relatos. El escritor mexicano Juan Villoro es, a mi juicio, un gran escritor de relatos, así como Poli Délano en el caso chileno fue un gran cuentista. No pretendo afirmar que, como género, los cuentos sean mejores que los relatos o viceversa.
Cerrando la digresión sobre cuentos y relatos, creo que la combinación que se hace de ellos en el libro Mosaico funciona bien. Para tener una visión más completa de las once obras, cito la descripción de la contratapa del libro: Mosaico reúne once relatos del imaginario de Trazos de Aves: una niña sorda encuentra en el ballet un refugio a la discriminación; en la Patagonia, un ñandú enfrenta mitos ancestrales y el proceso de ser padre; una familia de mujeres con nombres geográficos lidia con el luto y los chismes; entre máquinas de arcade se desentraña la vida de los noventa y los inicios del tercer milenio; una funcionaria del Registro Civil descubre que puede reescribir la realidad con un sello burocrático; la demencia senil y los cuidados se exploran a través de una inquietante experiencia familiar; la violencia obstétrica se revela en un mundo incomprensible; una niña lucha por sobrevivir en las calles de Antofagasta; una guerrera desafía las estrellas por el futuro de su hija; una mujer huye de un futuro distópico para dar a luz en libertad; y una sobreviviente enfrenta los fantasmas de su pasado en la intimidad de sus sábanas.
Mosaico. Varias autoras y autores.
Editorial Trazos de aves.
145 páginas.
Es muy interesante el análisis que realiza la profesora sobre la fusión de planos en la novela, definitivamente es un…