Por Eddie Morales Piña
Revisando el índice de este libro de cuentos de María Luisa Hurtado (Santiago, 1981) lo primero que llama la atención es que no hay un relato que se llame como el título de esta colección. Normalmente, ocurre que la nominación escogida por el autor o autora es que uno de los textos identifique el volumen. Otro asunto paratextual es la titulación de dos narraciones con numerales. La portada, por otra parte, también es significativa, pues esta siempre tiene que ser, de alguna manera, una puerta de entrada, llamar la atención de quien ingrese en las páginas del libro. En este sentido, la imagen muestra en un estilo irrealista a una mujer de espléndida cabellera que flota en el agua -puede ser el mar u otro espacio acuático- dando la espalda a quien observa. Por tanto, su rostro no está presente. Hay una ausencia de identidad. La figura puede prestarse para más de una significación. El cabello tiene una dirección que uno se imagina proviene del viento o la brisa que corre. De este pelo agitado por el aire surgen unas aves que emprenden el vuelo. Uno pudiera interpretar que las almas se están liberando de una opresión o de circunstancias complejas.
En el nivel superior, está el título de la obra, Circunstancias frágiles. María Luisa Hurtado ha sabido titular bien, escogiendo una frase que es como el hilo conductor de los quince cuentos. La palabra nuclear significa una condición que rodea o afecta a una persona. El adjetivo calificativo señala que en este caso dichas circunstancias son fáciles de romperse o resquebrajarse con facilidad. Los cuentos que se engloban bajo esta frase titular dan cuenta fehacientemente de que es así.
María Luisa Hurtado en esta su primera incursión en la narrativa del cuento sale airosa. Escribir relatos breves siempre es más complejo que en una narración mayor como la novela. El cuento tiende a comprimir la historia, por tanto, la economía diegética es esencial o fundamental. Sin duda que la autora articula tramas sorprendentes a partir de hechos casi anodinos o que forman parte de la existencia natural de las personas. Son aquellas circunstancias del título. La fragilidad de las experiencias de los personajes da cuenta de que el adjetivo fue una buena escogencia. Leía por ahí que el escritor Poli Délano -maestro en el cuento y la novela- decía que el cuento debe ser como una flecha que se lanza al corazón del lector, tal como Guillermo Tell las lanzaba directo a una manzana en la cabeza de su hijo. El relato breve busca la precisión en la narratividad de tal manera que esta no se desvíe como una flecha mal disparada, sino que apunte directamente a la intelección del lector/a. El famoso nocaut de que hablaba Cortázar. La trama envolvente con personajes o un personaje debe mantener el interés de quien lee hasta llegar al desenlace que el lector/a puede prever, o bien simplemente quedar descolocado por la argucia argumentativa del narrador/a. Los relatos de María Luisa Hurtado cumplen a cabalidad con tales requisitos escriturarios.
Las circunstancias frágiles con las que el lector/a se enfrentará en el volumen de esta escritora están protagonizadas por mujeres. Son ellas el soporte de los relatos. De tal manera, nos encontramos en la mayor parte de los textos ante una temática femenina. En este sentido, la percepción es de la óptica narrativa de un sujeto mujer -he ahí la portada- enfrentada a condiciones complejas en su condición vivencial que exigirán una resolución. De esta manera, la voz autorial trasmutada en una enunciante o narradora va revelando distintas situaciones -algunas casi límites- en que se ven envueltos los personajes. En la contraportada, Gonzalo Contreras, escribe que la autora crea personajes que ruedan por la pendiente de la vida. Efectivamente, es así. La vida como una suerte de complejidades o sorpresas azarosas como en Triángulo equilátero que dejará al lector/a en la lona. O en Alea iacta est donde traspasar un límite sin vuelta atrás, cruzar una barrera a sabiendas de su irreversibilidad, se le volvió un impostergable, y el que lee quedará nuevamente nocaut. Si quisiera nombrar un cuento excepcional -aunque todos tiene méritos propios- me quedo con Trashumancia, el relato de un hombre que lleva en un sobre los resultados de exámenes médicos cuya certeza avizora, pero que no se atreve a revisar, prefiriendo irse a un remoto pueblo altiplánico donde descubrirá otro sentido de la vida. La obra de María Luisa Hurtado es, en consecuencia, muy recomendable no solo por la tematización de las historias, sino por la calidad escrituraria con que las despliega ante el lector.
María Luisa Hurtado: Circunstancias frágiles
Zuramérica Ediciones & Publicaciones S. A. 2024, 185 pág.
Cualquier parecido con la realidad sólo coincidencia.