PIEDRAS BLANCAS ou LES TORTIONNAIRES DU DICTATEUR
A partir de la obra de la obra de
Mario Paul Ahues Blanchait y María Isabel Mordojovich
El libro de María Isabel, publicado en 2018 y que yo reseñé para Espacios Latinos[1], me impactó profundamente; me dejó un recuerdo conmovedor. Cuando supe que la novela había sido adaptada al teatro, admito que fui a su representación en Saint-Étienne con una mezcla de curiosidad y perplejidad.
En efecto, ¿cómo representar en el escenario al mismo tiempo la violencia de los interrogatorios, que se convierten sistemáticamente en escenas de tortura salvaje, el sufrimiento de los detenidos y la indiferencia de los militares sin caer en el sensacionalismo y el voyeurismo?
Sin embargo, el obstáculo fue superado, con suficiente realismo como para recrear escenas de tortura extremadamente impactantes, que hacen estremecer al espectador. De igual manera, el testimonio de la joven Blanca, sola en el escenario, describiendo todos los abusos sufridos es suficiente para cautivar nuestra imaginación y hacernos estremecer.
Otros temas abordados incluyen el impacto en las víctimas supervivientes y sus familias, la capacidad de un juez para hacer doblegar a uno de los victimarios más duros treinta años después, la instauración de un sistema represivo muy organizado o incluso el cinismo del empresario que se beneficia de la dictadura, que sirve de prólogo y de epílogo, paréntesis siniestro: eran más fáciles de representar, me dirá el lector, sí, pero era necesario escenificarlos evitando los excesos, ¡es lo que se hizo!
La originalidad también reside en mostrar (algo que pocas veces se hace) a los victimarios, el arte de sus líderes para entrenarlos, adoctrinarlos y mantenerlos atemorizados ante represalias. Se nos presenta a quienes se niegan a torturar y pagan por ello con su vida, a quienes obedecen pero terminan psicológicamente destruidos y a quienes permanecen inmunes al remordimiento, mientras sus líderes hacen gala de un cinismo y una crueldad que recuerdan a los peores criminales psicópatas.
Todo se presenta en diez cuadros muy eficaces que reconstruyen el horror de aquellos años.
Para terminar, aplaudamos la excelente actuación de los actores que interpretan escenas que ponen a prueba su sensibilidad; aplaudamos también la destreza de la puesta en escena y la fidelidad al texto original y a la oscura historia de la dictadura.
Esta obra, hermoso ejercicio de memoria y humanismo, merecería una larga gira para que nadie olvide la tragedia chilena y, lamentablemente, su eterna reproducción en el mundo.
Por Louise Laurent
Traducido de la reseña publicada en Newsletter de Espaces Latinos (Lyon, Francia) del 27 de octubre 2023.
https://www.espaces-latinos.org/archives/115581
[1] La traducción de esa reseña fue publicada en Letras de Chile https://letrasdechile.cl/2018/09/12/piedras-blancas-y-los-torturadores-la-nueva-novela-de-maria-isabel-mordojovich/
Cualquier parecido con la realidad sólo coincidencia.