Por Omar López, Puente Alto, viernes 25 de noviembre
“Todo está dicho ya: pero las cosas, cada vez que son sinceras, son nuevas” (José Martí)
¡Qué manera más hermosa de estimular la comunicación nos ofrece este enorme poeta cubano! Y no solo eso, también el acto mismo de realizar, de estar o construir algo con plenitud de compromiso y limpias intenciones, puede constituir una gran novedad. Porque hoy, dos mil veintidós ya de frentón en la tercera edad, la sinceridad es poco rentable y aquellos que la practican corren insospechados riesgos: serán acusados de conflictivos, de pesados; de agresivos o desubicados. Decir “las cosas por su nombre” y en el momento justo, tiene un costo social enorme en una sociedad que hace enjuagues retóricos y publicitarios en todos los ámbitos y por lo tanto impone un lenguaje repleto de eufemismos y carente de vuelo conceptual. Es decir, un idioma enano.
“Una que nos una” decía alegremente el amarillismo para configurar su rechazo a cambios verdaderos. Y… resulta que ahora, una no es ninguna. Otra vez la derecha con piel de oveja, consigue sus objetivos amparados en la desertificación política y social que invade la conciencia y dignidad de una mayoría autómata, sumisa y hasta cierto punto, masoquista. Los camioneros, cada cierto tiempo asumen un rol de patrón de fundo y se toman las autopistas sin ningún problema y la gente mira, murmura, duerme. La Polar (“llegar y robar”) demostrando que aprobaron con nota óptima sus clases de ética, ahora vende ropa de marcas internacionales, falsa. Varios de los señores parlamentarios, vía conyugue o familiar, aprovechando vales de combustible financiados por todos nosotros, pasea gratis, como si mañana mismo el mundo llegara a su fin. Eufemismo: trabajo territorial. Sin embargo, a la hora de aprobar el presupuesto, estos mismos sinvergüenzas intentan dejar sin fondos a la Comisión de Derechos Humanos, porque la sola mención de esta institución les provoca una ira e indigestión bastante amarilla. Y derechamente, putrefacta. Y la última patita: dos carabineros coludidos con una banda de ladrones, haciendo patria. Luego, cuando se habla de impulsar una profunda y verdadera reforma a esta institución, los primeros en levantar severas barricadas ideológicas, es la derecha inmaculada, por supuesto.
Recuerdo que en la época oscura de la dictadura pinochetista la Radio Chilena, (CB 66 AM) enarboló la consigna o lema de ser “la voz de los que no tienen voz” y en la práctica, fue así y se convirtió en uno de los primeros espacios de resistencia y denuncia de los crímenes que de manera sistemática y cobarde, perpetraban los agentes de la DINA. Hoy, cuando las voces están en todas partes, a cada instante, en cada celular o computador, nos enfrentamos a algo parecido que la mitología cristiana, representa en la torre de Babel. Las redes… atrapan y el cardumen de millones de dedos va transformando el lenguaje, corrompiendo las ideas, tergiversando las intenciones, disfrazando en última instancia… la sinceridad.
En la política, en el deporte, en la conversación tal vez más íntima y circunstancial, ser sincero está siempre enfrentado una batalla silente con las “mentiras piadosas”. Apelamos a las máscaras sonrientes cuando lloramos por dentro o apelamos al “olvido” cuando nos condiciona la indiferencia.
Eso sí, está claro que todos en estas materias respiramos bajo el mismo sol.
El análisis no solo es preciso en cuanto a los elementos identificados, sino también bastante concreto al momento de expresar…