Ediciones TF Publicidad y Producciones, 149 páginas.
Por Antonio Rojas Gómez
Esta novela cumple el doble propósito de entretener al lector y de informarle, por añadidura, de los aspectos más destacados de la vida del prócer independentista Ramón Freire, que sucedió a Bernardo O´Higgins como Director Supremo y a quien no le han hecho justicia la mayoría de los historiadores. Pero aquí no vamos a hablar del personaje histórico, sino del novelesco, que es un muy buen personaje.
La novela es sorprendente porque no se sitúa en los años en que vivió el protagonista, sino en el presente, en nuestro aquí y ahora, lo que resulta una forma inteligente de contar la historia. El narrador es un periodista que, por razones de su profesión, asiste a una visita nocturna guiada al Cementerio General. Veamos el comienzo de la novela:
“De repente sentí que a mi espalda una voz grave me llamaba. Situación imposible, porque del grupo nocturno que seguía al guía, yo era el más rezagado.
“-Sí… sí… le hablo a usted. Como lo vi que escribía en una libreta mientras escuchaba las explicaciones, pensé que podía ser la persona indicada para escucharme y decidí salir del mausoleo.
“Aterrado, restregándome los ojos, rechacé la ingrávida imagen parlante e intenté salir corriendo. Tiritaba y no era por el frío invernal. Una fuerza superior ancló mis pies. Inmovilizado como las esculturas de metal o concreto que adornaban el camposanto, buscando clemencia en oquedades, al borde del shock, solo vino a calmarme el racconto de las frases dichas por el guía al iniciarse el tour por el Cementerio General:
“-Siendo las 20.00 horas, rendido el día a las veleidades de la noche, en este instante ustedes entran al mundo de los muertos”.
Así fue como el periodista, de nombre Fabio, conoce a Don Ramón Freire y sostiene con él una larga conversación primera, que no será la única. Y se despierta su interés por investigar la vida de su interlocutor de ultratumba. Y como es un investigador acucioso va descubriendo detalles que nadie se imagina, como que el apellido Freire no es gallego, es celta, y llegó al norte de España y a Portugal en el siglo V. Además, don Ramón Freire tuvo una vida aventurera y hasta fue filibustero; estuvo a punto de morir durante una tempestad en el Cabo de Hornos. Y también fue masón. Y tuvo amores con Pomaré, la reina de Tahití, que lo nombró su consejero.
De esto y mucho más, en especial de claves y luchas políticas en tiempos de la Independencia, nos vamos enterando a medida que avanzan las páginas. Pero no solo Freire resulta interesante; Fabio, el narrador, también tiene su historia con una funcionaria de la Biblioteca Nacional, donde acude a documentarse. El lector quiere saber qué ocurre con los personajes. Del prócer, ya sabe que reposa en un mausoleo del Patio 15 del Cementerio General. Pero de Fabio… ¿qué va a pasar con Fabio cuando regrese el novio de Carmen, su conquista y asesora en su investigación periodística?
El libro, como dije al comienzo, es muy entretenido e ilustrativo. Posee todos los ingredientes de una buena novela, que es un gusto leer.
El análisis no solo es preciso en cuanto a los elementos identificados, sino también bastante concreto al momento de expresar…