Siempre es interesante conocer y actualizar las actividades literarias regionales. En este caso, el escritor Luis Herrera entrevista a la psicóloga y escritora Alejandra Moya, con motivo de la publicación de su primer libro.
“Yo creo que la crisis puede llevarse al lugar que deseemos”
Por Luis Herrera. Escritor
Alejandra Moya es psicóloga y creadora literaria con varios años de trayectoria en el entorno de las letras, aunque recién este año 2020 ha publicado su primer libro “Depresión Intermedia. Cuaderno de notas”, en Litoraltura Ediciones de la V Región. Residente en Talca, VII región, trabaja en su más que mítico hospital.
¿Cómo percibes la publicación de tu primer libro tras más de una década de plena actividad literaria? ¿Cómo has ido conjugando la ansiedad y la madurez frente a este proceso?
Con calma, después de tanto tiempo que la gente viene diciéndote que se te pasa el tren, terminas por ni siquiera escucharlo. Quizás si hubiese publicado este libro hace 2 años, cuando sentía toda esa presión, no estaría tan tranquila con el producto que hoy pude sacar. Como dijo Bolaño en una entrevista “no creo en el triunfo, creo en el tiempo”, sobre todo en el que me he dado para escuchar mi proceso interior, esa intuición que te dice cuándo, cómo y con quién. Creo que he tomado las decisiones acertadas, se ha dado todo de manera muy fluida, sobre todo con la Editorial, porque cuesta encontrar gente honesta y abierta para trabajar en tus procesos creativos, sobre todo en literatura, donde generalmente a escritores noveles no les dan bola o les cobran un ojo de la cara.
¿Qué sensaciones te despierta publicar este libro en este contexto de pandemia y control social?
La verdad es que ha sido una situación bastante extraña y como en todo proceso evolutivo, nos ha tocado enfrentar esto de la mejor manera que podemos. Lo que podría decirse es el comienzo de la guerra biológica, de un cuento que se vaticinaba en más de alguna película gringa de mi infancia, vino precisamente después de un contexto de estallido social, tiempo en que anduve leyendo las páginas de este libro a viva voz por mi región en una chorrera de actividades de resistencia, que también fueron parte del proceso de maceración escritural que llevó al producto final. En ese sentido, yo creo que la crisis puede llevarse al lugar que deseemos, si es que gozamos de buena salud, ciertamente, porque no se puede negar que hay quienes lo han pasado muy mal, sobre todo los adultos mayores con el miedo que promueve la TV, pero hacía falta un movimiento de energías a nivel sociocultural, y no quiero caer en categorías de la ética en las que se expresa la estimación moral de los fenómenos sociales y de la conducta de las personas, pero cuando estás de vuelta al sistema, miras con añoranza estar cerca de tus libros, el gato, el perro, del refrigerador y el baño de tu casa.
¿En qué maneras “Depresión intermedia. Cuaderno de notas”, es también una manifestación de la depresión que atraviesa a la sociedad?
Este libro es el reservorio de las reflexiones de la olla a presión a punto de reventar de temperatura, es algo así como la descarga de energía que tiene que salir por alguna parte, en este mundo en que se había normalizado tanto el hecho de mantenerse en un estado constante de insatisfacción. Si te das cuenta, Luis, la mayoría de la gente no hace lo que le gusta, están anhedónicos, abúlicos y automatizados en el concepto mal concebido del “deber ser”. Entonces, este joven es el grito de los universitarios a quienes se les dijo que la investigación era el camino, de todo ese tiempo convulsivo en que se transforma el proceso universitario y el fracaso tan usual en la juventud actual por no haberla completado. Todos entran a la U, pero no todos salen y es una herida muy usual de nuestra juventud actual, que recibe la presión de que si quiero vender tomates en la vida voy a ser el fracaso total del mundo y que tiene que ver con los ingresos económicos igual, con la sustentabilidad, pero ahí entramos a otro tema.
Tu libro comparte aspectos técnicos de una ficha de diagnósticos, como también narración y poesía, en un formato de diario o cuaderno de notas. ¿Es de tu interés jugar con los distintos formatos, abriendo fronteras entre ellos? ¿O también te interesa ir ampliando los propios límites taxonómicos de la obra?
Comencé escribiendo poesía, luego prosa poética y después relatos, críticas, crónicas y artículos varios, sin duda que hoy en día tengo más suelta la pluma, quizás en un futuro cercano escriba una novela de tomo y lomo, no lo sé, igual es algo que tiene que ver mucho con lo que estás leyendo en la temporada que escribes, sobre todo por un proceso de investigación de la temática y estilo que quieres entregarle a tu texto. En ese tiempo me pegué harto con Vila-Matas, Panero, Pezoa Véliz, Dostoievski y Cartarescu y obviamente se nota. Ahora, si es de mi interés jugar con los formatos, claro que sí, el acto de crear debe ser libre y me interesa hacer algo novedoso igual, aunque ya esté todo escrito, no sé, ponerle tu sello personal a lo que haces es ampliar como dices un poco los límites taxonómicos. Me dio mucha risa que en la editorial no sabían cómo clasificar mi texto e inauguró una colección, la colección E.T, por inclasificable.
¿De qué manera las afecciones psíquicas, relevantes en el libro, van evolucionando de ser “un tema” a volverse una parte esencial de la línea argumental? ¿Cómo fuiste armando o reconociendo este proceso?
Esa línea argumental siempre fue el centro del asunto, soy psicóloga, por mi profesión me ha tocado estar muy cerca de la locura y en mi historia de vida también, tuve un hermano esquizofrénico suicida, por lo que el proceso de desintegración cognitiva del personaje fue lo primero que tuve claro.
¿Cuál es tu próximo proyecto escritural?
Estoy escribiendo desde hace algún tiempo textos sobre mi infancia en el campo de Curepto que creo se configurarán como el próximo libro. Me quedé con ese libro de infancia de Tagore que se titula “Mis recuerdos” pegadito en el corazón como un conjunto de remembranzas, imágenes pintadas que comenzaron a soltar mis propios recuerdos; después recuerdo que me leí una antología de Amelie Nothomb, una escritora belga, hija de un diplomático que relata de una manera tan clara sus historias ficcionadas que comenzó esta empresa hace aproximadamente un año. Y es increíble que al sacar este libro hay un relajo interior que me ha dejado centrarme más en ese proyecto.
También está otro proyecto que lleva menos trabajo, pero trata sobre informes judiciales, otra vertiente de la psicología en que trabajo, de donde hay mucho material para un viaje de novelita policíaca, pero que aún está en pañales. Y poemas, siempre estoy escribiendo poemas, yo creo que eso es como un ejercicio vital, como ir al baño, agarro el teléfono y me pongo a escribir frases que se convierten en imágenes y luego desembocan en poemas, a veces. Tengo un archivo random de escritura que va sumando constantemente material inclasificable, que a veces termino utilizando.
Por Luis Herrera. Escritor.
Cualquier parecido con la realidad sólo coincidencia.