por Maritza Castro
No violes mi ciudad
que estoy en primavera.
No profanes la iglesia
donde me casé.
No asustes a mi hijo
con tu grito de odio.
No robes la comida
que un vendedor compró.
¡No violes mi ciudad!
por Maritza Castro
No violes mi ciudad
que estoy en primavera.
No profanes la iglesia
donde me casé.
No asustes a mi hijo
con tu grito de odio.
No robes la comida
que un vendedor compró.
¡No violes mi ciudad!
Este cuento me hizo pensar en Hegel: "El Quijote supera al romántico porque actúa, cree que la virtud está escondida…