Una antología de poetas inexistentes, que hablan desde Curicó, es el nuevo libro del Poeta Américo Reyes
por Pilar González Langlois
“Viva mi suerte”, dice el poeta Américo Reyes (Curicó, 1960) en uno de los textos (justamente uno de su autoría) que conforman la ficticia antología “Black Waters City (Antología Poética)”, su último libro, recientemente publicado por Editorial Nueve Noventa. No obstante, la suerte es nuestra, de los lectores que podemos adentrarnos en su mundo poético, el que abre de par en par, permitiendo descubrir hasta el último átomo de su expresión literaria. Es allí donde nos damos cuenta que la suerte de Américo, esa que tiene que ver con su identidad, con su origen, la que él temía fuera una desgracia y que según confiesa, resultó ser todo lo contrario, lo que en metafísica podría llamarse oportunidad de cambio, ha favorecido a la humanidad.
Este libro, inusual en su forma, por ser una antología de poetas inexistentes, a través de la voluntad lúdica del propio autor son capaces de dar rienda suelta a confesiones amorosas, concepciones filosóficas, políticas y estéticas, particularmente de un pueblo llamado Black Waters City (que no es otro que el Curicó natal del autor) con todo ese arribismo criollo y conservadurismo que a su vez es una suerte de resumen de lo que somos como país. Este libro es un verdadero aporte a la producción poética actual de la región del Maule, y, por qué no decirlo de Chile, donde la poesía está cada vez más encasillada y sobrevalorada, proviniendo algunas veces de los cánones establecidos por la seudo crítica y los compadrazgos de eternos jurados o críticos de siglos pasados.
El título en inglés es usado justamente como una ironía al constante extranjerismo en que cae la sociedad chilena, que prefiere llamar las cosas en ese idioma para que tengan supuestamente mayor valor, casi como una práctica recurrente.
Es así como en el primer poema del libro que comentamos se menciona un conocido restorán del Curicó de los 80: el American Bar. Por qué no le pusieron Bar Americano, por qué en inglés, eso es lo que este autor ironiza en el libro. Son esas cuestiones que nadie dice y que se relacionan con la idiosincrasia de un pueblo, en este caso de Curicó.
Pero más allá de esa caracterización, lo que hace trascendente este libro, es que podamos ver, como si fuera una radiografía al desnudo, la obra completa de Américo Reyes, desde sus comienzos con “Los poemas Plumaveral” (1992), Boleros son boleros (1995) y su evolución literaria que continúa con “Que los cuerpos cumplan su destino” (2012) y “El confesionario” (2015), ambos bajo el sello de RIL Editores. Éste último, que fuera finalista del Premio Municipal de Literatura de Santiago, resulta similar en cuanto a la invención de personajes que cuentan historias creadas desde el subconsciente, si bien en “Black Waters City” son poetas los que se expresan, es decir, gente con más conocimiento y mayor manejo del lenguaje.
Dentro de las creaciones de Américo Reyes, habría que agregar, además, ese breve pero hermoso canto que es “El flautista” que fue publicado por Ediciones Inubicalistas de Valparaíso en el año 2017.
“Son una serie de ideas que venían rondándome desde hace muchos años y que quise traspasar a través de personajes ficticios, porque al hacerlas desde mi propia identidad, sonaba como soberbia de petulancia, entonces así pasan piola mis temores, mis inquietudes, mis críticas, mi posición frente a la sociedad y frente algunos asuntos que siempre me han rondado, como por ejemplo la cosa política, mis concepciones del amor, de la homosexualidad, y un montón de otros temas que perturban en general a todo poeta” nos comenta Américo Reyes. “Siempre uno espera que el último libro que publica sea el mejor, pero espero seguir escribiendo, ya que tengo cosas en las que estoy trabajando”. Y recalca: “Quiero hacer un reconocimiento al editor Gonzalo Muñoz Bravo, agradezco el hecho de que esta editorial emergente, sin muchos recursos, se haya interesado en mi trabajo”, dice Américo Reyes.
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Pilar González Langlois, periodista y gestora cultural. Ligada a la poesía por intuición, ha colaborado en temas de cultura en El Mostrador, La Insignia, El Mercurio y diversas publicaciones .Preside la Agrupación Cultural Francisco Villota. Creadora del Café Literario «El Zaguán».
Cualquier parecido con la realidad sólo coincidencia.