“Maleza viva”, Gemma Pellicer. Jekyll & Jill, España 2016
Por Diego Muñoz Valenzuela
Las fortalezas de Gemma Pellicer se despliegan en un campo del microrrelato fronterizo con el aforismo, o derechamente en los territorios de éste, así como en el borde del poema en prosa. Puntos en común de todos los textos contenidos en este volumen: el lenguaje cuidado, el pensamiento profundo que subyace en cada tema, el penetrante bisturí que antecede a la mirada de la autora.
A veces cuesta distinguir la fina ironía del machetazo impío: queda de cuenta del lector asumir las consecuencias de lo que lee. Pellicer no hace concesiones al construir su propio reflejo de la realidad, captura imágenes de apariencia cotidiana e intrascendente en un cuadro mayor y las integra: nuestro trabajo es interpretar y descubrir. Para muestra, un botón:
COSTUMBRISMO ON THE ROAD
Una anciana cruza la calle sin mirar. El semáforo se ha puesto en rojo en ese instante. Al otro lado de la acera, una pareja ha empezado a desenamorarse a gran velocidad. Van a morir las seis de la tarde.
A Pellicer le agrada la experimentación y no se conforma con el aforismo y el poema en prosa, también camina hacia el micro-teatro: otro borde.
El propósito es común, al margen de los medios: explorar las interrogantes más profundas de la existencia humana, poniendo en tensión nuestra racionalidad y las bases de la sociedad. El tiempo, la vida cambiante, la incertidumbre, el ser son los protagonistas de sus microrrelatos de frontera.
Otros microrrelatos de este volumen:
HISTORIA DE FANTASMAS
Dicen que la oscuridad es el territorio de los fantasmas. Tú estás absolutamente convencido. Sin duda hay alguien en esa habitación que ahora ocupas sigiloso. Deben de ser las tres o las cuatro de la madrugada cuando ese rumor persistente, apenas audible al principio, empieza a crecer. Encima, hace frío y tienes mucho miedo.
Con los primeros rayos de sol, los ronquidos del durmiente se vuelven atronadores. Una vez más, te escurres por la chimenea.
ESFERA TREPIDANTE
Al niño se le escapa el globo en un descuido y, casi de inmediato, siente un pinchazo en el costado. Cae al suelo en una pirueta impropia de su edad justo en el momento en que ha empezado a faltarle el aire. Apenas alza su cabeza al cielo, logra atisbar el vuelo trepidante de la esfera, que sigue alejándose mientras su cuerpo poco a poco se deshincha. En el instante preciso en que se le cierren los ojos, desaparecerá la Tierra.
CONSUNCIÓN
Lo más pequeño asume lo más grande, hasta subsumirlo. Una vez incorporado, lo consume erre que erre hasta consumar con ello una bola cuadrada, con un dejo piramidal. Cuando esa enormidad sea regurgitada por aquel hombrecillo de la esquina en forma de rombo, el sol resplandecerá.
Justito hoy leí un artículo acerca de lo poco que reconocemos y divulgamos a nuestras y nuestro autores. Este "valdiviano"…