Editorial Lom, 292 páginas.
Por Antonio Rojas Gómez
Jorge Guzmán es uno de los novelistas chilenos más brillantes de la actualidad. Esta es su primera novela y fue publicada por Seix Barral en España, en 1967. La presente reedición era una necesidad y responde a la tradición de Lom de mantener vivas las obras más importantes de la historia literaria nacional.
Encontramos dos historias paralelas, que nunca se cruzan, ambas narradas en primera persona por sus protagonistas masculinos. Son chilenos, pero viven en el extranjero. Uno de ellos, entusiasta y activo, en Cochabamba, Bolivia, intentando sacar a flote una pequeña empresa de mueblería. El otro, estudioso y depresivo, dictando clases mientras realiza un doctorado en una universidad en los Estados Unidos. Este último está casado y vive con su esposa. El otro es soltero, pero convive con su novia. Ambas mujeres son chilenas y tienen importancia fundamental en las historias respectivas.
El autor escudriña en las mentes de los personajes y nos muestra lo difícil que resultan sus vidas, más que el hecho de vivirlas, el de entenderlas, de entenderse a sí mismos y de explicarse las razones que los motivan y conducen a ser quienes son, a aceptarse, a estrellarse contra los impulsos que los inducen a renovarse, a variar y generar expectativas diferentes.
Un libro en el que no hay grandes aventuras, en el que no figuran crímenes ni pasiones desatadas ni episodios históricos trascendentes, tiene que estar muy bien escrito para entusiasmar al lector. Y este lo está. El arte de Guzmán estriba en su comprensión del ser humano y de la vida, y en su capacidad narrativa que le permite presentarnos a personas que bien podríamos ser nosotros mismos, actuando de manera que, en ocasiones, ni siquiera somos capaces de entender.
Asomarse a la prosa inicial de Jorge Guzmán resulta interesante para entender que llegara más adelante a crear obras magistrales como “Ay mama Inés” o “La ley del gallinero”.
Publicado en Revista Occidente.
