Carlos TrujilloPor Carlos Trujillo

De Semana Santa

A Ernesto Cardenal

A mis muchachos de 1999

Oigo pasar el Viernes Santo en el patio de mi casa

Pasan grandes aviones comerciales trazando una estela magnífica

Que las nubes blanquísimas dejan apenas ver a medias

El viento de abril pasa como una caricia en este Viernes Santo

Inundando el patio de mi casa en Havertown, Pennsylvania

Con la música de unos tubos de aluminio

Que cuelgan en la pared trasera del comedor

Mi perro escucha el trino de las aves

Y piensa en lo hermoso que sería volar como las aves

‘Ni Beethoven ni Mozart’ –parece decirme

‘No cambiaría el trino de estos pájaros ni por la Orquesta Filarmónica de Philadelphia

En sus mejores noches’ –creo que es lo que piensa

Pasan los pájaros sobre mi triángulo de cielo pagado mensualmente por treinta años

Igual que los aviones que van o vienen de Nueva York o Washington D.C.

 

El Viernes Santo sigue pasando minuto a minuto

Y es como si Cristo, el hombre Cristo, todavía siguiera clavado en la Cruz

Viendo escapársele la vida gota a gota

 

Los pájaros se han silenciado por un momento

Y siento un extraño dolor en el costado

‘Es la vida’ –me digo

‘Este dolor no es más que la vida’ –me repito

En cualquier triangulito de cielo pagado en eternas mensualidades

 

Mi perro escucha el ruido de otro avión que se aleja hacia un destino

Que desconocemos

Un cardenal rojísimo se balancea en la punta de un pino

Como si acabara de nacer y ése fuera el único lugar seguro del universo

‘No es Cristo’ –me digo– ‘¡pero es que lleva plumas del color de su sangre!’

Es Viernes Santo y los vehículos pasan por la calle como cometas sin destino

Los televisores no muestran ni una sola cruz, sólo balas y bombas y besos de libreto

Ni una mención a una muerte ocurrida hace ya dos milenios

(Y es como si hubiera sido hoy)

Nadie parece ver esta imperturbable Vía Dolorosa

Donde tropezamos y caemos, tropezamos y caemos

 

En el almacén de la esquina

Los hombres hacen cola para no perderse su oportunidad en la lotería del domingo

(El paraíso más próximo)

Mientras el Hijo del Hombre, sediento y medio muerto, sigue atado a su cruz

Esperando el tiempo feliz de la Resurrección

En un Paraíso que imaginaba ya completamente pagado en dos largos milenios.

 

2 de abril de 1999 (Viernes Santo)

 

 

SÁBADO SANTO de 1999 EN HAVERTOWN Y EL MUNDO

 

No despierto con el canto de los gallos como en mi infancia

Son las noticias de la CNN en el televisor de mi cuarto

Celebrando este día sagrado con imágenes del último bombardeo de la OTAN

 

Como si fuera el fin del mundo arden dos edificios en el centro de Belgrado

Miles de yugoslavos tomados de la mano sobre un puente

Se ofrecen de blanco a los nuevos misiles

‘Todo sea por la paz’ — dice el Presidente de la Superpotencia

Por cadena nacional

‘Hasta las últimas consecuencias contra la agresión y la crueldad’

— Afirma la OTAN en su conferencia de prensa

Y lo que quiere decir –a buen entendedor– 

Es que no pararán de bombardear mientras les queden bombas

O mientras el enemigo de hoy (que mañana habrá otros) no les diga de rodillas

‘De acuerdo, señores, ustedes tienen toda la razón. Ustedes son la Ley…, señores’

 

Se acaba el milenio bajo el violento fuego del imperio más grande de este fin de milenio

Los discursos diarios venden la guerra como poderosa arma de paz

‘Matemos al enemigo para bien de nosotros’

Pero siempre queda la duda revoloteando a medias

Como una paloma herida de muerte

¿Quién es el enemigo? ¿Quiénes somos nosotros?

¿Es que somos nosotros parte de ese nosotros que menciona el televisor?

¿O somos parte del enemigo y no lo sabemos todavía?

 

Jesús sigue en la Cruz en todas las iglesias del mundo

Se ha acabado el día del sufrimiento

Y los fieles esperan ansiosos la llegada del domingo

El triunfo final de la vida sobre la muerte

Pero el televisor sigue mostrando señales de muerte

Las bombas siguen cayendo sobre Yugoslavia [no sería distinto si fuera en Irak

o Bosnia o Alemania o Senegal o los Estados Unidos de Norteamérica]

Y los actuales dioses — micrófono en mano como estrellas del rock —

Anuncian más y más sin medir consecuencias

(Hombres de acción, les llama su propaganda)

Trato de imaginar a Cristo en la cruz sufriendo por nosotros

Pero la imagen que me sobrecoge es la de miles de hombres y mujeres de carne y hueso
Huyendo de la ceguera y la imprudencia de otros hombres

El televisor da un número de cuenta bancaria para ayudar a esa incontable multitud

Desamparada y hambrienta

Jesús en su sepulcro se pregunta ¿cuántos millones de dólares

Costó el último bombardeo sobre Belgrado?

¿Cuántos millones costará reparar los daños de esta operación humanitaria?

Los trenes no dan abasto con esa muchedumbre desamparada

Una hogaza de pan y un buche de agua son el sol y la luna entre las manos

Llueve ese cielo oscuro sin trazas de milagros

Tres cuartos de millón de humanidad navegan sin rumbo en el océano de la nada

Aquí en Havertown, Pennsylvania, como en cualquier living room de Washington D.C.

Nueva York, California y por todo este país la guerra es otro programa en el televisor

Los muertos volverán a aparecer en cualquier otra escena

Spielberg se sobará las manos con este nuevo tema de película

Digno del premio mayor de la Academia

En su tumba el humanísimo Cristo, sediento y aterrado

Ya desmaya de repetir:

‘Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen’.

 

                                                                                   2-abril-1999 (Sábado Santo)    

 

 

 

DOMINGO GLORIA/PASCUA DE RESURRECCION

Hubieran sido conejos y huevos de chocolate

Hubiera sido un bombardeo de cajas de chocolates

Y no este ataque inhumano encabezado por los defensores de la paz.

 

La paz del mundo es la consigna con la que juegan los poderosos

La lucha contra el mal hecha bandera de los productores de armamentos

Los poderosos se enmascaran de hombres pacíficos

Para matar pacíficamente en medio de aplausos y en nombre de la paz

Según las Sagradas Escrituras

Jesús se fue al cielo en un día como hoy

Según la prensa mundial

En este hoy siguen cayendo bombas y más bombas desde el cielo

 

Bendita seas, bendita Paz que has aprendido a soportar tanta humillación.

 

                                                                                   5-abril-1999  

 

 

PASCUA DERESURRECCIÓN EN SECOND & SOUTH

 

1.

 

Corren los niños en Second y South Streets

Ninguna mariposa luciría mas bella que esos niños felices

Los rostros –sonrientes manzanas bajo los primeros soles de abril–

Estampan su sonrisa en las vitrinas como posters pintados por la mano de Dios

Palidece el sol ante el brillo de esos zapatos

Comprados en las tiendas más caras del planeta

La vida en Second y South Streets es una perfecta tarjeta postal de Easter

«It’s Easter time. ¡Celebre con nosotros!»

‘Bienaventurados los hombres de buena voluntad’

 

Los perros –elegantes perros de paseo dominguero–

participan también de esta fiesta gloriosa

El Día de la Resurrección es profundamente democrático

Aquí donde la democracia luce un maquillaje indeleble

Toda la nación comparte huevos de chocolate

Conejos de chocolate cubiertos con papel de aluminio

Chocolates de todas formas

El día de la Resurrección, Estados Unidos es un chocolate gigantesco

Donde nadie busca al resucitado esa mañana de domingo

Sino el rastro visible del conejo maravilloso

Que caga preciosos chocolates con forma de huevo

 

Cuánta maravilla puede la democracia en un país democrático

Donde hasta a los perros se les viste de fiesta

Y se fotografían sonriéndole a Dios –los únicos que parecen

acordarse de Dios– en medio del tumulto de telas vistosas,

zapatos relucientes y sombreros que se aprestan a volar hacia otras esferas.

 

                                                                                   Domingo 4 de abril de 1999

 

2.

 

Niños y perros celebran la vida en Second y South

Una banda de músicos desgrana la tarde sobre el escenario

Un solo policía en todo el sector

Una sola mujer policía que no hace más que conducir el tránsito en la esquina atestada

Second y South Streets son el Paraíso Terrenal

Esta tarde de Domingo en que sólo falta Dios

O tal vez sea uno de esos hombres apuestos y elegantes

Que pasean por Second y South con sus hijos y sus perros.

 

 

3.

 

‘Paz en la tierra a los hombres de buena voluntad’

El día de la Resurrección desviste su pena en la lejana Yugoslavia

Lejana para el que escribe este poema

Y para los niños y perros elegantes de Second y South Street

Los adultos elegantes que pasean por allí

No saben dónde está Yugoslavia

Es sólo una noticia que repite la televisión sin muestra de cansancio

Yugoslavia es el enemigo–dicen–y no merece la Resurrección

Sus niños no merecen huevos de chocolate este domingo glorioso

¡Qué sufra allá Jesús entre esos pecadores!

(Y en la tierra paz a los hombres de buena voluntad)

Que en Second y South Street, como en todas las Avenues, Roads & other Ways

Quiere decir: Paz en la Tierra a los indiferentes de la Tierra

Paz a los que aceptan la propaganda oficial como una hostia sagrada

Paz a quienes el discurso televisivo es palabra de Dios

Aquí donde los Mandamientos los publica el TV Guide

Y cambian sin parar semana tras semana

 

CARLOS TRUJILLO (Chile, 1950)

Poeta chileno nacido en Castro, Chiloé. Catedrático de Literatura Hispanoamericana en la Universidad de Villanova, obtuvo su doctorado en la Universidad de Pensilvania. Entre sus libros se cuentan: Si no fuera por la lluvia. Milton Rogovin en Chile, 2013; Postales de Filadelfia, edición bilingüe, 2012; Música en la pared, 2010; Palabras, edición bilingüe, 2010; Texto sobre texto,  2009; Nada queda atrás, 2007; Palabras, 2005; Aumen: Antología Poética,  2001; Todo es prólogo, 2000; No se engañe nadie, no. Antología de sonetos y otros poemas de Lope sin Pega, 1999; La hoja de papel, 1992; Mis límites (Antología personal 1974-1983), 1992; Los que no vemos debajo del agua, 1986; Los territorios, 1982; Escrito sobre un balancín, 1979, y Las musas desvaídas,  1977. Es coautor de Apuntes para un diccionario de Chiloé, 1978, y Caguach, Isla de la devoción, 1986. En 1991 obtuvo el premio “Pablo Neruda”, otorgado por la Fundación Pablo Neruda en Santiago de Chile.