Por Sonia Cienfuegos
A Cristóbal
Que te sanes hijo de tu dolencia que es vivir
– Ainos, desde Santiago- Chile- a Charles, Bruselas –
Mi querido Charles:
Fue precioso que me llamaras justo cuando caminaba por
una hermosa calle de Vitacura desembocando en la
avenida del mismo nombre, entre el tráfico desatado de
autos y micros en la carrera esquizofrénica que sólo
se da en esta ciudad y que dependerá de tu estado de
ánimo, horas de sueño, capacidad de pago, evaluación
de tu ejecutiva de cuenta del megabanco, orgasmos u
onanismos satisfactorios, voladas rasantes o
atmosféricas, clima y otros factores
medioambientales, si lo soportas o te encoges otro
poco y mandas a la mierda a todo el mundo, excepto a
un tipo que llama desde Bruselas «la down» a decir de
un viajado urbanista y cuya sola voz al comienzo -de
niño asustado pasando por no lo había pensado sentido
imaginado – hasta oirlo decir que sí que la vida bien
vale vivirla ahora y no mañana por la mañana porque
habrá que preguntarse si te espera la Juana y qué pasa
con su peroné, llenó de luciérnagas furiosas calzada-vereda
y el paradero de micros de la esquina y le tiras buena onda
a una mujer robusta que medio amargada espera el próximo
bus que la llevará Moya sepa pero fijofijo que a algún barrio
segregado del surponiente de la ciudad.
Estoy alegre por ti y también por mí, mire.
Creo que le hará bien salir de ese lugar de
Frustraciones, hacerse cariño sin culpas y
sentirse no enfermo sino convalesciente o
convale-siente y mirar hacia otras lunas otros soles
otra luz.
Con Ud. he sentido que es vital sentirse querida.
Siento que su merced también lo percibe. Así que agarre
su licencia y échese a volar nunca tanto sí porque no
me gustaría un pajarito en otro jardín, no escribo
jaula porque acotaríamos el territorio y en una de
ésas se dislocan las alas y las plumas vuelan. Un gran
gran abrazo y muchos besos
El análisis no solo es preciso en cuanto a los elementos identificados, sino también bastante concreto al momento de expresar…